CRÓNICAS DESDE EL PATIO: EL MUNDO DE CARICATURA ENTRA A LA CASA

LA CREADORA DE UNA ANIMACIÓN

Todo comenzó un día en que estaba dando mi taller por zoom, muy metida dentro de él, haciendo una relajación, inspirando bien profundo, soltando, para ir entrando paulatinamente por un camino que surgiera.

En eso estaba dirigiendo al grupo cuando de repente la ventanita que me mostraba a mí aparece en un color amarillo-ocre, ambarino, mostrando todo un degrade en estas tonalidades.

Abro mis ojos bien grandototesssssss pues no entendía qué era lo que estaba sucediendo frente a mi mirada, pues además no quería desconcentrarme para no perder el hilo de mis palabras, así que también respirando profundamente me  fui metiendo en esa imagen que tenía proyectada delante, que se iba transformando en un hermoso paisaje.

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Ahí me di cuenta que estaba como en una montaña, de acuerdo a lo que se veía a lo lejos había como una ciudad que se mostraba en silueta, en ella varios edificios altos se vislumbraban, sin embargo había uno que sobrepasaba más del doble a los demás y como un círculo de luz se encontraba detrás de él, como si fuera el sol que subía desde el horizonte. Era en el amanecer.

Delante, en el primer plano veía una serie de piedras y un pequeño sendero por el cual parecía que iba bajando.

El color en que se presentaba me atraía mucho, esos amarillos que iban variando de acuerdo en donde se encontraban y al momento, como ese suave y clarito que iba pintando al cielo a medida que clareaba. Las rocas donde diferentes sombras y luces daban a entender que tenían tamaños distintos.

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Sin embargo, lo que más llamaba mi atención era que parecía que estuviera animado, como si realmente sintiera al ir caminando, el movimiento que muestra la cámara para un lado y para otro cuando está filmando dando pasos, a medida que eso sucedía cambiaba la escena que tenía a mi lado.

-¡Vaya viaje!- me decía- más real no puede ser y ¡con los ojos abiertos! y lo que es más se proyecta en la ventana y tiene animación.

Al acabar, seguía sin ningún cambio y le digo a los participantes que no los podía ver pues la ventana estaba como bloqueada.

-Algo debe haber tapado tu cámara- me dicen

-¡Claro!- me digo- pues ahí entro en la realidad de lo sucedido. ¡Qué bueno! que no me había dado cuenta, pues tal vez con eso que estaba en una sesión, hubiera sacado al intruso de ella y me hubiera perdido esta visualización impecable.

Había sido un regalo, así lo sentía, poder percibir algo diferente en un ejercicio que era cotidiano.

Cuando miro ahí la veo, era una mosca que estaba en ella que abría y cerraba las alas y despacito se movía, como si oscilara.

-Mira, ¿quién era?, ¡eres tú!- y moviendo la mano la corro, de nuevo surge mi presencia, para ella regresar y tapar la mitad nada más. Ahí se quedó hasta que se aburrió o terminó su siesta.

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Resulta que esta mosca lleva días dentro de la casa, va y viene, se para en mis dedos cuando estoy escribiendo en el teclado y parece que ese subir y bajar de ellos le encanta, pues no se mueve, anda todo el día dándome vueltas y por momentos parece que durmiera sobre mí, pues ellas lo hacen durante unas cuatro horas diarias, pero no seguidas, sino que dividen el tiempo en pequeñas siestas de un minuto aproximadamente cada una.

Las he aprendido a tolerar, pues antes me sacaban de quicio con su forma de ser persistentes, cargosas, de no salirse de encima, con eso que ellas son criaturas de sangre fría y solo pueden recibir calor de fuentes externas, ahí tienen a los humanos como su chimenea, y estos días que bajó la temperatura ella estaba a sus anchas pues me tenía todo el tiempo que quería.

Con eso que si se exterminaran se pondría en riesgo a muchos ecosistemas, pues ellas también se encargan de la polinización, además que se crearía un gran caos pues el material en descomposición se acumularía en cantidades desorbitantes y se tardaría mucho más tiempo en que eso sucediera y con ello se produciría una hecatombe.

Eso sí, si le digo que no me fastidie o que se quede quieta, me sorprende, pues es como si me entendiera.

Así anduvo muchos días, hasta que desapareció, bueno tal vez se murió pues realmente no viven mucho.

¿Cómo me doy cuenta que es la misma?, se preguntarán, pues por sus hábitos, algo que he aprendido con ellos es que si uno es tolerante y los deja, enseguida crean costumbres, algunas de ellas son como juegos, a esta mosca le encantaba dar la vuelta recorriendo la pantalla de la laptop como con unos pasitos bien extraños, de repente era como si perdiera el equilibrio y ¡ZAS!, como si se cayera, cosa que no sucedía  pues volaba para regresar al mismo espacio y seguir su ruta de senderismo digital.

Eso si, como es molestosa con el humano de no poderlas sacar de encima, también es perseverante en lo que se propone.

Cuando uno se va metiendo en esas frecuencias, en donde es como si realmente pasara a ser parte del ecosistema, el mundo cambia, se llega a entablar otro tipo de relación con todo lo que habita y como si no tuviera nada que hacer, se detiene a ver esa cantidad de actitudes que los otros seres vivos presentan, tal vez  sin darse cuenta el inconsciente libere esa parte de cazador que traemos por algún lado archivada de cuando andábamos buscando el alimento y se observaba a la presa para poderla atrapar o cuidarse de los depredadores que le rodeaban.

*

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Cosas locas que suceden cuando se está distraído o compenetrado y sin darse cuenta va dejando libre a que las vivencias se vayan ampliando, ya que cuando se está en total paz parece que la represión no ejerce su control, pues como buen administrador de energías el cerebro deja de ejercerla para utilizarlas o economizarlas y ahí  surgen una serie de situaciones inesperadas y que lo hacen muchas veces vivir momentos que se vuelven asombrosos, como ese con la mosca, la creadora de una animación.

Agradezco este instante, le agradezco a la existencia el haberme vuelto partícipe de él, a ella por ser un ser que me dio un hermoso presente, donde un bichito tan despreciado por gran parte de la civilización en la que vivo, es capaz de dejar algo tan hermoso detrás de ella.

Cada día hay que acrecentar más ese respeto por la vida, sea cual sea la forma en la que se presente y por la naturaleza que nos rodea, de esa manera se logra la paz consigo mismo, con los otros y con el medio en el que se vive.

MÉXICO

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AGRADEZCO FOTOS TOMADAS DE INTERNET

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12 comentarios en “CRÓNICAS DESDE EL PATIO: EL MUNDO DE CARICATURA ENTRA A LA CASA

    1. Son muy divertidos, claro guardando muchas veces la sana distancia, sin embargo me alegran el día y me alejan de pensamientos extraños, te acercan más a la vida, aunque no se piense así. Abrazo grande y gracias

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  1. Querida Themis, qué bonita historia de tolerancia y armonía con la Naturaleza.
    Al leerte no he podido dejar de recitar en mi mente un poema, de Antonio Machado, que memoricé de pequeño y que comenzaba:
    Vosotras, las familiares,
    inevitables golosas,
    vosotras, moscas vulgares,
    me evocáis todas las cosas.

    Un fuerte abrazo!!!

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