LAS SEÑALES
La lluvia dorada de esos pequeños pétalos frescos, me habían sacado una gran sonrisa, el solo sentirlos sobre mi cara y mis manos, la belleza del verlos caer era uno de esos regalos que la vida otorga, que alegran al alma y que son efímeros en duración sin embargo, eternos en esa nutrición que dejan.
Había salido a buscar los arbolitos amarillos esos que florecen en el desierto en esta época y dan el detalle a color a la homogeneidad del paisaje, verde desteñido y ocre, de los cactus y la tierra que hace mucho tiempo no reciben agua.
Esos rayos que se esparcían como si el arcángel Jophiel, el encargado del amarillo del espectro de luz, anduviera correteando por el desierto, mientras pintaba con manchitas delicadas y suaves a los árboles «palo verde».
La carretera no se sentía segura para seguir caminando por ella, algo me detuvo y decidí dar la vuelta, regresarme al pueblo.
Fui entrando por otro camino y de repente me sorprende un jardín muy orgulloso de mostrar a la primavera que se asoma, con sus flores blancas, el árbol de granadas, con sus frutos colgando, era como si sonriera y retara a la falta de agua.
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El desierto previsor ha aprendido a guardar, a administrar y utilizar el líquido de vida para que no falte, lleva en sí mismo la sabiduría que los tiempos le han ido instruyendo, cuando tuvo que dejar de ser subtropical para transformarse en lo que es la actualidad, un paisaje único en el mundo, semiárido, lleno de cactáceas que fue la forma que encontró de transformar las hojas en pequeñas espinas y el «tronco» en un receptáculo de agua.
También esta tierra llena de piedras y seca esconde las semillas de cientos de flores silvestres, para renacer en cualquier momento, no se diga cuando llueve, en donde en un par de días el desierto florece .
Seguí caminando, al frente se fue abriendo un camino de flores amarillas que por todas partes aparecían.
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Hasta que detrás de uno de ellos, que rodeaban a unos cactus altos y erguidos, ahí siguiendo esa línea que ellos marcaban se apareció ELLA, pequeña y frágil, recién naciendo, daba ese instante maravilloso que siempre alegra al verla.
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Me fue acompañando, pasando por donde ese amigo que trepa, que siempre ladra y que parecería que quiere lanzarse al vacío, quedó colgado coronado de el púrpura de las flores que también se muestran en esta época.
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Hasta que llegando a la Iglesia, por donde he de cruzar, me encuentro una cruz con su lazo morado: el Cristo del Consuelo, el que está en el Calvario, ya viene su festejo y luego Semana Santa.
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Ahí caí, en que ya venía el momento de los morados, dejando atrás al del amarillo para entrar de lleno en el dolor y la esperanza, en ese color que es un punto de transición entre lo visible y lo invisible, entre lo terrenal y lo espiritual .
MÉXICO
Febrero 25
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EN BUSCA DE LAS FLORES AMARILLAS (1)
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


No veo el comentario , espero que haya salido.
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Si salió, gracias me gustó mucho, abrazo
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Todo un recorrido de hermosa belleza, tanto el amarillo como el morado. Es una grata satisfacción caminar a tu lado… Me encantó excepcionalmente este párrafo final…
«ya venía el momento de los morados, dejando atrás al del amarillo para entrar de lleno en el dolor y la esperanza, en ese color que es un punto de transición entre lo visible y lo invisible, entre lo terrenal y lo espiritual…»
Maravilloso, un abrazo
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Hola, me da mucho gusto que camines a mi lado y señales esos instantes en donde la vida nos muestra en sus pequeños detalles de color eso que sigue, para que nos preparemos, para seguir con nuestros pasos. Un abrazo grande y gracias
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Ignorante de que hay un ángel dedicado a sembrar en la tierra el color del sol, asisto fascinado al espectáculo del desierto en flor. Tienes razón cuando señalas que ya se acerca el tiempo para celebrar el renacimiento. Un abrazo.
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Es que hay arcángeles para cada uno de los colores del espectro solar, claro que no se si son verdaderos o falsos, no puedo certificarlo, ahora al ver el desierto con ese amarillo intenso me acordé de él y me dije: ¿por aquí anda Jofiel pintando?, pues parece que también es amante de las artes. Un abrazo grande Carlos y que tengas un hermoso fin de semana, gracias
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Me encantan los dos colores, el amarillo me fascina y el morado es un color tan emotivo, tan vivo y a la vez tan espiritual… Me encanta tu recorrido de colores, llueven pétalos en
cada paso, llueve luz en tu obervación. Gracias, Themis, por hacernos llegar la belleza que
te rodea. Un fuerte abrazo.
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Hola Julie, gracias a tí, por estas palabras, la primavera llena el panorama de color, que le da belleza a la crudeza que muchas veces tiene el lugar, es una forma de paliarla y de seguir adelante a pesar de la adversidad. Abrazo bien grande
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Se nota que pasaron algunos días desde la ultima publicación , ya que se nota el color y floración de tu zona. Es increíblemente bonito, enhorabuena por el reportaje. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.
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Sí así fue, ya ahora se están desvaneciendo y viene el tiempo de los morados, también hermoso, será para la próxima. Abrazo grande y gracias
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