EXQUISITECES DE LA PRECARIEDAD
Había llegado el día en que se iba a inaugurar la «Feria de las Tetechas», la cual se organizó en el pueblo para darlas a conocer junto a otra cantidad de alimentos que se producen en él, que son parte de su riqueza gastronómica y su forma especial de prepararlas, vienen los conocimientos desde la época prehispánica.
Alimentos y frutos que asombraron a los conquistadores cuando llegaron por estos lares, ya que se sorprendieron, de cómo podía haber tanta abundancia en una tierra tan yerma y cómo los pueblos habían hecho un verdadero descubrimiento encontrando tantos comestibles que se presentaban en diferentes momentos del año, aunque era la primavera la estación que invitaba al florecimiento, la aparición de las flores, los frutos y de todos los insectos que eran parte de su dieta.
Observando con mucha cautela los ciclos estacionales de las plantas y a los animales como se nutrían de ellas, estudiando cada uno de los factores del medio ambiente, detectando, recolectando, preparando y consumiendo, así llegaron a crear platillos deliciosos que hasta el día de hoy engalanan las mesas, con un sabor muy particular.
Para los que llegan desde afuera, les es muy difícil pensar que más allá de un paisaje extraordinario, estas tierras pueden dar algo para comer, sin embargo es un gran engaño, pues aún cuando no hay agua, hay alimentos que, justamente nacen para hidratar a quién vive en ellas.
La Naturaleza es sabia y justa en la región, provee de proteínas, vitaminas y minerales necesarios para el estar en forma, lo hace a través de sus flores, sus cactus y los insectos, la cual es la herencia cultural y gastronómica de los ancestros.
La tetecha es el botón de la flor de los cactus columnares, abundantes en el municipio y solo se obtienen una vez al año, en la primavera, siendo mayo el mes ideal para degustarla.
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Se abren durante la noche, en una flor muy hermosa, pero antes de que lo hagan se les llama tetechas.
Estos cactus tienen más de 11 metros de alto, por lo cual recolectarlas a veces se vuelve una tarea dificultosa, que se olvida apenas se come el platillo del que ellas forman parte.
Aquí les dejo una entrada anterior donde hablo más detalladamente sobre ellas, sobre la región y algo de su historia.
Era la primera «Feria Comunal de la Tetecha 2022″, así que el pueblo estaba vistiéndose de fiesta para la celebración y para recibir a los visitantes que vinieran a degustar los diferentes platillos que la tendrían como la estrella.
Todo era nuevo y se esperaba que tuviera una buena recepción en todo el alrededor, para de esa manera motivar y seguir fomentando todo lo que el pueblo produce.
Así que el sábado cuando el sol había descendido un poco, al igual que el calor que estaba en su pleno apogeo y que para nada invitaba a moverse demasiado, ni a salir fuera, me fui rumbo al centro, al parque.
Se sentía la música que amenizaba el instante, aunque aún era muy temprano, quería recorrerla tranquila, ver con todo lo que me encontraba.
Se veía lindo el espacio ambientado, de forma sencilla y simple, que le daba ese toque de gracia, bajo los toldos que cobijaban y dejaban espacio para que la luz se derramara.
Había muy pocas personas, los lugares de comida, los puestos de aguas de la región, un deleite, ese sabor a desierto, aún esperaban a los comensales.
Sin embargo, ya había público para una de las tantas conferencias que se iban a realizar, esta sería sobre la producción de la sal en esta región, donde el océano dejó hace millones de años cuando todo estaba bajo él, grandes «minas» de este elemento.
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Esta es una región en donde hay mucho agave con el que se produce mezcal, por lo tanto tenía que estar presente.
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Los puestos en donde se vendía gran parte de los artículos que aquí se producen, tanto para la belleza y el aseo, cremas, champús, jabones, así como para uso medicinal, como la sangre de dragón o de grado, que se extrae de una planta del desierto, que se usa para detener sangrados, curar heridas y protegerlas de infecciones, así como para la piel, también para otros males digestivos como la gastritis.
La sal marina, con millones de años, que aún se extrae a la usanza ancestral, que con una pizca de ella que tomemos todos los días ya tenemos los minerales que necesita el cuerpo para funcionar bien.
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El ónix, esa piedra protectora, una de las artesanías que más se trabaja en la zona, donde las canteras regalan abundante material para hacer el trabajo, tanto usado en la construcción en mosaicos, piezas para el baño, como en adornos, lámparas que proyectan una luz tersa que invita al reposo, en juegos de ajedrez y de muchísimas formas más .
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Los cactus que con su esqueleto son la materia prima que permite elaborar muchas formas con ellos, no solo en artesanías sino también en la construcción.
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Las especies del desierto, esas que se pueden salir a recolectar en su época o que ya se están produciendo para que lleguen a todos los hogares para degustarlas y utilizarlas en el sazón de los diferentes platillos durante todo el año.
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El chocolate, ese que no puede faltar, ya sea para tomarlo con leche cuando hace frío o comerlo así como sale de su envoltorio, una delicia llena de endorfinas, que elevan el buen humor, quita la depresión y hasta hace nacer a la sonrisa.
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Además se realizará el concurso «Sabor a Tetecha», el cual consiste en la presentación de los platillos, aguas, helados y paletas con el ingrediente protagonista.
Después de dar la vuelta de recorrer todo lo que allí estaba, de platicar un rato con los expositores, me fui caminando derechito a un lugar especial que había reservado para el final.
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Al puesto de la Pulquería de los Hernández, a tomar un pulque, con ese sabor tan peculiar que tiene, que nace muy arriba en la montaña, a horas de caminata, donde la paz y el sosiego es parte de su producción, el silencio el compañero infaltable, que a lomo de burro o caballo llega al pueblo casi todos los días, como dádiva del agave, de donde se extrae ese líquido que fue regalo de los dioses para los humanos, que no solo lo deja en una nube sino que además es un gran alimento.
Esta vez, no era el pulque solo, sino estaba preparado en curado, que se hace añadiéndole alguna fruta, esta vuelta fue mango y piña, la gran sabrosura, así con él en la mano, bebiéndolo sorbito a sorbito, dejando que esa delicia se encargara de darle gustillo al ahora y que con paso tranquilo recorriera por el cuerpo hasta dejarlo suave, suavecito, afinado como las cuerdas de un violonchelo, listas para ejecutar una dulce melodía.
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Hermosa tarde, hermoso momento y así saboreando, emprendí el camino de regreso.
ZAPOTITLÁN SALINAS
MÉXICO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

Desconocía las tetechas, ubico qué son gracias a tu artículo, de hecho las he visto florecer. Cuando pueda las probaré. (Y anduve en la ciudad de Puebla hace poco pero no las ví anunciadas). Me encantó el recorrido que nos has dado por la feria, yo me quedé contigo en el pulque, que para mí es una bebida deliciosa (cuando esta fresca y bien hecha) y siempre que tengo oportunidad me tomo un buen vaso acompañando una rica barbacoa que hacen acá. Saludos Themis.
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Depende como las preparen quedan bien deliciosas, en escabeche, pollo relleno de tetechas, saladas simplemente, hay muchas formas de hacerlas. No se si en la capital las hacen, es más de los rumbos de la Reserva de la Biósfera creo,
Fue un lindo momento y ese pulque un placer de dioses, fresco bien fresquito para el calor quemante que hacía. Gracias por acompañarme, un abrazo bien grandote
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Me ha encantado el chocolate, se me ha hecho agua la boca! Pero también con toda la descripción que me hace sentir que estoy allí, como cuando estoy en tu patio. Conoces México mejor que yo, me placer tanto cada salida! Y la hora del pulque, pues ¡Salud! Y un abrazo grande.
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Me alegra tanto Maty, que puedas pasear conmigo, recorrer a este México tan variado y hermoso, que se vuelve muchas veces una caja de sorpresas.
El chocolate una delicia y el pulque un alimento y probiótico estupendo, que tomándolo con moderación te beneficia en salud. Gracias un abrazo grandote
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A mí también me ha gustado conocer todos las riquezas que da esa tierra, que tan árida parece.
Me encanta el chocolate, es verdad que eleva el ánimo. De lo demás no puedo opinar porque solo lo conozco por tu blog.
Un abrazo grande!!
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Hay muchas, cada día descubro alguna nueva, algo que aparece sin conocerlo, algún fruto, alguna flor, y eso que no le he entrado a los insectos, los conozco de otras zonas y los he probado, una fuente excelente de proteínas y minerales. El chocolate aquí es bien artesanal, puro, sale directo del cacao, nada que ver con el industrial, otro aroma, otro sabor, otra cosa. Es muy rico, por lo menos para mí. Te mando un abrazo grande, gracias y que tengas un hermoso fin de semana
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Qué bonita fiesta, Themis, tan desconocida para nosotros en España. Allí los cactus son gigantes y
se sacan tantos productos de ellos y tantas degustaciones. Me gustó mucho conocer contigo esta
fiesta, eres una excelente anfiriona. Muhas gracias por ello. Mi abrazo fuerte. Feliz fin de semana.
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Gracias Julie, estuvo bonita, la verdad que mostró muchas de las cosas que se producen y se pueden saborear de lo que el desierto ofrece, cuando creemos que no da nada. Otro abrazo grande para tí y pásala lindo
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Siempre me es grato rememorar mi tierra con ese chocolate artesanal, las tetechas que veía en el mercado o bien, el pulque (maguer no pote nada que posea alcohol) y todo eso.
En lo personal, siempre es para mí un honor rememorar el estado de Puebla. Muchas mercedes por compartir esto, por hablar de historia de los elementos y todo eso. Cuídate, un amplexo y hasta pronto.
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Me alegro que te haya gustado, y que te haya traído recuerdos de tu estado. Gracias por hacérmelo saber, te mando un abrazo
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