CHISMOSEANDO: AGARRA EL PALO

 

Venía caminando por la calle

tratando de captar alguna conversación que se me cruzara por el camino para ejercitar la técnica que me mandó mi otorrino de escuchar lo que hablan los demás para agudizar el oído.

Mi cabeza giraba para un lado, para otro y nada, parecía que nadie quería hablar, el calor estaba agobiante y la verdad no se prestaba el clima para ponerse a perder la energía dialogando si no se tiene algo importante que decir, cosa que la mayor parte de las veces no sucede.

Cuando de repente veo a un señor parado, cerrando  la puerta de un edificio con un teléfono en la mano y logro entender:

 

– Tú haz lo que yo te digo

-…………………………

-¿Estás en la puerta?

-………………………….

-Entra y vas a ver el palo

-………………………..

-Sí, del lado derecho, entre las plantas

-………………………..

-La asustas con él

-………………………..

-Qué revólver ni revólver, ¡agarra el palo!

-………………………….

-Te dije que no fueras armado

-………………………….

-Claro a Matilde a quién va a ser

-………………………….

-Haz lo que yo te digo, no discutas

-…………………………..

-¡Agarra el palo!, no lo vayas a dejar.

-……………………………..

-Sí a Matilde, enseguida todo se tranquiliza, vas a ver.

-…………………………….

-Qué se te va a venir encima, no es estúpida

-…………………………….

-Ni se te ocurra soltar el palo, tenlo en cuenta.

-…………………………….

-Ni se te ocurra, no vaya a ser que se te escape un tiro.

-……………………………..

-Yo ya voy para allá

-……………………………..

-¿No me digas que tienes miedo?

-……………………………..

-Entra y deja de dar vueltas

-……………………………..

-Ahora yo llego y soluciono todo

-……………………………..

 

Seguí caminando con una gran interrogante, ¿quién era Mónica, un ser humano o algún animal o un animal humano?. Se me ocurrieron tantas cosas, la imaginación vuela en esos momentos, tal vez era una leona o una tigresa o simplemente la esposa enojada, ¿saber?.

Llegamos a la esquina y nuestros pasos se separaron, el dio vuelta por ella y yo me seguí de frente.

Era tal mi curiosidad que estuve a punto de seguirlo, sin embargo algo dentro mío me hizo dudar y como decía un test «en caso de duda no computar», quedarse con la incógnita, eso lo digo yo.

Eso sí, si a alguno se le ocurre alguna otra solución les agradecería que me la hicieran saber pues me dejó intrigada lo que estaba sucediendo y puede ser un buen ejercicio para soltar la imaginación, para nutrir la curiosidad de una «chismosa » en cierne o quien quita que alguien conozca la historia.

«Cosas de la Vida», de esa realidad que la mayor parte de las veces es inentendible aunque a uno se la expliquen.

 

México

 

CHISMOSEANDO: ENSEÑANZA DE LA VIDA

CHISMOSEANDO: CONVERSACIÓN EN LA TERMINAL DE AUTOBUSES

CHISMOSEANDO: DUELO DE CANCIONES

Agradezco la foto al autor. (Extraída de internet).

 

 

TE INVITO A QUE VISITES EL BLOG

puedes encontrar otras entradas que te interesen.

Link Pagina Principal 1

GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

FIRMA baja res

10 comentarios en “CHISMOSEANDO: AGARRA EL PALO

  1. Creo que a la señora le entró una culebra en el patio y el solícito vecino acudió presto al rescate dispuesto a vaciar el cargador del revólver. Al menos aviso por celular al propietario antes de apretar el gatillo. Jajaja. Una maravilla de ejercicio te recomendaron . Un abrazo.

    Le gusta a 1 persona

  2. Damián, el señor que hablaba por teléfono, es el gerente de una empresa que se dedica a entregar mensajes de amor a domicilio. Rufo, su empleado, hace hoy sus primeras entregas, encargos que a veces son muy especiales.
    Es el caso. Matilde sueña desde niña con un cowboy. Su príncipe azul viste vaqueros, sombrero de ala ancha y allá por donde va raya el mármol con sus espuelas.
    Rufo, vestido para la ocasión, toca la puerta y nota tras la mirilla una serie de gritos horrorosos: «Yiiijaaaa!!!», suena una y otra vez. Los vecinos se asoman con las puertas entreabiertas. Los perros de todo el barrio aúllan sin cesar. Pero el tiene que cumplir su encargo. Es su primer día. No puede fallar: ese ramo de flores se tiene que entregar si, o si.
    Es cuando llama a Damián quien tiene aún más empeño que el mancebo en que se cumpla la encomienda porque también es su primera vez. Después de tantos años regentando el negocio se ha decidido a hacer uso de sus servicios. Porque Damián ama a Matilde. Profunda e intensamente. La ama desde hace años, desde la primera vez que Matilde fue a su despacho para encargarse un mensaje a si misma, y desde entonces cada tres de agosto se enviaba un ramo de crisantemos con una poesía, siempre la misma, que no era más que la letra de aquella canción de «El Alamo» con la que se arrancaba lágrimas sin piedad.
    ¿Como podía Damián no conmoverse por aquella pasión solitaria, por ese torrente de amor sin destino que prefería engañarse con flores sin sorpresa a entregarse a cualquier gañán que no supiera ni manejar el lazo?
    Rufo no lo sabía, pero insistía. Damián desesperaba. Nada de revolver ¡que insensatez asustarla con aquella pistola de plástico! ¿Por qué había tenido que enviar a ese zoquete? ¿Acaso no le había avisado de que la destinataria era de armas tomar?

    ¿Es que no podía hacer como los demás, los que cada año le alargaban las flores con el palo que Matilde tenía a tal fin detrás de la puerta?
    No le quedaría otra que ir él mismo y solucionarlo. Tal vez, solo tal vez, Matilde no le identificara con el Damián de la tarjeta. O tal vez lo hiciera y entonces…
    Entonces fue cuando le perdiste, amiga, mientras se dirigía a la tienda de disfraces de guardia para vestirse de Alan Ladd para afrontar de una vez por todas su destino.

    Le gusta a 1 persona

    1. Mira que me hiciste reír, hermosa entrada al mundo leyendo esta locura que agarra un camino descabellado, sin embargo por qué no puede ser la realidad?. Dicen que nosotros la creamos.
      Todavía sigo riendo, me los imagino a todos, cada cual con su historia y ese final es maravilloso, un toque que nos lleva de viaje por el tiempo.
      ¡Qué bueno!, que reapareciste. Es un gusto saber de tí y que por ahí andas dando vueltas. Gracias por la risa, un gran abrazo y un asombroso día,.

      Me gusta

      1. Otro abrazo enorme para ti, y perdona por apropiarme así de la historia, pero no pude evitarlo: se me cruzó Alan Ladd por la imaginación y una cosa llevó a la otra…
        Si te arranqué una risa entonces valió la pena.
        Sigo por aquí, y te leo de continuo, pero no disfruto escribiendo últimamente y prefiero seguir tapado por un tiempo (salvo excepciones).
        Muchas gracias, amiga mía.

        Le gusta a 1 persona

      2. Para eso es la historia para hacerse parte de ella y ese Alan Ladd me trajo tanto recuerdo, lindo detalle, muy lindo.
        Algún día regresarás con los escritos, Un abrazo grandotototototeeeeeeeeeee y bienvenido

        Me gusta

Replica a themis t. Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.