ESA LUNA QUE NO ASOMA

«Visión en sombras.

Llora una anciana sola,

la luna como amiga.»

Matsuo Basho

Maestro del Haikú

Salí del taller, ya estaba anocheciendo, el aire fresco se dejó sentir, sin embargo, no era el que reanimaba del calor intenso, sino el que avisa que el invierno ya se está preparando para entrar en su apogeo, en un poquito más de un mes estará por aquí.

Di vuelta la esquina, el aire congelado, para los parámetros de este clima, corría sin ninguna cortesía.

Me paré, saqué mi abrigo y me lo puse, una calidez que cobijaba me cubrió, me hizo sentir que ya era hora de no solo cargar con él, sino de empezar a usarlo.

Se acercó la nostalgia y nos quedamos mirando, escenas de otros tiempos donde el mismo fenómeno se presentaba, producía el mismo sentir, quién sabe, que me trae este tipo de clima, cuando el atardecer se aposenta y tiñe de colores naranja, rojos el cielo, con un dejo de morado, ese color que trasluce el frío y ese anochecer que se acerca tan temprano.

Los pájaros como locos desenfrenados, comenzaron a llegar a sus nidos en los grandes árboles ancianos, ocasionando un estruendo de trinos y canturreos que ensordecían de tantos que eran.

*

*

Despiden a ese día que se va y saludan a la noche que se acerca.

Todas las señales avisan que es hora del recogimiento, de irse metiendo dentro, de ir camino al silencio de los fueros más profundos, de guardar las energías, pasito a paso hay que sumergirse.

La noche me envolvía.

Llegué al autobús que ya tenía las luces encendidas. ¡Vaya cambio! en tan poco tiempo.

Ya estaba obscuro cuando tomó su camino al pueblo, más allá que a lo lejos en el cielo aún persistían los colores del ocaso.

Subíamos la montaña, llegamos a donde hacia un mes atrás, veía a la pastorcilla con sus chivas de regreso de pacer por los alrededores, ya ni señales de ella, todo se había transformado, se adelantaba la obscuridad y el regreso cambiaba la rutina.

Llegamos a ese lugar en donde el serpentear de la carretera muestra a la ciudad que dejamos atrás, hacía un tiempo el día coronaba la subida, luego los rayos del sol la bañaban mientras se desvanecían, para ahora surgir una cantidad de lucecitas blancas y amarillas, y algunas rojas en hileras que se movían.

*

*

¡Cuántas mudanzas!, en tan poco tiempo.

¡Cómo se apaga el firmamento!

¡Cómo la noche se hace cargo hasta de los sentimientos!

«No vemos dos veces el mismo cerezo ni la misma luna sobre la que se recorta un pino. Todo momento es el último porque es único. Para el viajero, esa percepción se agudiza debido a la ausencia de rutinas engañosamente tranquilizadoras, propias del sedentario, que nos hacen creer que la existencia va a seguir siendo como es por algún tiempo.»

Marguerite Yourcenar

(Novelista, ensayista, poeta, dramaturga y traductora francesa)

Todo estaba tan obscuro que solo se veían las siluetas de las montañas apenas contrastadas en la negrura del lienzo, pocas estrellas asomaban, como pequeños puntos muy pero muy a lo lejos.

Esa pequeña Luna que un día cuando el Hermano Sol se estaba retirando, cuando el atardecer había perdido sus colores brillantes, me asomé al patio, ahí me la encontré, en su fase creciente, cerca muy cerca Júpiter con un tamaño y una claridad que sorprendían la estaba acompañando.

*

*

Esa misma luna ya llena que a los pocos días fue eclipsada y de forma paulatina, partiendo de un rojizo anaranjado hasta quedar solo como un círculo obscuro.

«Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando en que mañana quizá la luna te busque en vano.«

Omar Jayam

(Matemático, astrónomo y poeta persa)

*

*

Esa Luna Castor como le llaman en el hemisferio norte, aún no aparecía, en su fase menguante.

Dicen que lleva ese nombre porque en noviembre los castores se preparan para el frío y construyen presas y se abastecen de comida en sus madrigueras. Tal vez por este motivo los nativos americanos nombraron a la luna llena en su honor tras observar los preparativos de estos pequeños animalitos.

Otra posible razón pudiera ser que durante este mes, los cazadores colocaban trampas para castores para conseguir sus pieles, antes que los pantanos y donde vivían se hubiera congelado y de esa manera se aseguraban de tener abrigo para los tiempos que se aproximaban.

El cielo estaba despejado.

Esta luna, la luna de descenso, nos abre el camino hacia nosotros mismos, para encontrarnos y conocernos, nos va llevando a esa parte obscura que todos tenemos, un instante propicio para bajar a nuestro interior y enfrentarnos a nuestra sombra. Esa a la cual queremos tapar, sin embargo,  llegará el día, que se nos presentará y no la podremos ocultar frente a nuestros propios ojos.

«Sí: soy un soñador. Porque un soñador es aquel que sólo encuentra su camino a la luz de la luna y cuyo castigo es ver el alba antes que el resto del mundo.»

Oscar Wilde

(Escritor, poeta y dramaturgo inglés)

Luna de Duelo, por ser la luna de Muerte, luna que nos da un tiempo para honrar a todo aquello que dejamos marchar, que se fue, que ya no tenemos a nuestro lado, también propicia el soltar todo aquello que nos supone dolor, peso, carga y permitirnos sentir el duelo por ello, como se hace por cualquier pérdida.

El chofer apagó las luces, cada vez nos metíamos más en ese paisaje enigmático, misterioso, primitivo, la obscuridad fue cayendo con tintes más sombríos, tanto dentro como fuera, ni siquiera se recortaban las siluetas de los cactus columnares, era como si la negrura tomara posesión del entorno, como si fuera marcando ese espacio a donde tenemos que llegar, mientras iba develando con mucho sigilo la belleza que se encuentra en ello.

Hora de salir al encuentro con la Anciana, esa Luna sabia que ha plantado el don del silencio, del saber escuchar, del desapego esa que  nos da la oportunidad de descender, llegar a nuestro propio Ser y encontrar a nuestra sombra y abrazarnos.

«No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí. Perdóname si hoy busco en la arena, esa luna llena, que arañaba el mar…»  

Joan Manuel Serrat

(Cantautor, compositor, actor, escritor, poeta y músico español)

CONTINUARÁ…

MÉXICO

***

Agradezco fotos tomadas de internet

*

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10 comentarios en “ESA LUNA QUE NO ASOMA

  1. Si cada atardecer tiene inimitables colores y cada instante pasado será irrepetible, hoy nos hemos embarcado contigo en el camino de una belleza que se desea eterna. Un abrazo.
    A contraluz de la noche que se asoma mi ventana, muchas gracias.

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    1. Hola Carlos, por eso hay que tratar de disfrutarlo al máximo, de guardarlo en nuestras retinas, para poder recrearlo cuántas veces querramos y sumergirnos en ellos.
      Hermosa imagen el contraluz de la noche, un abrazo grandote y pásala lindo. Gracias

      Le gusta a 1 persona

  2. A mí también me ha gustado en especial la cita de Yourcenar. Es cierto, la repetición hace que creamos que no hay movimiento, pero nada es permanente.
    Y todo lo demás tan bonito y espiritual como sueles. Con esa luna introspectiva acompañando.
    Las fotos muy bonitas.

    Abrazo, Themis.

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  3. Hola Themis, un escrito tuyo que más bien pareciera prosa poética. Muy hermoso. Me encantaron las citas de escritores y personas famosas, sobre todo la de Yourcenar. Hace poco leí algo de ella por primera vez. Memorias de Adriano, un poco histórico pero mezclado con reflexiones muy interesantes y me encantó.
    Nada es inmutable, todo va cambiando, cada momento es único. Te dejo un abrazo.

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    1. Yourcenar es una escritora muy prolífera y que siempre te hará reflexionar, te dejará algo que lleva a que algo dentro se expanda.
      Gracias Ana, la prosa poética se asoma a veces en lo que escribo, cosa que la noche y la luna se encargan de hacerlo, un abrazo grande,

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