EL ALADO QUE LLEGÓ A LA CASA

CUSTODIA DESDE LA ALTURA

Y hoy sin invitación, un mensajero alado que desde el cielo descendió llegó a la casa, ese guía espiritual que trajo consigo ese susurro de lo alto, que nos protege y nos confiere la sabiduría.

Estaba yo enfundada en el recuerdo, dejando grabado en el papel ese instante, recorriendo una vez más el pasaje eterno de las Bienaventuranzas en el corazón de Basílica de Guadalupe, pues su gran día se acerca y buscaba una forma de reverenciarla, a la Tonantzin, Nuestra Madrecita, la Madre Tierra. ¿Qué mejor ofrenda que la de aquella visita a su Santuario hace ya unos meses, llevando conmigo un encargo tejido en sueños?. Mis pasos, de pronto, fueron impulsados hacia un lugar recóndito y desconocido, a un nido místico y acogedor dentro de esa Villa Sagrada, donde el ayate de Juan Diego con su imagen ahí se encuentra.

Un sitio inexplorado, del que jamás sospeché su existencia. Fui llevada por una fuerza invisible, cuya procedencia escapa a mi razón, una marea arcana fue mi faro y mi alma lo siguió, ahí se me develó ese jardín secreto que parecía oculto, solo, sin nadie que lo recorriera, como si estuviera reservado para pocos su existencia.

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En eso estaba, seleccionando las fotos, cuando escucho un silbido que venía de afuera, del patio de la casa, que me llamaba con una cierta urgencia, salí y con la mano me indicó que mirara hacia arriba, en dirección al tinaco de la azotea y ahí me sorprendió lo que veía, era él, esa ave majestuosa, que soltaba de su pico un chisteo que parecía contestar al que de abajo se le hacía, con unos grandes ojos que miraban todo a su alrededor.

No daba crédito un halcón estaba visitando la casa y nos hablaba, sin lugar a dudas era una señal, algún mensaje nos traía, era un presagio de cambios de nuevas oportunidades, a que se le prestara más atención a los instintos a esos recados y señales que vienen desde el Universo, desde ese macro que nos habla, que si nos volvemos antenas lo recibimos en nuestro micro universo, hecho a imagen y semejanza del majestuoso y eterno.

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Desde ese velo de lo hermético, irrumpiste sin aviso, llegaste, ¡vaya visita insospechada!, envolviste el instante en el asombro, en lo jamás imaginado, ni pensado, ni deseado, fuiste como un milagro que se posó sobre la rutina, una guía luminosa, un mapa trazado en el aire que disipó la bruma de estos inciertos momentos.

Me recordaste que la intuición es el lenguaje secreto del alma y que ese mundo místico susurra constantemente a través de evidencias sutiles, que si las escuchamos, que si somos capaces de verlas nos abren el baúl de la confianza, de ese sentirse unidos al Todo y a la Nada.

Estuviste un rato allí parado para luego salir volando del otro lado del patio, te veía a través del maracuyá, que ya nos está dejando, otro regalo divino que nos hizo un techo para lidiar con los calores de ese verano intenso, nos dio sus frutos para prepararnos con sus nutrientes para el invierno que vendría.

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 Y te esfumaste, no como sombra sino como una revelación que asciende, dejando una vibración profunda de alegría.

Ahora lo sé, desde allá arriba nos custodian, estamos protegidos.

Fue la confirmación palpitante para no bajar la guardia jamás, estar atento, enfocado y para confiar ciegamente en el hilo invisible que nos conecta con el misterio.

Prodigioso encuentro, que muestra que la «magia» existe, que la podemos evocar pues somos parte de ella.

MÉXICO

NOVIEMBRE 2025

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EL CIELO SE PIERDE EN EL INFINITO

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Agradezco fotos tomadas de internet

seandogjani

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12 comentarios en “EL ALADO QUE LLEGÓ A LA CASA

  1. Qué hermoso aviso, y cuánta gente no lo ve. Pero así es Themis, son avisos, recados del más allá que nos llegan al más acá, ese vuelo majestuoso, elegante con sus alas, como brazos dispuestos a abrazarnos… es una imagen preciosa y muy confortable. Gracias por compartirlo con tus lectores. Mi abrazo fuerte.

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    1. Sí Julie, sin lugar a dudas, no son casualidades, estas aves no andan nunca por el pueblo sino en el bosque de cactus, donde sí hay muchos, al igual que otros como las águilas, pero llegar y detenerse en la zona poblada del centro, es raro, también pudiera ser un aventurero jjajajajaja, Abrazo grande y gracias

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  2. Hola, Themis. Qué bonito lo que compartes. En mi zona también es frecuente ver rapaces, y me entusiasma observarlas. Ayer mismo pude distinguir un águila calzada volando a muy baja altura; es una especie bastante habitual por aquí.

    Gracias por contarlo. Un abrazo 🤗

    Beatriz (Historia)

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    1. Gracias Beatriz, aquí también son habituales al igual que las águilas, pero para el lado del monte, del desierto, en pleno pueblo es difícil, sobre todo que se detengan en la casa y se queden un rato en ella. Son hermosos verlos, al igual que las águilas, majestuosas, abrazo bien grande

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  3. ¡Qué lindo! El suceso, el halcón maravilloso. Vida, es vida, qué bendición. Y claro que nos cuidan. Y ¡Claro que hay maravillosos misterios! Lo bello es atraparlos, no dejarlos pasar y guardarlos como algo muy preciado. Un gran abrazo Themis. 🌹🌹🌹

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