LAS PITAHAYAS

UN DELEITE IMPREVISTO

Caminaba por el pueblo buscando todas esas viejas paredes y construcciones hechas con adobes, esas añejas que le daban ese color a la tierra y lo fundían con ella, donde el calor y el frío era amortiguado por esas paredes naturales que de todo resguardaba, más que las de bloques y los adoquines en las calles que hace que la temperatura hierva y somete a que menos agua llegue a la tierra.

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Recorría diferentes calles y empecé a darme cuenta que por donde pasaba los tallos ramificados, de ese hermoso color verde de la pitahaya se expandían por paredes, trepaban por los árboles o por otras plantas.

Esa cactácea de brazos en aristas, que se van articulando en sí mismas por secciones y muestran en sus puntas esos anillos por donde nacen esas bellas flores blancas, aromáticas, que duran un instante en su breve vida.

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Me encanta el verlas, el presentir que ya en un poco tiempo comenzará a dejar ver a esos frutos de un magenta fuerte con sus escamas carnosas pintadas sus puntas de  verde.

Esa fruta que cuando por primera vez me la presentaron, se me hizo extraterrestre, algo muy diferente a lo que estaba acostumbrada, lejos de los desiertos y de los trópicos, con esos colores radiantes y no se diga cuando se abre encontrar en ese interior traslúcido, un infinito de puntitos negros como estrellitas que conforman el negativo de una galaxia .

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Recreando lo que será cuando todas maduren, que se puedan saborear, sentir ese frescor en una mezcla dulce por un lado y un dejo ácido, ese sabor que se vuelve muy común en el desierto y sin embargo, en muchas partes es algo exótico, desconocido, que atrae por su colorido brillante.

Ahí estaba un día, en donde el calor reinaba, fuerte, bien fuerte, como ha caracterizado a este verano, no se sosegaba, solo el estar tirado en el menor movimiento y sin hacer resistencia, absorbiendo agua como esponja, fantaseando en una pitahaya o con alguna fruta parecida de este suelo yermo y abundante, que sorprende, sentí a alguien que llamaba por la ventana abierta que daba a la calle.

Fui a ver quién era que ahí estaba y me encontré con la gran sorpresa, inesperada, un vecino llevaba entre sus manos, cuatro de esos sabrosos frutos, habían ido a cosecharlas al rancho y las traía de regalo.

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No puedo definir el beneplácito y el agradecimiento por esa dádiva, esa» ley de la atracción», que parecería que se estaba manifestando, esa ley que dicen es muy poderosa, que mueve al universo y por otro muy controvertida, quién sabe qué era o simplemente ese versículo escrito hace siglos, que aconseja:

«Pedid, y se os dará;

buscad, y hallaréis;

llamad, y se os abrirá.

Porque todo aquel que pide, recibe;

y el que busca, halla;

 y al que llama, se le abrirá.»

Ahí estaban mis pitahayas, hermosas, recién cosechadas, caídas del Cielo en manos del buen vecino.

A disfrutarlas, a ese deleite imprevisto, sin embargo, anhelado.

MÉXICO

AGOSTO 2023

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LA PITAYA, DELICIA DEL DESIERTO

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10 comentarios en “LAS PITAHAYAS

    1. Hola Amaia, es una fruta muy hermosa, aquí las encuentras en todas partes, creciendo en los jardines, enredadas en los árboles. Por allá se la conoce como la fruta del dragón, te mando un abrazo grande y gracias

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  1. De nuevo mi cronista de la vida llega a manifestar la sorpresa que le provocan y que por ende, nos provocan, las preciosidades de que estamos rodeados. Lo que a otros parecerá «cualquier cosa», a ti te parece «extraterrestre». Ojos y alma abiertos y expectantes hacen que siempre espere estos regalos con sorpresa, y es así.

    Te mando un gran abrazo 🌹

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    1. Hola Maty, feliz domingo, es que las pitahayas son algo sorprendentes, no se le pueden desconocer aunque se quiera, su forma, su color, su frescor para esos días en donde el calor lo vuelve a uno pasita. Hermoso regalo de la vida, gracias, y te mando un inmenso abrazo

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  2. Hola, Themis, tienen una pinta buenísima, por aquí por España, en algunas tiendas muy especializadas, las hay, pero no por mi zona (lo he visto en televisión), pero creo que se llama de otro modo, no recuerdo ahora mismo el nombre. Supongo que estarán sabrosas y dulces, como todo lo exótico. Recibiste un buen regalo, sin duda.
    Un abrazo. 🙂

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    1. Hola Merche es la fruta del dragón para ustedes y llega de Filipinas que se la llevaron de por algún rumbo de aquí y como el clima sirve empezaron a plantar y exportar.
      Fue un regalo maravilloso, cargado de vitamina C que nos prepara para el frío que se acerca y en este momento hidrata por el calor. Abrazo grande y gracias

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      1. Pruébalas, cuando puedas es algo diferente a lo que se está acostumbrado, eso sí, hazlo cuando el calor sea muy fuerte, para que sientas como te refresca. Abrazo grande, buen fin de semana

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