SALIENDO DEL TEATRO MÁGICO PÉTREO

LA CASCADITA CANTARINA

Esa sala al aire libre de ese teatro misterioso rodeado de paredes de piedras que hablan, que cuentan, que para llegar a él se fueron cerrando para que claudicaras, que no te atrevieras, a llegar a esa cumbre convocada para que todos los personajes que habitan dentro de ti se integraran en un solo ser pleno y auténtico, para ello tus emociones eran las guionista, daban sentido a cada escena, tu ego el director, coordinaba y dirigía las actuaciones para que cumplieran con tu narrativa. El productor, era la conciencia  encargada de gestionar los recursos internos, lo que quedaba y lo que se dejaba atrás para ir creando esa nueva versión de tí mismo, eso sí la escenografía te la había cedido el Gran Creador, con su obra maestra volcada en esa naturaleza de millones de años.

Todos trabajaban en conjunto para que el verdadero ser emergiera.

Era hora de dar la vuelta, de desandar el camino, de salir de él. Así lo hiciste, sin duda alguna, no esperabas que el águila, esa que habías ido a buscar apareciera, te habías transformado en ella, para elevarte al cielo, buscar ese lugar donde el alma se torna auténtica, como un lucero que brilla con intensidad en la noche eterna.

Sueltas lo que ya no te sirve, lo que pesa, esas experiencias pasadas que estaban hundiendo a tu corazón en una gran desazón. Sin miramientos dejaste que se fueran, la confianza absoluta estaba en el avanzar hacia ese camino interno, desconocido, donde la incertidumbre por sus formas sencillas y simples te desconciertan, más allá que la esperanza y una chispa divina te señalan, una nueva oportunidad.

Diste la vuelta y ese trayecto que desandabas se volvía más abierto, luminoso, un pequeño riachuelo de agua salada lo recorría, con colores tornasoles que en él se reflejaban, dándote la bienvenida, el Hermano Sol te regalaba, esa imagen para que vieras las maravillas que esta vida guarda, cómo el Cielo se refleja en la Tierra.

*

*

Mientras andabas, los reflejos milenarios de esas paredes de piedra que te rodeaban se reflejaban, dejando ver la simetría como la obra perfecta de una paciencia infinita y un tiempo que no se apresura. Tienes todo el tiempo del mundo, aunque no lo creas, si dejas que él siga su curso.

Dentro tuyo saboreas un gustillo a liberación, como si hiciera siglos que no lo sintieras, lo desconoces, te sorprende, esa sensación de alivio que surge al dejar atrás lo que te hace daño, lo que te imposibilitaba a crecer, esa carga que te apachurraba, que te ataba a un pasado que ya no era y no te permitía que el presente en toda su magnitud aflorara como la única posibilidad que se tiene.

*

*

Por otro lado, la nostalgia se deja sentir, pues también abandonar lo que no podemos sostener, la costumbre a estar atados a esa falsa seguridad, a todo eso que guardamos como si en esta dimensión fuéramos a vivir por siempre, nuestro yo envuelto en esa fantasía, donde la comodidad lo acoge aunque se sienta su prisionero, deja que el miedo a lo que no conoces unido a la incertidumbre de lo que sobrevendrá, por momentos te haga titubear.

Un gran suspiro que te energiza sale de tu boca, te das cuenta de esa pequeña victoria que has logrado en tu parte interna, ya que esa decisión de dar la vuelta, no solo fue física, también mental, lleva con ella la emocional y la espiritual, te descubre la capacidad de reinventarte o mejor dicho, de revelarte sin importar los años, para seguir adelante.

Esa dualidad que se siente, ese tener que elegir y en esa acción descubrir que para hacerlo tienes que rechazar, dejar, pues es inherente al acto que tienes presente, tomar un camino en esa bifurcación hacia el mundo del afuera o ya de plano sin miramientos hacia tu laberinto interno, un cambio profundo por más que sientes que se abren puertas, sin embargo no hay vuelta atrás, una vez que lo conoces aunque te quieras salir de él, es imposible.  Conocerlo es estar en la gloria y aunque ella te pida que te deshagas de ti mismo de ese que con tanto esmero en tantos años has ido creando a imagen y semejanza de lo que el afuera pedía, para ser aceptado, para ser honrado, para lograr ese estatus que el mundo que te rodeaba decía que debías llegar. Lo que se fue, ahí quedará. Soltar todo… suelta ya.

Miras los reflejos, parece que te hablaran, que entablaran un diálogo entre el pasado y el presente, las piedras erosionadas por siglos te empiezan a contar historias silenciosas entre curvas y líneas que llevan consigo una armonía ancestral.

*

*

-No te de miedo, él está contigo, más cerca de lo que crees, solo tienes que fluir, entrar en la frecuencia que el desierto te marca, esa que va a ir nutriendo tus pasos.

Sigues tu camino, cada paso es una revelación, huella a huella dejas atrás el escenario y en un soplo te encuentras en el mundo animado, has llegado de nuevo a ese estar, distintas escenas se presentan, las miras, sonríes a ellas, te da gracia lo que ves con tus nuevos ojos, no juzgas, no interpretas, solo absorbes la grandeza.

*

*

Te sientas un momento a descansar, a hacer un alto para digerir lo vivido en ese corazón que se abrió al espíritu, sentir la paz que surge de la reconciliación interna y el haber conocido esa conexión profunda con lo divino.

En el silencio encuentras la claridad, te estás un rato así, en ese vínculo que no quieres que acabe, cuando como en un murmullo te empieza a cantar con un sonido tierno y dulce de agua que cae, se desliza y fluye, te envuelve, te acobija como si fuera la nana que la nodriza naturaleza entona, para que no pierdas la calma, para que despiertes del sueño en que te hayas y abras tus ojos al verdadero misterio.

*

*

Es, una cascadita cantarina que te muestra que tan grande puede ser lo pequeño, su sonido se expande como si hiciera un eco en todo el desierto, la sorpresa te sorprende, el encuentro se vuelve la magia contenida en tanto tiempo de espera.

No es magia, es la verdad, la corriente de la naturaleza que te enseña que la vida, como el agua, siempre encuentra su camino, adaptándose a las circunstancias, brincándolas, fluyendo en ellas y renovando la existencia.

*

*

Vas aceptando el ritmo natural de las cosas, en todas ellas, hasta en aquellas creadas por el ser humano, te dejas llevar, encuentras la armonía en ese cantar melodioso que el cosmos runrunea, te unes a él en su propio cauce, como lo has hecho en este río seco que espera las lluvias para llenarse y entras en una danza eterna, indestructible donde se une tu esencia y en cada arabesco vas reflejando tu espíritu inmortal, uniéndote a ese ballet entre luces y sombras, silencio y movimientos, en ese ciclo sin fin que trasciende el espacio y el tiempo.

CONTINUARÁ…

MÉXICO

MARZO 2025

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8 comentarios en “SALIENDO DEL TEATRO MÁGICO PÉTREO

  1. Querida Themis,
    tu Cascadita Cantarina no solo canta, acaricia el alma con su fluir sagrado. Qué belleza la tuya, la de entrelazar el alma humana con la Tierra.
    Leer tus palabras es como sentarse bajo un cielo y dejar que el espíritu respire. Gracias por lo que siempre revelas, por recordarnos que soltar es también renacer y por las imágenes que nos compartes, son pura belleza.
    Un fuerte abrazo 🤗 🌷

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    1. Hola Ivonne, que gusto que andes dándote una vueltecita por este espacio.
      La Tierra es la Madre que nos da cobijo, aunque la maltratemos y no le demos importancia, sin embargo, cuando andamos en ella, nos ampara y nos regresa a la vida, a esa paz del alma. Abrazo grande y gracias

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  2. ¡Themis, qué me estás haciendo! Me estás transportando como nunca con las palabras más hermosas, con tu poesía pura, pura poesía, a lo eterno y a tu alma, que también lo es. Una reflexión espiritual que desnuda tu interior como un gran regalo en nombre del Humanismo y de la profunda sensibilidad. Tus escritos van en aumento de tono en todos los sentidos, serán eternos como las piedras. Muchas, muchas gracias. Un abrazo que valga por mil.

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    1. Hola Maty, gracias, la poesia es un puente que nos conecta con lo esencial, con la sensibilidad pura del ser humano, y si nos lleva a ese Humanismo en cada uno de nuestros pasos. No me considero poeta, no siento que lo soy para ello falta tanto, aunque tal vez sin darme cuenta me estoy acercando a ello.
      Saber que mis palabras logran tocar lo más profundo de tu alma y te transportan hacia esa belleza eterna es el mayor regalo que puedo recibir y alegran mucho mi corazón. Abrazo grande, muy grande

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  3. , tiene que ser impresionante vivir esa experiencia que nos has contado con tanto detalle y vivencia. Ese caminar entre piedras milenarias, esa observación de la naturaleza, compartir el camino, hacer visible tu yo interior en el regreso y comparar impreiones existenciales, genial, Themis. Me alegro que tu peregrinación sea tan grato y espiritual como nos lo cuentas.

    Gracias, por hacernos partícipes de tu experiencia. Las fotos, impresionantes.

    Feliz semana. Mi abrazo fuerte.

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    1. Hola Julie, muy bella experiencia sin lugar a , todas esas andanzas por el desierto. que te van abriendo otra dimenxión, donde aun son lugares donde casi no pasa gente, donde no hay nada y tienes la historia ahí a dos pasos de tí. Gracias por tus palabras por verlo de esa maenra. Abrazo bien grande y una semana esplendorosa

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  4. Hola, Themis, la vida que fluye como el agua a través del tiempo. Qué bellas palabras e imágenes. Y qué bello es nuestro planeta cuando el ser humano no se entromete mucho en él. La tierra es testigo del paso de los siglos, lo único que tiene un gran mosquito encima que continuamente la ataca para chuparle la sangre-vida.

    Un abrazo. 🙂

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    1. Sí, asi es, ese parásito que solo sabe destruirla en vez de respetarla y cuidarla. Lo que tiene el desierto es que puedes introducirte en él y andar por muchos lugares a donde lleva quien sabe cuanto tiempo sin que un ser humano llegue a él. Es muy fácil encontrarte con el vacío y entrar en ese silencio que deja que tu voz interior nazca se exprese y te guíe. Abrazo bien grande y gracias

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