ENTRE PICHICHUS (3)

LA SORPRESA

Después del encuentro con los dos perros negros, la madre y el hijo, retomé mi camino de regreso, iba pensando en ese momento, en la forma que estaban teniendo estos compañeros de cuatro patas de acercárseme, de repente se aparecían por todas partes.

Tomé una ruta que no era la de siempre, algo me llamó a ir por ese rumbo, al llegar a una de las esquinas en donde tenía que dar la vuelta, me encuentro con  un flamboyán, ese árbol de flores rojas, que se puede decir que florece al mismo tiempo que los jacarandas y juntos regalan una atmósfera colorida, el morado celeste y el rojo amarillo, que le dan esos detalles de color al panorama homogéneo del desierto.

Me detuve un momento a observarlo, cuando frente a mí se aparece una escena que me provoca una gran sonrisa, se extiende por toda mi cara.

En una entrada de una casa, habían puesto una venta de garaje, donde en una mesa se observaban diferentes prendas y objetos para ser vendidos, junto a ellos en el suelo, una perrita sentada muy formalmente parecía que fuera la encargada de la venta.

*

*

Se veía hermosa, toda juiciosa, como esperando que se acercara alguien a mirar o a comprar.

Seguí mi camino y cuando estuve frente a ella se me acercó con unos ladridos que me hizo dar vuelta, nos detuvimos las dos y nos quedamos mirando.

*

 *

Me hacía mucha gracia el verla, tan coqueta, le dije unas palabras y empezó a mover su cola.

*

*

Apareció otro, se aproximó con mucha timidez, me quedó mirando con unos ojos muy tristes, sufrido, temeroso, me dio vuelta mi corazón, como si guardara un gran dolor en su interior, más allá que se le veía bien comido, limpio, cuidado, algo había sucedido con él, no dejaba que me pusiera más cerca o tal vez también era la cámara lo que lo asustaba, no estar acostumbrado a ella.

Ahí nos quedamos unos momentos, viéndonos, agradeciéndole ese gesto que sentía que había tenido conmigo, más allá que su vida no parecía ser del todo agraciada, también podía ser un gran artista que pone esos «ojos de cachorro» que nos conmueven. Daba igual lo que fuera, me encantó el verlo, el sentirme rodeada por ellos.

*

*

Siguió su camino para el lado contrario, indudablemente, si era dolor lo que trasmitía, es algo que se encuentra en todo ser vivo, aunque seamos inconscientes en percibirlo, tan encerrados en nosotros mismos estamos, tan insensibles para ver el sufrimiento ajeno, más cuando se trata de seres que los vemos como menos, sean humanos, animales o de cualquier especie.

Sin embargo, cada día hay más humanos desperdigados por el mundo que sienten ese llamado a la protección de la vida, sin importar en dónde se encuentre, empezando por la que se tiene alrededor.

Lo único que hay que cuidarse es de no volverse fanático, pues mostrar con apasionamiento desmedido es una manifestación de algunos  de los que se unen a cualquier movimiento, sea político, social, recreativo, deportivo, el arrebato impera y a través de él sacamos para afuera todos nuestros miedos, frustraciones, ansiedades, vacíos y de esa manera volvemos una acción auténtica, en un nuevo desequilibrio violento para el mundo.

También, vemos que cada día tenemos más interacción con todos los integrantes de nuestro hábitat, como que ya pueden recurrir a nosotros o nosotros a ellos en busca de ayuda, cuando estamos pasando una situación de apuros, de peligro, de que no se puede solucionar sin el apoyo de otro.

Basta ver todos los videos que se comparten de personas sorprendidas, con lo que se encuentran cuando deciden hacer algo por otro ser vivo del reino animal, al cual la vida les cruzó en el camino por necesitar algún tipo de auxilio.

Es maravilloso ver que el mundo se presenta también de otras maneras, que no solo es de la forma  en la que quieren que nos enfoquemos, muertes, guerras, consumo, racismo, violencia, que hay seres que se mueven o están yendo hacia otro camino paralelo, sin importarle ya ser parte de ese juego macabro en que la sociedad se concentra.

Iba caminando, ya había dejado atrás a los últimos encuentros cuando siento que algo viene a mis espaldas, me doy la vuelta y ahí estaba él

-¿Me vienes acompañando?- le pregunto

*

*

Me mira como si estuviera contento, le voy a tomar la foto y da vuelta la cara como si le diera vergüenza.

-Es para que te conozcan mis amigos- le digo.

Bajo la cámara,  de nuevo retomamos el andar y me llevó hasta la puerta de la casa…

MÉXICO

***

ENTRE PICHICHUS (1)

ENTRE PICHICHUS (2)

Te invito a visitar mi página de face

blog de themis

Y TAMBIÉN  EL BLOG

puedes encontrar otras entradas que te interesen.

Link Pagina Principal 1

GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

FIRMA baja res

14 comentarios en “ENTRE PICHICHUS (3)

  1. Comparto esa sensibilidad por esos hermosos angeles de cuatro patas como yo les llamo, nos enseñan tanto y lastimosamente caí en el fanatismo de querer ayudar a muchos sin tener con qué. Menos mal me di cuenta a tiempo y ahora ayudamos siendo conscientes. Nos dicen tanto sin saber hablar…

    Le gusta a 1 persona

    1. Eso está muy bien, pues no se puede con todos los necesitados que se encuentran en el camino, sin embargo, hacer con consciencia aporta mucho más. ¡Qué bueno!.
      Usan ese lenguaje universal donde las palabras no son necesarias, gracias, un abrazo

      Me gusta

      1. Así es, nada mejor que conocer los límites que cada uno tiene partir de ellos y si es posible irlos abriendo a medida que se pueda, lo que es más siempre es mejor partir de un poquito antes de llegar a ellos, para no estar justos y presionados. Un abrazo grandote y un hermoso día o ¿tarde?

        Me gusta

Gracias por comentar...!!!

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.