Vamos a festejar con ellas
«¿Acaso en verdad se vive, allí,
donde todos vamos?
¿Lo cree acaso tu corazón?»
Él nos esconde
en un arca, en un cofre,
el Dador de la Vida,
el que amortaja a la gente.»
Había salido antes que el sol se escondiera, apurando un poco el paso pues con esto que el otoño ya ha llegado el día se oculta en un periquete, sin advertencia, de un instante a otro se vuela y la penumbra fría se hace cargo de indicarnos que es mejor cobijarnos al calorcito que la casa guarda entre sus paredes, con esos rayos que de día lanza el Hermano Dorado y con ellos calienta en este clima del desierto.
No pensaba alejarme mucho, más que nada poner a mis piernas a funcionar y que hicieran un poco de ejercicio para no entumecerse.
Llegué a la plaza, la cruzaba y en eso veo un grupo de jóvenes a lo lejos, poniendo una ofrenda, abajo de la gran copa de ese árbol anciano, es que el gran Día de Muertos ya llega, ese hermoso festejo que se realiza en la mayor parte de México, sobre todo el que guarda aún las raíces prehispánicas y que siguen dejando la enseñanza de que para ahí vamos todos, sin embargo, en estos días las puertas del inframundo se abren para que las ánimas pasen y vengan a la tierra a compartir con su familia, amigos y vecinos.
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Ya me había encontrado con la Catrina casi al comenzar octubre, pasado el mes de la Patria, la vi y me sorprendió pues después de ella la Navidad y de nuevo el año se acaba. Ni dio tiempo a suspirar, en este que ya se va.
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Me fui acercando, las escaleras tenían a cada lado en los escalones veladoras que llevaban a ese tapete de aserrín por el camino que llevaría a las ánimas adonde estaba la cruz y detrás todo lo que se le ofrendaba.
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Sobre ese hermoso tapete rodeado de cempaxúchitl, la flor que no podía faltar, estaban las calaveritas de chocolate y de azúcar.
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Me aproximo a donde estaban y uno de ellos me empieza a contar que son de la Universidad que se encuentra en el pueblo, de la licenciatura de Pedagogía y que les había tocado armar la ofrenda, que se la habían dedicado a Pedro Infante.
Ese ícono de México, cantor sin igual, actor de la época de Oro del Cine Mexicano, amado por el pueblo, por su forma de ser, de allegarse a ellos, reconocidos como uno de los grandes de todos los tiempos.
En la ofrenda se incluían todos los alimentos con los que provee el desierto, la sal, las especies, las frutas, las comidas, el pulque, el mezcal, los tamales y un sin fin de elementos, muy hermosamente expuestos y adornados.
El agua que nunca puede faltar en un sitial especial.
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«No llores por mí partida,
porque cada lágrima que derramas
inunda mi camino e interrumpe mi andar.
Recuerda que todavía te extraña mi corazón,
y que si te oigo llorar,
lo primero que haré será voltear hacia atrás…»
Crónicas del Mictlán
Es un día alegre donde de acuerdo a la región es el festejo que se realiza y la manera de armar el altar de Muertos en la casa, de preparar todas las comidas que le gustaban a los difuntos, se congregan las familias en los panteones a velarlos y compartir con ellos las comidas, las risas y la música.
El cempaxúchitl esa flor característica de ese día, con su color naranja ambarino marca el camino para que los «difuntitos» lleguen, el 1 de noviembre los «Muertos Chiquitos» y el 2, los » Muertos Grandes», días antes llegan las mascotas, los ahogados, los que murieron en accidentes, los niños no bautizados, las almas olvidadas, al igual que no se incluyen en el altar a todos aquellos que hayan muerto después del mes de agosto del año presente, pues se cree que aún están en el camino al Mictlán, el Inframundo y no hay que perturbarlos.
Así, con ese sentir de esta unión entre la Vida y la Muerte que en estos días danzan juntas y se reencuentran en esta tradición que permanece más allá del tiempo, donde cada día se unen de diferentes parte del Planeta a la celebración, expandiéndola para dejar la enseñanza que hay detrás de ella e ir perdiéndole ese miedo a nombrarla, a homenajearla, a sentir que hay un instante en donde permanecen juntas, abrazando a todas esas almas que se nos adelantaron en el viaje que para todos es la única certeza que tenemos, que para allá vamos.
LA MUERTE COMO ESPERANZA
«En verdad lo digo:
ciertamente no es el lugar de la felicidad
aquí la tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte:
allá la felicidad sí existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la tierra?
Otro es el sitio de la vida.
Allá quiero ir,
allá en verdad cantaré
con las más bellas aves.
Allá disfrutaré
de las genuinas flores,
de las flores que alegran,
las que apaciguan al corazón,
las únicas que dan paz a los hombres,
las que los embriagan con alegría …
(Cantares Mexicanos, fol. 1 v.)
MÉXICO
OCTUBRE 2023
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BLOG DE THEMIS... 
Que tradición tan bella, acá los medios tratan sustituir nuestras visitas al cementerio por el truco del jalogüen. Un abrazo.
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Es hermosa realmente Carlos, y muy profunda, sobre todo en los pueblos donde aún se mantienen, más allá de todo el bombardeo que hay para que poco a poco se deje. También jalogüen está muy de moda, di que en cierta forma se celebran los dos, la noche de brujas y luego sí, el Día de Muertos, abrazo grande y gracias
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.¡Qué bonito, tierno y emotivo! Felicidades Themis, una vez más me he sentido en cada palabra.
Te dejo un abrazo 🌹
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Hola Maty, son muy sentidos estos dias, aquí se festejan de una forma más discreta, aunque las escuelas hacen varios eventos donde los niños y los jóvenes son los protagonistas.
Gracias , abrazo inmenso
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Es una celebración muy hermosa, Themis, la he vivido en tantos lugares de México… Que al leer lo que nos cuentas, me haces recordar y añorar las celebraciones tan llenas de colorido y belleza. Hermosa entrada. Un fuerte abrazo.
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Sí ya dan cuenta de ellos todos los libros que has escrito con Calaveritas y las fotos que presentan.
Son hermosas, el color, la música, los sabores, los aromas, el del copal con el que se ahuman las ofrendas, el de las flores y no se diga los de los platillos que se preparan.
Gracias Julie, abrazo grande
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Hola Themis, qué bonitas las poesías, los cantares, han acompasado a tu propia prosa, muy bueno. Yo no soy mucho de esta fiesta, hay que recordar a los que no están, pero no hace falta tanto bombo… Pero así somos los humanos.
Un abrazo. 🤗
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Es otra cosa lo que se festeja, sobre todo cuando se está donde está la tradición, no la parte turística que es otra cosa, es toda una cosmogonía que acompaña a estos días y tienen detrás una gran profundidad y una preparación de vida. Me da gusto que te hayan gustado las poesías, son muy bellas, Gracias, abrazo grande
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Con que gusto he leído tu entrada, me encanta . Pedro Infante me hizo llorar, adoro el canto mexicano.
«No llores por mí partida,
porque cada lágrima que derramas
inunda mi camino e interrumpe mi andar… Precioso .Muchas gracias . Un abrazo.
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Gracias Tatiana, que bueno que te guste la música de México, Pedro Infante es uno de los viejos cantores que enaltecieron entre otras a las rancheras.
y esa poesía final parte del mundo prehispánico que también eran una exquisitez en el manejo de la palabra. Abrazo grande
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