LA HISTORIA DE M´HIJITO
Regresaba de un viaje de varias horas, iba rumbo a Las Toscas que es un balneario que está en la «Costa de Oro» uruguaya, en los autobuses que van por la Interbalnearia como se le conoce a una de las rutas que lleva a ese destino, andaba ensimismada como cuando se viene cansado y todavía queda una hora y media más de traslado.
Era la hora del retorno de muchos trabajadores y estudiantes, unos dormían, otros escuchaban música, veían videos, los más, compenetrados en sus pantallitas, dándole al dedito de un lado para otro.
De repente en una de las paradas se subió un «viejito» con un niño de unos cinco o seis años aproximadamente.
El niño ascendió con tal estrépito que llamó mi atención, lo miré a la cara pues se paró frente a mí en el pasillo, agarrándose de ambos asientos como haciendo equilibrio, su cabeza se movía para todos lados, como si fuera la primera vez que subía a un autobús o por lo menos de ese tipo. Observé sus grandes ojos, muy abiertos, como desorbitados, como queriendo tragar al mundo con ellos, no paraba de hablar.
Detrás de él, una figura encorvada, de cabellos blancos, suave, dulce, que con dificultad se movía.
Se sentaron detrás de mí, el niño no dejaba de hablar y hablar, iba en un estado de ansiedad que alteraba, rompía con la monotonía de los trayectos en autobús donde, salvo que suba un músico o alguien vendiendo algo, todos van con una determinada actitud, cada quien metido en lo suyo, sin ver que es lo que sucede alrededor.
El anciano trataba de calmarlo.
-¡Sentate, m´hijito!- le decía en una voz muy tierna, como de alguien que daba a entender que no sabía mucho de cómo tratar a un niño, ya que estaba en otra etapa, como que el pequeño se le había aparecido en su vida como algo inesperado.
¡Sorpresas!, que da la Vida, así como así, cuando menos lo esperamos.
-¡Abuelo!, ¿tá muy lejo pa´dónde vamo?
-Un poco, m´hijito
-¡Abuelo!, yyyy…¿ ahí tá la abuela?
-Si, m´hijito, la abuela nos está esperando- contestaba con voz dulce y calmada.
-¡¡¡¿Eso que es, abuelo?!!!, ¿pa´ qué tantos palos en el aire?
-Es un puente para autos, m´hijito
-Por ahí pasan los autos
-Sí, m´hijito, ¡¡¡Paaaaaah!!!!!!
Así seguía mirando todo y haciendo comentarios.
-¡¡¡¡¡¡Paaaah!!!!!!, abuelo, que cantidad de árboles- exclamó cuando pasamos por un bosque de eucaliptus de uno de los parques- ¡¡¡¡¡Abuelo,!!!!!!!, ¿Por qué tanto árboles?
-Es un bosque, m´hijito
-¡Un bosque!, ¡Paaaaah!, abuelo, vamo a ir al bosque, abuelo.
-Si, m´hijito, un día vamos
– ¡¡¡¡Paaaah!!!!, Abuelo, y ¿eso que es?
-El aeropuerto.
-¡¡¡¡Paaaaah!!!!. Es grande
La llegada al aeropuerto por donde pasa el autobús fue todo un acontecimiento, justo ve a un avión que eleva el vuelo.
-y…¿ ese avión pa´donde va?
-No lo sé, m´hijito.
-Va pa´ España. Y España…..¿ pa´ qué lado está?
-Está para allá-decía el abuelo y se ve que le señalaba alguna dirección.
-¿Cuántos días tarda en llegar a España?, ¿es muy lejos?.
-No lo sé, m´hijito.
-Ahí juega Messi, vamos a España abuelo, ¿me vas a llevar?.
-No lo sé, m´hijito.
El niño seguía moviéndose en su asiento, se paraba, se sentaba, se sorprendía de todo lo que veía no había cosa que no le llamara la atención y en los momentos que eso no sucedía, contaba historias de donde él vivía.
-Este año no nos trajeron regalos para el Día del Niño, ni siquiera una cañita voladora….con el Pira jugamos con cohetes y explotaban, pero se nos mojaron todos porque en el rancho, se llovió y ahí estaban donde se hizo un charco, se mojaron los cohetes, las revistas, la ropa, todo se mojó, cuando llueve entra el agua en el rancho. ¿Entra el agua en tu rancho, abuelo?
-No, m´hijito.
-Ta bueno, eso, porque cuando se moja hace más frío.
-¿Me vas a llevar al barrio, abuelo a visitar al Pira?
-No lo sé, m´hijito.
-Si vamo abuelo, vas a tener que llevar revólver.
-No tengo revólver, m´hijito.
-Entonces, ¿con qué nos vamo a defender?. Tenés que llevar revólver abuelo.
-No, m´hijito, no tengo revólver.
-¿Cómo que no tenés revólver?. ¿Con qué te defendés?.
-No necesito defenderme, m´hijito.
-¡¡¡¿No te defendés, ahí donde vivís?!!!- dice como aquel que no entiende que eso pueda suceder en algún lugar.
-No lo necesito, m´hijito.
-¡¡¡¡¡Paaaaah!!!!!!, abuelo, ¿qué son esas luces rojas?.
-Son semáforos, m´hijito.
-¡¡¡¡Pah!!!!, mirá, mirá, ahora se puso verde.
-Sí, m´hijito.
-¿No tenés revólver, abuelo?, vas a tener que comprar uno si vamos pa´l barrio.
Ya el atardecer se dejaba mirar, el sol declinaba en el horizonte.
El autobús siguió su camino y cruzó el arroyo.
-¡¡¡¡¡¡¡Paaaaaaah!!!!!!!!.¡Abuelo!, ¡Abuelo!. ¿Qué es eso?.
-El arroyo de Pando, m´hijito.
-¡Qué lindo, abuelo!.
Por unos segundos, quedó callado, como encantado por el paisaje que contemplaba, donde el agua mansa del arroyo tenía como escenografía la puesta del sol detrás, con todo su despliegue de color que volvía mágico el escenario.
-¡¡¡¡¡¡¡Pah!!!!!!, abuelo, ¿todo es así aquí?.
-Sí, m´hijito
-Abuelo, ¿cómo se llama este país?
Su expresión de sorpresa, de admiración, descubriendo un nuevo mundo, lejos tal vez, de la precariedad de donde salía, trasportado a otro mundo, dentro del mismo donde vive, con otro paisaje, con otra forma de vida, donde los revólveres, la lluvia que moja a pesar de estar bajo techo, no se manifiestan en esta otra realidad. Dos mundos con unas horas de diferencia.
Quién sabe qué acontecimiento había reunido al abuelo con el nieto, lo que se dejaba traslucir era que comenzaba una nueva vida para ambos, donde ya se dejaba vislumbrar una hermosa relación, calmada, en paz, aceptación y esperanza.
Costa de Oro
Uruguay
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Bello relato Themis, quién fuera un niño otra vez, descubriendo el mundo! Lo duro viene después cuando eres adulto y ves la realidad. Felicidades. Tus fotografías son magníficas.
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Gracias Belita, ver el mundo con los ojos de un niño, con su inocencia y sensibilidad sería algo muy hermoso. Un abrazo
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Hermoso relato ,, siempre tus palabras me transportan al lugar !!! Bellisimas las fotos !! Y por supuesto,una historia que nos hace pensar ! GRACIAS !!!
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Me alegra que así sea, un abrazo
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Es un relato fantástico. Tantos acentos distintos contiene un país que podría contener el mundo entero. Unos parecen anclados en el paso remoto el rural y otros acelerando hacia el futuro. Un abrazo
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Me alegra que te haya gustado. Muy buena observación la de los acentos. Un abrazo
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Una historia muy bonita. Me ha gustado el contraste entre la vitalidad del niño y la calma del abuelo.
Menudo viaje entretenido que os dio «mihijito» 🙂
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Así fue Eva, por lo menos para mí, no sé si para los demás, pues realmente el niño hablaba muy pero muy fuerte, sin embargo era un gozo sentirlo descubriendo otro mundo.
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Y qué bueno que hubo un acontecimiento que le dio la oportunidad a m’hijito de cambiar su vida…
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Sí, así es, era tan hermoso sentirlo cómo iba descubriendo otro mundo, su asombro, era cómo si el abuelo y el nieto a partir de ese momento se fueran a volver compañeros.
Un abrazo
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