RECORRIENDO PASARELAS
Fui dejando todo ese tianguis que se forma alrededor del Zócalo y la Catedral, en ese corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde cada día aparecen más vestigios enterrados de todo lo que era la gran ciudad de Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca, cuando se trató de erradicar todas las creencias y formas de vida que había en ella, se buscaba, si era posible demoler todas las piedras que tenían sus estructuras y crear edificios nuevos a la usanza de los recién llegados. Más allá del asombro que les causó el encontrarse con la grandeza de esa gran urbe con sus canales donde multitud de canoas iban y venían, edificaciones en las islas y en las orillas de ese gran lago, la belleza que allí reinaba, a lo que Hernán Cortés describió como una «urbe palaciega», sin embargo había que sepultarla.
Solo queda de ella el recuerdo de lo escrito por alguno de los frailes que acompañaban a los conquistadores y que venían dispuestos a evangelizar, mostrar que su dios era más poderoso que el de ellos, pues si no fuera así no le hubieran ganado y quedado con todo el territorio, también mostrarles lo «odiados» que eran por todos los pueblos del alrededor que se unieron a los recién llegados pensando que con eso se liberarían, en vez de cargar como sucedió, con un yugo mayor y con toda la ignorancia y sometimiento que ello significó.
Fui llegando a la entrada, no más de asomarme uno de los policías custodios de muy mala manera, me manda a una fila para pagar mi entrada, lo sentí harto dirigiendo el tránsito humano, donde una fila larga, bien larga aguardaba que le cobraran, sabía que no pagaba pues traía conmigo mi tarjeta de adulto mayor y con ella la entrada es gratis.
Así que me fui directamente a donde estaba el torniquete, enseguida otro uniformado, más molesto que el primero intentó pararme, indicando que fuera para el otro lado, me quedé mirándolo, ahí vio mi tarjeta y se corrió.
Indudablemente era un desborde de personas, un mal día y mala hora, sin embargo iba a lo que iba, quería ver el muro de cráneos, no otra cosa.
Entré.
*

*
Fui caminando por esas largas pasarelas que de un lado y del otro van mostrando lo que fue parte de esa gran ciudad, no me detuve mucho en la observación, sino en seguir mi camino, más allá que me llamaba la atención el ver las piedras y los edificios virreinales que la circundaban.
*

*
Hubieron algunos puntos de ella que me atajaron unos segundos, como el ver al maguey creciendo entre piedras, me llevó al desierto, me recordaba que de allí venía, que no lo olvidara, en algo se unía a todo eso que me rodeaba.
*

*
Seguí, las pasarelas estaban por momentos abarrotadas, entre las personas que había y que todos se paraban para hacerse fotos, para contemplar y me llamó mucho la atención, que se detuvieran en el medio de ellas, de que no tuvieran en cuenta a los demás sino a sus propias necesidades y claro eran como coágulos frenando la circulación.
Me reía conmigo misma, imaginando todos los accidentes cerebrovasculares que podrían ocurrir en el tráfico peatonal por esos pasillos que parecían venas y arterias, donde solo se podía transitar siguiendo las flechas.
¡Vaya locura! y sin lugar a dudas no se tenía para nada en cuenta al otro, el «yo» preponderaba y ni se diga cuando estaban en grupo, ahí era mucho mayor el desempeño del ego, la colectividad protegía y los amparaba, ellos tenían el poder de decisión, «pasan o no pasan, somos un grupo».
Me reía mientras observaba a un coágulo fotografiando a otro coágulo, entregando el poderoso teléfono que todo lo puede, esa extensión de uno mismo y otra cosa que me sorprendía mucho era ver que todos sacaban la misma toma. Si el grupo aprueba, está bien, tener los propios criterios eso es un gran peligro pone en riesgo a la sociedad toda, ¡vaya forma! de perder la autonomía y ni se hable de la creatividad o del pensamiento crítico y ni se diga la autenticidad.
*

*
Vaya simbólico momento, eso sí no eran solo mexicanos los que allí estaban, sino muchos extranjeros, idiomas varios, no solo inglés, pues sin lugar a dudas ese es un punto que los extranjeros no dejan de recorrer cuando se encuentran en la gran urbe.
Seguía mi camino sin mucho detenimiento, salvo cuando los coágulos impedían el libre flujo.
Los colores de la gran Tenochtitlán allí estaban representados, en esa piedra circular en ese poderoso monolito que plasma la derrota de Coyolxauhqui. conocida como su piedra.
Cuenta el mito azteca que cuando nació Huitzilopochtli, el dios del sol, la guerra y el sacrificio humano, brotó de su madre Coatlicue listo para luchar contra todos sus hermanos que eran 400, ya que su hermana Coyolxauhqui, pensaba que el retoño que iba a nacer era producto del engaño y había tomado la decisión de matarlos a ambos, a él y a su madre.
Sin embargo, él con todo el poder que traía atacó a sus hermanos, decapitó a su hermana, la desmembró y se convirtieron sus consanguíneos en estrellas y su hermana en la luna, los cuales brillan hasta nuestros días en el cielo nocturno.
*

*
La piedra la muestra a ella, «la que porta cascabeles en la cara» decapitada, con sus miembros desprendidos de su cuerpo, con este crimen comenzó el período de grandiosidad de Huitzilopochtli, su hermano quien será el más grande de los dioses mexicas, dios del sol y la guerra.
Seguí mi camino, quería llegar al Muro de los Cráneos y alejarme del sol y de ese desfile de cientos de personas por las pasillos.
Pasé frente a Tlaloc, el dios de la lluvia, lo saludé y le recordé que no se olvidara de mandar agua para el desierto en la temporada de aguaceros, que no solo pasaran por arriba las nubes sino que se descargaran, con moderación, tampoco con todas sus fuerzas.
*

*
De repente me topé de frente con un jaguar que me miraba, con sus grandes ojos y mostraba sus dientes afilados, ese animal sagrado, símbolo de la autoridad, la fuerza, la protección, la ferocidad, caminante de la noche, que guarda el misterio y el poder espiritual.
Me recordó a los Guerreros, tanto a los Águilas, como a los Jaguares que representan a la luz y a la oscuridad respectivamente, siendo ellos estos últimos sus guardianes asociados a la muerte.
*

*
Eran ejercitos de elite de los aztecas, quienes se vestían con las pieles y plumas de estos animales en las batallas, y aterrorizaban por su gran valentía, sus habilidades en las lides, su ferocidad e iban adelante de todos, también eran los que se encargaban de tomar prisioneros para los futuros sacrificios, para ese muro al cual iba en búsqueda.
Continué con mis pasos cuando abajo de la pasarela algo me hizo pararme en seco a observarlo, pues además estaba solito, a nadie atraía, pasaban a su lado sin mirarlo y sin lugar a dudas guarda en sí mismo un gran significado, con el sonido de su trompeta Quetzalcóatl logró anunciar la creación del hombre nuevo, desde ese instante lleva consigo el símbolo del nacimiento y la reencarnación: el Atecocolli, el caracol.
*

*
Ya había llegado a la puerta de acceso al museo, donde me esperaba ese muro que me llamaba.
Entré y…
CONTINUARÁ…
MÉXICO
ABRIL 2025
***
HACIA EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
MUSEO DE LA CANCILLERÍA: KASUMASA NAGAI
MUSEO DE LA CANCILLERÍA, CIUDAD DE MÉXICO
ENTRANDO A LA CIUDAD DE MÉXICO
***
Te invito a visitar mi página de face
Y TAMBIÉN EL BLOG
puedes encontrar otras entradas que te interesen.
GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


Hola Themis, que suerte tienes de poder disfrutar de los restos de esa ciudad azteca, he visto con anterioridad algunas fotos de la ciudad Tenochtitlán, capital del Imperio Azteca, y son una maravilla, al igual que las que tú compartes. Supongo que los vigilantes deben de estar de turistas hasta el gorro.
Un abrazo y gracias por compartirlo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nuria, qué lindo saber de tí y que me has venido a visitar, asi en pleno centro de la ciudad te encuentras con muchos sitios arqueológicos y todos los que siguen descubriendo. Es un gran privilegio el conocerlo.
Los vigilantes por supuestos que están hartos de tanto turista y personas que van a visitarlo y que muchos hacen lo que quieren. Te mando un abrazo grande y gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es un lugar impresionante, pero es cierto que hay demasiada gente. No obstante se vive intensamente el recorrido. Gracias por mostrarnos las fotografía, y sobre todo por contarnos sus maravillas y tus impresiones y comparaciones que me fascinan. Te mando mi abrazo grande.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Julie,gracias a tí por leerlo y compartir conmigo el recorrido por un lugar que conoces. Siempre el centro de México y sus alrededores están llenos, ir, es saber que te tomas en muchos lugares con la marabunta, eso sí, es un lugar muy pero muy bello. Te mando un abrazo super grande y feliz fin de semana
Me gustaLe gusta a 1 persona
Fantástico! Tengo muchas ganas de conocer este importante sítio. Saludos desde Brasil
Me gustaLe gusta a 1 persona
Cuando puedas date una vuelta por México vale la pena, la cultura, la gastronomía, las tradiciones, que aún se mantienen en muchas regiones y pueblos, a la vieja usanza. Abrazo y gracias por tu comentario
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Themis, gracias por enseñarnos las bellezas de tu tierra. Cuánta historia muestran esas imágenes y lo que te queda por enseñar más todavía, creo.
Un abrazo. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es una tierra México que guarda mucha historia, a donde vayas la encuentras, es tanta que en zonas remotas caminas y ahí están sin ser exploradas, pues no hay tiempo para todas. Seguirá la entrada sobre el Templo Mayor, ahora el próximo sobre el último gobernante Cuauhtemoc, cuando la conquista y sobre el muro de los cráneos, otro abrazo para tí y gracias
Me gustaMe gusta
Hola Themis, pues yo fascinada con tu recuento. Para mí las ruinas de lo que fue la capital del imperio Mexica son como el centro neurálgico de mis ensonaciones. Me gustaría mucho que alguien recreara el Templo Mayor con luces en la noche (lásers), y así uno poder mirarlo en pie. Estoy segura que el museo te encantó. Ya nos dirás. Hay días mejores para visitarlo, normalmente entre semana y lo más temprano posible. Siempre que voy hay nuevos descubrimientos y es muy agradable ver todo nuevamente (al menos para mí). Te dejo abrazos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Ana, sería un espectáculo increíble, algún día, no pierdas las esperanzas, cada día está más cerca que alguien lo cree.
Ya conocía el museo, he ido varias veces a él, esta vez no pasé de la entrada, pues ahí estaba ese muro de cráneos que buscaba, bueno la réplica. Había mucha gente y no se me antojó para meterme, demasiado movimiento pululando y ya estaba muy cansada. La próxima vez iré tempranito, luego te cuento. Gracias abrazo bien grande y seguirán las entradas sobre él.
Me gustaLe gusta a 1 persona