«Una vida es como un relámpago en el cielo,
corre como un torrente por la ladera
empinada de una montaña»
Buda
El otoño ya estaba en su pleno apogeo, con ello mostraba al día que enfriaba a medida que se iba diluyendo y daba paso a ese momento en donde en un ¡TRIS!, la oscuridad se hace cargo que la luz desaparezca cada día más temprano y de esa manera se acorta y el mundo del silencio se apodera con sigilo del alma.
La enmudece, dejándola perpleja, eso sí, no con la velocidad con que lo logra el invierno con todo el entrenamiento previo.
Había salido a dar la vuelta, a caminar un poco el pueblo y me dirigí a mi platea. Ese lugar que tengo reservado en las alturas del montículo donde está la Iglesia del Calvario, ese pequeño espacio de piedras ígneas que es la elevación que desde ella permite tener una visión del centro del poblado y a lo lejos esas montañas que lo rodean, junto a los cactus y parece ser un rinconcito que resguarda la naturaleza.
Me llevé abrigo pues a pesar que aún el calor se dejaba sentir, pequeñas ráfagas que se asomaban de repente hacían notar que el frio revoloteaba como avisando que ahí estaba y que en cualquier momento se podía hacer cargo de ser él quien preponderara.
Los atardeceres de otoño tienen algo sin igual, las luces doradas van tomando notoriedad, se hacen cargo del descenso del Hermano Áureo, al que visten del color del oro, con un brillo especial.
*
*
Llegué, ya Tonatiuh se retiraba decidido a ponerle fin al día y dejar que la noche se hiciera cargo de lo que sobrevendría.
Arriba del montículo se sentía el frío, las pequeñas oscilaciones de aire lo traían, me abrigué mientras no dejaba de ver una nube que estaba estacionada en el cielo.
*
*
Su belleza me absorbía, me hizo detenerme en ella y pensar en Buda y en sus palabras
«Esta existencia nuestra es tan transitoria
como las nubes de otoño.
Contemplar el nacimiento y la muerte
de los seres es como mirar
los movimientos de una danza.»
En ese instante mientras seguía mirando la nube vino a mí el desapego, la estación de los ocres trae consigo la posibilidad de entrar a trabajar sobre él, nos prepara para irlo perdiendo a medida que nos vayamos refugiando en el mundo interno muy cerca de nuestro ser verdadero, cuando el invierno invita a entrar al reposo y cobijarse en el adentro.
El otoño nos muestra cómo se va desprendiendo de todo aquello que no es fundamental, para alivianar la carga, soltar todo aquello que ya no es útil para la existencia, desde actitudes, conductas, bienes materiales, sentimientos y con ello preparar el renacer en una transformación nueva.
Allí estaba mirando la nube, el silencio se agudizaba, algún que otro pájaro pasaba surcando el aire apurado y soltaba algún trino mandando un mensaje.
El Hermano Dorado seguía su camino al desvanecimiento y mientras soltaba rayos bruñidos que se extendían y bajo ellos quedaba el pueblo.
*
*
Me fui en el mirar ese efecto, como todo se pintaba con ello, la luz sobresalía hasta que en un instante, que no puedo decir su duración, la obscuridad fue ganando terreno, se explayaba e iba absorbiendo todo aquello con lo que se encontraba.
Una ráfaga de aire frío sopló, me hizo estremecer y reaccionar, era hora de desandar el camino, era hora del regreso, era hora de guarecerse en el calor de la casa.
*
*
Me dirigí por la calle desierta, con un paso lento y constante, el cielo con sus nubes en los más bellos arabescos me rodeaba.
Ni un alma pasó a mi lado, no había movimiento, el aroma a café recién hecho invadió el aire, lo aspiré con un deleite inusual, un perro me ladró al sentir mis pasos, para callarse y volverse a acostar enrollado.
La noche iba llegando con una velocidad que sorprendía, aceleré un poco el paso, el gris se hacía cargo, llenando a la atmósfera de misterio, el misterio de lo insoldable.
*
*
El otoño se había instalado, vaticinando lo que sería el invierno, advirtiendo que llegaría y con él la hora del recogimiento.
MÉXICO
OCTUBRE 2023
MÉXICO
*
*
Te invito a visitar mi página de face
Y TAMBIÉN EL BLOG
puedes encontrar otras entradas que te interesen.
GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
BLOG DE THEMIS... 
Hola Themis, muy buen paseo con pensamientos certeros y unas palabras de Buda que son la realidad misma. El otoño, es cierto, nos recuerda que nada es necesario y hay que soltar amarras, como dirían los marineros.
Bellísimas imágenes, igualmente.
Un abrazo. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí Merche nos ayuda a achicar, a no cargar con cosas vanas e innecesarias, y el cargar energías para esa renovación que nos hará resurgir con un nuevo brío y a un mundo lleno de luz y vida. Gracias, Abrazo grande
Me gustaMe gusta
Es maravillosa la descripción que haces del atardecer, de las nubes, del sol y lo bien que describes el pueblo, tus vivencias en él. Gracias, Themis. Gracias por compartirlo y por traernos tus reflexiones que las considero muy profundas y nos sirven para ver lo que nos rodea. Un abrazo fuerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Julie, gracias por estas palabras, son mis paseos, esas caminatas conmigo misma, viendo los aconteceres, sintiendo todo eso que me rodea, lo que el aire y el cielo trae con ello no solo como mensaje, sino también como advertencia, para prestar atención y seguir con su ritmo más que con el creado. Abrazo grande
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanta el otoño y sus colores. Es como si el tiempo y vida se posaran para mirar y pensar.
Bonitas fotos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es Azurea, el tiempo para meterse dentro y reflexionar, abrazo grande, gracias
Me gustaMe gusta