UNA MIRADA A LA CIUDAD DE INDIOS

Dentro del baúl de los recuerdos apareció este escrito, que quién sabe los motivos por los cuales no lo publiqué en su momento, esas cosas raras que pasan a veces, que «lo urgente no deja tiempo para lo importante», al decir de Mafalda, esa creación única del gran Quino, eso sí, no me pregunten qué fue lo «urgente», en este caso, pues tampoco se los podría responder, simplemente salió así, y bueno que así quede, total, a quién le importa, a mis años, ya puedo darme el lujo de estar demente, seguir como si nada andando y decir cualquier disparate. Me lo he ganado…

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Estaba en Tehuacán y tenía un buen rato de espera, ya que lo que tenía que hacer, ver papelerías era imposible pues se me ocurrió el hacerlo en el inicio del ciclo escolar después de la pandemia y estaban atiborradas, las filas llegaban hasta las calles esperando para ser atendidos.

Hacía mucho tiempo que no me encontraba en una ciudad en el inicio de este suceso, la ciudad » de los dioses» como se le conoce o «la de indios», ya que compraron el título a la Corona española, 150 años antes de la Independencia, debido a que esta tenía tantos gastos para mantener la corte que tuvieron que hacerlo, de esta manera los «indios», tuvieron su propio autogobierno y fueron dueños, por adquisición, de su propio territorio.

Estaba convulsionada, los cláxones sonaban por doquier dando ese toque de desequilibrio a todo el ambiente, indudablemente era como si se hubiera sufrido una crisis psicótica colectiva.

Por momentos, pensaba que me había equivocado y había entrado a un manicomio en donde nadie estaba contenido. Los dioses habían enloquecido o habían metido algo en el agua para que los mortales les dieran un espectáculo de divertimento. Sin embargo, solo era el llamado de la educación.

Me había llevado mi itacate, (provisión de comida) así que fui pasito a pasito caminando a un lugarcito que dentro de lo encementada que es la ciudad, sin muchos lugares para el esparcimiento, hay uno, el Parque Ecológico que si bien no es un remanso pues está rodeado de calles muy bulliciosas, tiene muchos árboles, muchas bancas, mucha sombra y para el calor es ideal.

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Mientras iba viendo todo lo que acontecía con mucho cuidado de no recibir un empujón, pues la locura no dominada, no miraba ni por donde iba.

Este parque nació cuando se reconstruyó El Complejo del Carmen.

El Complejo Cultural el Carmen es sin duda una de las joyas arquitectónicas más valiosas de Tehuacán, pero pocos saben que construir este hermoso proyecto para la ciudad requirió de 36 años y que nació de la mentira.

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Todo comenzó allá por el año 1740 cuando llegan al lugar nuevas órdenes religiosas, entre ellas las Carmelitas, las cuales enseguida lograron la simpatía de los acaudalados de la ciudad, los acomodados, sin embargo les tenían prohibido edificar o hacer algún culto público, cosa que no les importó mucho, como que se olvidaron por unos momentos de su calidad de religiosas y de que uno de los mandamientos dice: «No mentirás».

Unos años después, trataron de obtener un permiso para construir una iglesia, diciendo que no tendría fines particulares, solo el uso que ellas le iban a dar, sin embargo, la orden de los Franciscanos se molestó mucho cuando se enteró que le habían otorgado la autorización, pues ellos si conocían verdaderamente el objetivo que tenían estas monjitas tan amables e inocentes y por otro lado no querían competencia y que les sacaran ni un ápice del poder que ellos ejercían.

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La construcción comenzó con mucha lentitud pues no obtuvieron de los benefactores lo que esperaban, tal vez, no querían involucrarse con los chismes que estaban rodeando a ese evento o tal vez la voluntad superior se los obstaculizó, ¿quién sabe?, esa son las partes de las historias que a veces no se conocen, ni nadie habla o lo que es más si hay algún documento mejor es esconderlo, no vaya a ser que se sepa toda la verdad detrás de la mentira.

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Viendo que el proyecto no iba ni para atrás ni para adelante, resolvieron en el año 1759 mudarse al lugar, creyendo que de esa manera obtendrían más donativos, pero no fue así, jamás se imaginaron que tardarían 36 años para ver el convento terminado, más allá que fue la mayor obra arquitectónica de Tehuacán durante la Colonia.

Este bello edificio ha sido testigo de la historia de la ciudad, pasando por diferentes funciones, como Convento, hospital, iglesia, cárcel, estación del Ferrocarril, cuartel y ahora sitio de esparcimiento y cultura.

En la actualidad alberga al Complejo Cultural del Carmen que incluye los Museos del Valle de Tehuacán, la Biblioteca Municipal, el Patio de las Columnas, la Iglesia, el Parque Ecológico, al cual suelo ir a disfrutar mi comida, bajo los grandes árboles que lo circundan.

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Cuando llegué busqué un lugarcito en donde poder sentarme tranquila y disfrutar de mi almuerzo, más allá que estaban casi todas las bancas ocupadas, muchos estudiantes con sus uniformes se encontraban disfrutando de sus sándwiches y su merienda, como que me di cuenta que a esa hora eran bastantes los que como yo, lo elegían para nutrirse con los sagrados alimentos.

Apenas me senté, abrí mi topper un grupo de palomas llegó volando, conocedoras de que algo les tocaría, gordas, muy bien alimentadas.

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Ahí estuve un rato disfrutando mi comida, descansando, volviendo a tomar fuerza para proseguir mi camino, aún faltaba un rato para ir a la cita que me esperaba, así, que decidí dar una vuelta, por este Complejo, tan importante para una ciudad que prácticamente no tiene lugares a donde ir a caminar o para el esparcimiento, salvo salir fuera de ella.

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2022

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