EL FESTEJO
Habíamos llegado antes de la hora de invitación por si alguna ayuda se fuera a necesitar en la organización de la comida que Maguito había hecho para festejar sus 67 años.
Cuando llegamos estaba solita con un señor que estaba colocando un toldo para que diera sombra.
Después de vueltas y más vueltas, en donde no se encontraba una forma de ir a buscar la gran olla con la comida, ni todo lo que se iba a necesitar, se decidió ir a traerla, cerro abajo en una carretilla.
Aquí les dejo el link por si quieren conocer la primera parte de la historia.
Ahí me quedo apoyando al señor de la «cascarita», pues había contado una historia sobre un compadre de él, que así les llamaba a los asuntos que tenía con faldas, con el viento que soplaba se dificultaba el subir la lona solo, la cual se elevaba embolsada por el aire, qué muy divertido jugueteaba con ella, para luego dejarla caer.
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¡Al fin!, quedó instalada, y daba sombra, tan necesaria y estaba muy fuerte sujeta, para resistir ese aire incesante que la zarandeaba.
Fuimos los que ahí estábamos organizando el convivio, poniendo las mesas, los manteles, las sillas, y nos sentamos, como quien dice éramos los primeros, pero no se aparecía nadie, ni siquiera la homenajeada.
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-¿Será que va a venir alguien?, pues ya se había pasado por un muy buen rato la hora de la invitación. Eso inquietaba un poco.
Pasaba el tiempo y mientras mirábamos para abajo de la montaña hacia el camino que se veía bien lejos, para ver si de repente por lo menos aparecía Maguito con su carretilla y la gran olla sobre ella, para ir a ayudarla.
En eso un puntito que se movía se divisó, un taxi pasó a su lado, se detuvo un momento y luego prosiguió la marcha.
Llegó y traía a unos cuantos invitados y en su cajuela, la gran sorpresa, la olla con el conejo adobado había llegado.
Enseguida, para que no se enfriara la comida, y que otros invitados llegaban caminando, se empezó a servir y los que allí estábamos a deleitarnos con ella sin que la festejada, que aún le faltaba un gran trecho cargando la carretilla vacía, llegara.
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Mientras seguían apareciendo convidados, unos caminando, otros en taxi, la mesa se fue colmando, los que acabábamos de comer apoyábamos en servir a los recién llegados y también a la sesenta y siete añera que allí estaba y que se merecía después de tantas idas y venidas, el sentarse a disfrutar a su gente, que con mucho gusto la celebraban.
Otros tomaban sus sillas y se iban al solecito, pues la sombra ya empezaba a encargarse de mostrar, que el frío estaba arribando.
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Llegó la hora del pastel, que se veía delicioso, para comprobar luego que no solo se veía, estaba dijeran de «rechupete».
Se le cantaron «Las Mañanitas» como es usual en México, ella parada muy seria, con sus brazos cruzados, pues como me contaba un día, cuando la ponen frente y todos la miran se siente mal, pues no está acostumbrada a que sea a ella que homenajeen, como le sucedió el día que le dieron el premio nacional por su relato y después le hicieron muchas entrevistas y flashes y cámaras de filmación. Eso sí, sus ojos con su mirada mostraban lo feliz que estaba.
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Unos comían pastel y otros seguían acercándose a celebrarla, se sentaban en la mesa y la exquisita comida que se había preparado se les servía.
Así estuvimos en esa alegría, en ese momento en donde todos los corazones se unían para reconocer a Maguito, alguien muy querido en la comunidad.
Entonces, como siempre sucede, nos había alcanzado la hora de volverse, de empezar a bajar montaña.
El aire cada vez se volvía más frío, el sol iba bajando y con ello parecía que el viento se sentía el dueño y señor del lugar.
En cualquier momento la luz comenzaría a desvanecerse.
Me acerqué a despedirme de Maguito y a pedirle una foto de ella pues se la sentía radiante, feliz.
-¿Con esta ropa?, es mi ropa viejita, pues no me dio tiempo a cambiarme y ponerme la buena.
-No es importante eso, sino tú y tu alegría
-¡Si!, eso puedo mostrarlo, estoy muy contenta de este momento.
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***
Así comenzó el descenso, teniendo en frente ese paisaje de ensueño que se iba tiñendo de dorado, mostrando la gran inmensidad de esos parajes y la vista inigualable que tienen aquellos que por esos alrededores habitan, donde si bien están alejados del centro poblado, guardan ese regalo que la vida les hace, estar fundido al entorno.
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La cuesta abajo mostraba que era el camino que había que emprender, con mucha tranquilidad, con el corazón contento por el hermoso momento atesorado, agradeciendo el haber sido partícipe de ese evento, por ver el bien merecido júbilo de Maguito, querida por muchos y respetaba por ser quien es, esa alma abierta a todos, dispuesta a apoyar y ayudar a quien lo necesite, que vive humilde y sencillamente.
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Disfrutando a esas realidades largas y delgadas, a esos cactus que no dejan de sorprenderme, a pesar de tenerlos casi a diario a mi lado, con una gran sonrisa en la cara, como si bajara del cielo fui entrando al pueblo, donde en la plaza, estaba la preparación para celebrar la Fiesta de Reyes, el desfile lanzando dulces desde las camionetas mientras el corro de niños se juntan a la vera de la calle, para luego partir las roscas de reyes y compartirlas con todos los presentes.
La noche ya se esbozaba, la Luna Llena del Lobo se veía majestuosa en el firmamento alumbrándolo.
Dejando atrás toda la fiesta, me encaminé plena a la casa, en un gesto dichoso que nacía del corazón y moldeaba mi cara .
MÉXICO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


Preciosa entrada y muchas felicidades para Maguito. Un entorno mágico y mucha autenticidad y alegría. Un fuerte abrazo !!!
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Gracias José Manuel, les daré las felicidades. Lo auténtico y el feliz momento no se puede ocultar. Abrazo grande
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Hermosa celebración, Themis. No dudo que Maguito fue feliz y lo sigue siendo por esos lares. Me encanta la celebración, las Mañanitas, el ambiente, la espontaneidad, el paisaje, tantas y tantos detalles que describes… He estado allí con Ustedes, con Vosotros, celebrando desde esta lectura. Gracias, Themis. Mi abrazo fuerte.
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Gracias Julie, es un ser que siempre te recibe de buen ánimo, contenta, que a todo el mundo saluda contesten o no contesten, a ella no le importa. Bien dices fue muy espontánea la celebración, donde todos de una forma u otra colaboramos para que así fuera. Un abrazo bien grande y me alegra que hayas estado con nosotros.
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Toll !!!
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Danke schön, me alegra que te haya gustado, abrazo
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Dank ihnen zurück !!schöne Wochenbeginnen.!!!
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Lo mismo para tí, pásala bonito
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Muchas gracias !!
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Que feliz se os ve en nuestros festejos, ademas que encantan nuestro paisaje, nunca me canso de decírtelo. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.
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Gracias Jerónimo, muy hermoso fue todo, una comida sabrosa, linda compañía y esa maravillosa naturaleza que rodeaba. Un abrazo
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El relato de una excelente jornada, celebrada en buena compañía en un paisaje impresionante. Creo que la sonrisa estaba más que justificada. Un abrazo.
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Gracias Carlos, es estar en otro mundo, por aquellas alturas, y encima un festejo, qué más se le puede pedir a la vida, sino darle nuestro agradecimiento. Abrazo grandote
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