LA PINTURA DEL CREADOR
Había terminado mi clase de yoga, estaba en ese instante en que la relajación alcanzada mantenía al cuerpo distendido, con la mente que había dejado de estar controlando todo aquello que pasaba a su alrededor y dentro de ella misma, nada interfería en ese instante que se había instalado y parecía que se levitaba, donde el peso no se sentía, el andar no tocaba el suelo y….
Perdida en esa sensación de gozo y felicidad a que nos lleva esa práctica del Savasana, la última postura que se ejecuta en el yoga, la asana del muerto o del cadáver, donde nos vamos dejando ir como si estuviéramos practicando nuestra futura muerte, la muerte del ego, de los deseos, de los apegos, de todo aquello que nos amarra a esa materialidad en la Tierra y que creemos que el no tenerla es la causante de nuestra infelicidad.
Refrescando la consciencia de ese no saber cuando la muerte se va a aparecer, de esa falta de predicción, lo que nos va llevando a retomar el camino del espíritu, dirigirnos hacia lo divino, lo sublime, lo simple y sencillo.
Ese momento de renacimiento antes de salir a ese mundo que nos espera, reconocer que todo es perfecto como es, que por algo ha de vivirse de esa manera, para prepararse a transitar ese pasaje a la eternidad, fin último del paso por este plano, disolverse, volatilizarse, hacerse uno con el Universo.
Abrí la puerta y sin esperarlo siquiera me encontré con un gran espectáculo en en el cielo, un regalo que desde lo alto enviaban para una sorpresa mayor de esa toma de conciencia, de poder permanecer unido a ello.
El Creador ahí estaba en su atelier, frente a ese gran lienzo que se desplegaba frente a él, donde de una forma magnífica jugaba con las formas, desplegándolas como si fueran manchones en él fondo azul cerúleo con que estaba pintado, le iba poniendo luces, que hacían que resaltaran más aún, como si fueran seres alados que circularan el espacio.
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Quedé extasiada mirando como se iba transformando ese soporte en donde con una destreza sin igual iba poniendo colores, acuarelando la pintura dándole capas superponiendo los pigmentos, por momentos dejando que secaran para lograr la veladura y volverlas más brillantes y obscurecerlas.
Con las formas, con las luces, con las sombras, a las que iba volcando de una manera muy lúdica, sin pensarlas, sin nada que lo detuviera a expandirlas.
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Con la boca abierta miraba ese inmensidad que tenía delante, ese renacimiento que me iba elevando, que me había hecho sumirme en ese destello de una creación sin trabas, de una magia hechizante, que cada vez iba marcando con más claridad los espacios, jugando con los rosas, con los amarillos con los morados.
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En cada pincelada iba entrando más en ese mundo pacífico, amoroso, donde todo está dado.
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Así fui viendo como el despliegue se intensificaba hasta llegar a su punto máximo para luego irse paulatinamente apagando hasta que se desapareció.
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A lo lejos una estrella quedó plasmada como si en ella, en ese punto de luz sublime se concentrara lo sucedido, testigo muda del evento acaecido.
MÉXICO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


El cielo siempre es un regalo para la vista. Pero tiene momentos lucidísimos, como estos que has captado.
Precioso.
Abrazo, Themis
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Gracias Eva, el cielo es un gran refugio para la visión y para el alma, da remanso y te hace perderte en esa gran inmensidad, un abrazo grandote
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Qué hermosas fotos Themis, en verdad que no necesitamos ir lejos para buscar la divinidad y lo sublime, lo tenemos todo el tiempo arriba de nuestras cabezas a toda hora. Un abrazo.
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Gracias Ana, lo tenemos en el Cielo y en el alrededor, no tenemos que ir muy lejos, está en donde nosotros estamos, sea en donde sea, un abrazo grande
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Sí, aquí tenemos atardeceres parecidos, como una auténtica pintura donde el cielo se va transformando y la nubes parecen pintadas por esa mano divina, invisible y mágica. Gracias Themis por darnos a conocer tu momento, por esa belleza que nos muestras y por tu inteligente observación mística. Te mando mi abrazo y te deseo una excelente semana. Besos.
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Gracias Julie, el Cielo en donde sea nos regala grandes muestras de esa mano tan sorprendentes que está ahí, bien dices invisible, lo hace al comienzo y al final de la jornada, como marcándonos esos dos momentos para que nos fundamos con ÉL.
Un abrazo grandote
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Ay Themissss! Me has elevado, me has hecho disfrutar. Todo, todo… Tu estado de absoluta paz y tu enamoramiento de lo que te rodea. Las fotos son maravillosas, me recuerdan el sitio donde viví que tenía una azotea donde se contemplaba el Cielo así. Y el pensamiento de la muerte, que el no saber cuándo, nos da vida. Total, una filosofía de vida que comparto al 100 %.
Gracias Themis por este regalo de domingo, te mando abrazo muyyy fuerte!
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Gracias Maty, que lindo que así sea, que lindo mirar al Cielo y que nos de esa maravilla de esperanza, que nos eleve y nos haga agradecer ese nuevo día vivido, un abrazo grandote
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Anticipando la visita al mundo de los sueños, a veces el atardecer nos muestra las maravillas del cielo en plena vigilia. Para celebrar que la paz está con nosotros. Un abrazo.
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Toda la razón, eso es lo bonito, celebrar esa paz, por más que estemos en una tormenta. Gracias Carlos, un abrazo grandote
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