CRÓNICAS DESDE EL PATIO: EL HUÉSPED

EL ACORAZADO IMPERTÉRRITO

Estaba muy metida dentro, como suelo hacer, tal vez perdida en ese mundo interno que es mi refugio frente a todos los avatares de la vida, esos laberintos que de tanto recorrerlos ya se volvieron zonas conocidas, donde los misterios fueron en gran parte develados y donde suelo «perder mi tiempo» jugando con mi misma, cuando está dispuesta y sino ahí dándome la vuelta, dicen que «pan con pan es comida de bobo», pues así ando yo, feliz de ser una idiota que hace travesuras en su adentro.

En esas andaba cuando de repente, se presentó frente a mí ese pequeño huésped sin invitación o que no deja en cierta manera otra ganancia que ese zumbido que hace de alguien que carga con un gran peso en esta vida. Se queda como parado delante mío, mirándome.

-¿Qué te pasa, Bichito?-le pregunto- pues me sorprendió y me sacó de mi mundo para trasladarme a ese otro, el de caricatura como le llamo que es en gran parte esa «realidad» que muchas veces me absorbe cuando salgo a ese exterior.

Sigue ahí como detenido, da una vuelta a mi alrededor, se enfila hacia la ventana, ahí donde en uno de los huequitos que tiene en su estructura están sus aposentos, ya llevaba un tiempo que había llegado y no era el primero que había tenido como inquilino, aunque el anterior había sido más como una avispilla, que este gran acorazado que me despertaba en las mañanas con su ¡¡¡¡BBBZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ!!!!!!!, para que le abriera la puerta o la ventana y empezar su jornada atareada que consiste en entrar y salir cargando algo entre sus patas.

Siento en su comportamiento algo extraño, como no me inmuto ni me paro solo lo miro desde donde estoy e intento volverme a meter dentro de mí misma para seguir con ese «juego» que me traía, cuando vuelvo a sentir el inconfundible sonido.

-¿Otra vez tú?, y ¿ahora qué quieres?, está la ventana abierta, la puerta, está todo en orden para tus rutinas- sigue ahí como detenido, da vueltas, regresa, no me queda de otra que pararme y él enseguida va rumbo a sus aposentos.

Tomo mi cámara como reflejo, la prendo, enfoco y en eso, empieza a meterse en el hueco, claro, que solo logro captarle sus posaderas, pero recordé que cuando escribí sobre él, en aquella entrada hace ya un tiempo había pedido el poderlo fotografiar, pues en cierta forma soy una cazadora de imágenes, por eso siempre llevo conmigo a mi pequeña poderosa.

*

*

Había escrito de él:

«Eso sí, es muy tímido para dejarse fotografiar, no es como la anterior que hasta posaba, quién sabe si al final con la convivencia se dejará por lo menos tomar una imagen para el recuerdo, no hay que perder la esperanza, ni dejar de hacer el intento.»

Lancé al Universo mi pedido y como suele suceder cuando uno lo hace desde muy adentro, todas las fuerzas confabulan para que se cumpla y seguir manteniendo vigente ese » pide y se te dará».

O darle oportunidad a  la pronoia esa que dicen que crea como una realidad alternativa en nuestra mente y parece de esa forma que el Universo se pone de nuestro lado con el pedido o al visualizar lo que queremos, lo que sea, pues lo que sea tiene sus detractores y sus defensores acérrimos, la verdad que poca importancia tiene eso, sino que el Bichito parecía que quería que lo fotografiara y así quedó, esta muy mala foto de él y para colmo se diría, si fuera de un humano que es medio pornográfica, por suerte en ese mundo no se andan con tantas sutilezas.

Así anduvo dando vueltas por ese día y luego se desapareció, quién sabe  a dónde se fue para no volver, siguió su camino, muy linda despedida me había hecho.

No puedo decir que lo extrañé, para nada, ya son tantos los que van y vienen que el apego cada día es menos, como que es una forma de ponerlo en práctica, pues, ¡híjole! que está difícil en este mundo cambiante aferrarse a lo que sea.

Eso sí, a los días regresó el zumbido salvo que era otro buscando dónde hacer su nido, como que entre ellos se pasan el «tips», pareciera.

A este si, se le complicaba la vida al principio, como el querer salir por los vidrios y mientras lucha contra los obstáculos desconocidos queriendo que se ajusten a sus necesidades, como los humanos, no hay tanta diferencia, hay que ayudarlo a que desista y de la vuelta, eso sí, lo logré captar en otra muy mala fotografía.

*

*

Así anda la vida por estos rumbos, creciendo y reproduciéndose, entre ellos los mamboretás, pero esta vez cafés, pequeñito en una hojita.

*

*

O los gatos que se pasean de arriba abajo y todos se paran junto a la enredadera y la huelen, no sé si por el aroma que lanza o sus propios humores y darse cuenta quién anduvo por ahí

*

o Coquita con el calor refrescándose

*

*

o las hormigas reinas que este año llegaron tarde

*

*

Pero todo esto se los dejo para contárselos en la próxima vuelta de estas crónicas que nunca fenecen.

MÉXICO

JULIO-AGOSTO 2023

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12 comentarios en “CRÓNICAS DESDE EL PATIO: EL HUÉSPED

  1. El patio tiene su propia vida, es un hogar, un lugar de citas, de guerras, de combates a muerte, sólo basta observar, aprender de la naturaleza y tú lo haces, estudias ese libro abierto tan indiferente a muchas personas. Gracias, Themis por compartirlo con nosotros. Un fuerte abrazo.

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  2. A mi me asombra , cuando me topo con tus textos , ese mundo paralelo igual rico y emocionante como el nuestro, de los seres humanos. Y nosotros podemos sin pensar aplastar y matar a todo este mundo que nos rodea., por una simple razón que nos molesta su presencia. Muchas gracias. Me encantó. Un abrazo.

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    1. Así es Tatiana, no lo tenemos en cuenta, si se mata a los seres humanos porque molestan más allá muchas veces de haberles quitado su territorio o sus recursos por sentirnos dueños absolutos, que vamos a tener en cuenta a un insecto, más allá que por muchos de ellos hacen el trabajo para que nos alimentemos. Eso si, es un mundo valioso e indispensable, a veces mucho más que el del humano que solo destruye. Gracias por tus palabras, abrazo enorme

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  3. Los pobladores que hacen que nuestra vida esté llena de aprendizaje y alegría.
    Cada uno de ellos y su comportamiento nos muestra la forma en que están hechos y por muy diminutos que sean aportan a nuestros conocimientos y la forma inteligente en la que fueron creados.
    Que belleza!!!
    Gracias nuevamente.
    Por esa dedicación a lo más simple que siempre resulta lo más hermoso.
    Un abrazo gigante

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    1. Gracias Azurea, me alegra que te haya gustado, son los acontecimientos que suceden en el patio de la casa, que cada día se puebla más y es un gozo compartir con los diferentes pobladores sus andanzas. Abrazo grande

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  4. Hola Themis, me ha hecho mucha gracia tu comentario de que si hubiese sido un humano el bichito, su foto habría sido hasta pornográfica, pero que en el reino animal no se andan con tantas suspicacias, jeje. (Le salió bien el culo en cualquier caso ;-). Te ha quedado muy bien. Un relato real que podría considerarse una fábula por los protagonistas.
    Un abrazo. 🙂

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