Palmito
México es un país en donde muchas cosas poco acostumbradas en otros se comen y con ellas se saborean comidas deliciosas que no siempre a primera vista son aceptadas por quien las desconoce o no está acostumbrado.
Las flores como los insectos son elementos muy extendidos en muchos pueblos que esperan con ansias la temporada de que lleguen para volcarse a degustarlos.
Muchas veces hay que salir a recolectarlas, para de esa forma tener ese ingrediente ¡tan esperado!.
En el pueblo en donde habito en el desierto se nutre de muchos de ellos, insectos, gusanos que son delicias para el paladar, donde llegan gourmets de todas partes del mundo en la temporada para deleitarse con estos platillos para muchos extraños.
Las flores son otro de ellos y hoy les voy a contar el descubrimiento de una de ellas, que se me hizo una exquisitez.
Habían ido al desierto a caminar un poco el monte y de regreso habían llegado con una cantidad de flores blancas amarillentas, soltaban un aroma suave, etéreo, muy rico de sentirlo, llenaba la atmósfera de una fragancia que pacificaba.
Es conocida como palmito sin que tenga nada que ver con los que conocemos que vienen en lata.
Ahí me dijeron que eran para comerse, como ya estaba acostumbrada a cocinar otras flores como la de la calabaza que rellenas con queso y pasadas por huevo y harina son una delicia, o en quesadillas la manera más común de comerlas o sofritas o en sopa…o.. o…muchas son las formas de prepararlas, un alimento nutritivo y que en cualquier comunidad se encuentra, ya que el frijol, el maíz y la calabaza se puede decir que se plantan juntos.
Al otro día para el desayuno las preparé, las puse al vapor por unos momentos para luego, batir huevos y hacer un delicioso omelette con ellas, les agregué un poco de sal de mar, de la que aquí se cosecha, una producción que viene desde la época prehispánica, donde las salinas para la extracción rodean la región.
Esa sal verdadera llena de minerales guardados por miles de años, que en una pizca nada más nos dan todos los elementos que necesitamos para nutrir al cuerpo en su día a día.
¡Qué delicia! el comerlas, un sabor suave, sutil, con un cierto dejo amargo como por lo que he saboreado es característica de los elementos de la región, de los cactus.
El otro día golpearon a la puerta y pasaba una señora vendiendo estas flores pero aún cerradas y nuevamente las volví a preparar, sin embargo estaban un poco duras, así que las puse al vapor durante un tiempo mayor a las anteriores, mientras esta acción se llevaba a cabo, fueron soltando un aromático que embriagaba, dulce, muy dulce, apacible, llenó al patio con ello como si fuera una sesión de aromaterapia.
Y para que decir el deleite que fue comerlas.
Toda una experiencia sensible, desconocida que lleva a regocijarse con esas pequeñas cosas que se encuentran a un paso de distancia y que no se necesita demasiado para obtenerlas.
Una gran sabiduría de la Madre Naturaleza que ha regado en cada una de las regiones diferentes alimentos para que quien lo necesite se satisfaga con ellos y asimile las nutrientes con las que cuenta, lástima que el hombre en su ambición de buscar su beneficio haya ido exterminando los lugares en donde todas estas hierbas y cactus crecían sin nada que lo impidieran, así cada día son menos las que hay más allá que ahora en una gran parte se las trata de conservar.
Pensar que en una época daban de comer gratis a todo aquel que tenía necesidad que simplemente se acercaba a recogerlas.
MÉXICO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
Habrá que probar, tiene muy buena pinta. Un cordial saludo
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Gracias, la verdad que para mi gusto están deliciosas y ahora con la publicación me llegaron cantidad de recetas de diferentes partes de la República, a cual de todas más deliciosas, habrá que probarlas cuando regrese la época, Un abrazo
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Madre mia!! como me gustó tu entrada…hay que ir a México. En Rusia no comemos insectos y ni siquiera caracoles , tampoco muchas flores pero hacemos de los pétalos de rosas un delicioso sirope, una especie de mermelada.
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Aquí se comen mucho, esperan la temporada para disfrutarlos.
Debe ser deliciosa esa mermelada.
No sabía que vivías en Rusia, ni que te llamabas Tatiana me enteré en una de tus entradas, un gusto, y un abrazo grande
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Soy rusa , pero desde hace tiempo resido en España y me costó mucho aprender el idioma así que empecé aprenderlo teniendo la edad muy madura , por ello hay un montón de errores ortográficos y estructurales en mis textos. ¿Y a ti te llama Themis ? Un placer conocerte y leer tus sinceros textos. Un abrazo.
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Más allá te expresas bien, es lindo la forma en que lo haces, le da una cierta originalidad y espontaneidad que no la tenemos los hablantes del español como lengua madre.
Sí, mi nombre en Themis, de ahí el blog. A mí también me ha dado gusto el saber de tí. Un abrazo
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Nunca
El dom., 20 sept. 2020 a las 11:06, BLOG DE THEMIS… () escribió:
> themis t. posted: » Palmito México es un país en donde muchas cosas > poco acostumbradas en otros se comen y con ellas se saborean comidas > deliciosas que no siempre a primera vista son aceptadas por quien las > desconoce o no está acostumbrado. Las flores c» >
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Cuestión de gusto o de necesidad, un abrazo
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Tienen un aspecto de verás apetitoso, ignoro de que modos se han servido para que olvidemos conocimientos que nos han servido de alimento durante siglos. Un abrazo.
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Sí aquí lo he experimentado con otros alimentos que por publicidad han sido quitados de las dietas e impuesto otros en su lugar, lo malo es que nos dejemos. Un abrazo
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Tienen que estar muy ricas. Yo he comido la flor de calabacín rellena de queso y rebozada y me entusiasmó.
Con lo que no me atrevo es con los insectos por mucha proteína que tengan.
Que aproveche!!
Abrazo, Themis.
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A mí me encanta la flor de la calabaza en sopa con hongos.
Los insectos son difíciles algunos de ellos, igual que los gusanos, eso sí, es un prejuicio que traemos, pues el sabor es bueno aunque prefiero no comerlos. Un abrazo
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