LA ENTRADA A LA CASA
Izamal, el pueblo amarillo, ese que en mis sueños se había presentado, que daba pistas para ser encontrado y que llegara a él, ahí estaba, aguardando en una casita amarilla, típica y tradicional modo de construcción de los mayas de la Península de Yucatán.
Había llegado el momento de regresar desde Mérida a él, a tomar posesión de esa nueva habitación que esperaba, se habían cumplido los tres días.
Dentro de la mochila se cargaban todos los implementos necesarios, desde la hamaca para ser colgada y que sirviera de cama mecedora, como buena casa maya en donde todos duermen de esa manera, contaba con hamaqueros unas argollas puestas en la pared de donde salía un gancho en el cual se ajustaba la cuerda que se ponen en el extremo de la hamaca, cobija, elementos básicos para cocinar y no mucho más.
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Al entrar dejó inmediatamente sentir esa característica de ellas, pues son térmicas, en tiempo de calor frescas y en el frío, tibias, además que pueden resistir los efectos de los vientos huracanados.
La vivienda Maya tradicional de la península de Yucatán, no han sufrido cambios desde sus orígenes, es elipsoidal, con muros redondeados que forman un espacio acogedor, por su forma envolvente; «su arquitectura refleja una forma de concebir el mundo, el espacio y la naturaleza».
«No tienen ventanas, sólo dos puertas, una al oriente y otra al poniente para que el sol ilumine la casa cuando sale en la mañana y al ocultarse, en la tarde; son frescas por los elementos que se usan, el techo alto y la figura ovalada facilita la circulación del aire y la iluminación natural.
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En toda la construcción no se utilizan clavos, alambre, ni plástico, toda se amarra con puro bejuco”, dice Don Hernán.
Según cuenta la parte redonda del techo de la casa, simboliza la bóveda celeste, es decir; el universo, los troncos que forman las paredes deben ser exactamente 52, pues representan el ciclo de la vida de los mayas.
Las puertas miran hacia el este y el oeste, de esa manera al sentir el sol de frente por la mañana, anunciará que es la hora de despertar y en la tarde comunicará que ya se retira y hay que cerrar el día.
Hasta la actualidad conserva su carácter maternal que la muestran hasta en el idioma ya que casa se Nah y madre Na, ambas tienen la misma raíz. La casa ese útero que nos protege y cobija.
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Llegamos a la casa, ahí nos estaban esperando, las puertas abiertas que dejaban ver el gran terreno que había en el fondo, donde un frondoso árbol de mango no solo mostraba la sombra sino además estaba cargado de frutos aún verdes, que adelantaban la sabrosura de cuando maduraran.
Unos largos muros de piedras hacían de separación con los terrenos limítrofes y unos pequeños formando cuadrados sobresalían, mostraban el lugar de la letrina y el que se usaría para bañarse, sin techo servía para darse también un baño de sol, mientras se aseaba el cuerpo.
Las piedras habían sido extraídas hacía mucho tiempo de diferentes templos desbaratados por orden de los españoles por aquella época de la conquista, cuando se quiso exterminar con todos los centros ceremoniales, pirámides muy altas que por los alrededores se encontraban y con el correr del tiempo los pobladores los fueron utilizando para sus construcciones y muchas de ellas permanecían como linderos.
Se bañaba entre muros de pirámides, a la usanza de ese tipo de casas en el lugar, con una jícara, (vasija natural), con el agua expuesta al sol en una cubeta en donde absorbía la energía vibracional del color que emanan los rayos: el amarillo, que actúa sobre el sistema nervioso, la memoria y el raciocinio, purifica el hígado, los intestinos y eleva el sistema de defensa, parado sobre piedras donde a veces se podía encontrar alguna inscripción, extraño fenómeno ese de reciclaje.
Después de tomar el primer café en la casa, sentada en un pequeño escalón que llevaba al terreno de atrás, con esa mini selva que lo envolvía, comenzó la retirada del Sol, el calor había descendido y era hora de salir a recorrer el pueblo y contemplar desde algún lugar la primera puesta de la estrella dorada.
Los pasos nos llevaron a ese gran convento de San Antonio de Padua, construido por los franciscanos, en el lugar donde estaba la pirámide Pop-hol-Chac, dedicada al «Dios de la lluvia», donde sus piedras se usaron para levantarlo, al ser la más alta que había en el lugar eso permitió que el edificio fuera visible desde muy lejos.
Sus arcos llamaban a sentarse en ellos como platea, para mirar como el Hermano Sol, personificado en Itzamná que era uno de los dioses más importantes de los mayas, conocido como dios de la sabiduría, dios del cielo, la noche y el día; se le considera espíritu universal de vida que anima al caos para que haya creación.
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De él surge el nombre del pueblo que significa «Rocío que desciende del cielo», pero esto se los dejo para contárselo en otra entrada.
Sentada entre los maravillosos arcos mirando a lo lejos, el día se fue apagando. Primera puesta de sol en un lugar de cuentos.
Con los días se fueron encontrando otros sitios, como la pirámide de Kinich Kakmó, la tercera pirámide más alta de México, que significa «Guacamaya de Fuego con Rostro Solar», los mayas creían que el dios Kinich bajaba en el ardor del sol del mediodía, para quemar y por tanto purificar los sacrificios o las ofrendas llevadas al panteón maya, usando para ello la forma de una guacamaya.
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Un lugar sorprendente en el medio de la ciudad que regalaba una vista extraordinaria, momentos en donde parecía que la bóveda celeste como útero envolvente guarecía, mientras los colores del Hermano que se despedía teñían ese lienzo azul desplegando la magia que el lugar no ocultaba.
O sencillamente salir a caminar por sus calles, donde el amarillo resaltaba por su luz agregada, los rosas, morados que iban acompañando los pasos y que volvían al instante un prodigio de encantamiento silencioso, que por momentos podía ser suspendido por los cascos de las calesas o una distraída bicicleta que recorrían con un ritmo natural y cadencioso las calles empedradas.
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Decir mágico no es suficiente, no representa lo asombroso que el pueblo amarillo tenía, donde la luz era parte de sí mismo.
En las noches, como la cereza del pastel, ese cielo límpido nos mostraba un reguero infinito de estrellas, miles de puntos se esparcían por el firmamento que era recortado por los edificios más altos, las pirámides, los templos, las casonas coloniales, sombras que parecían emerger como un ensueño de los siglos.
MÉXICO
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PUESTA DE SOL: IZAMAL, EL ENCUENTRO
PUESTA DE SOL: DESDE EL DESIERTO
PUESTA DE SOL: DESDE MONTEVIDEO, URUGUAY
PUESTA DE SOL: EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC
PUESTA DE SOL: DESDE EL PULMÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO
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Agradezco las fotos tomadas de internet
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

Hace poco ví un documental sobre la civilización maya, es algo fascinante y a la vez una tragedia enorme al saber como se eliminaron una cultura y una nación en los tiempos de Conquista. Gracias, Themis, muchas gracias por la información y las bonitas fotos. Un abrazo.
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Sí muy avanzada, con muchos conocimientos de matemáticas, conocían el cero al cual utilizaban y no se diga en astronomía y en medicina. Si con la conquista desaparecieron muchas cosas, el gran enigma de los mayas es no saber qué paso con ellos, ya que en gran parte de los pueblos , cuando llegaban los españoles estaban desiertos. Gracias Tatiana, un abrazo grande
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Es un lugar que parece lleno de significados, que si antes estuvieron ocultos, ahora ya estén olvidados. Incluso la forma correcta para construir. Un abrazo.
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Así es Carlos, no se ahora pues de esto hace ya unos años cuando viví por esos rumbos, en aquel momento todavía los encontrabas. Esa parte de la cultura maya de Yucatán todavía guarda sus conocimientos y los pasan de generación a generación por lo menos en muchos puntos. Un abrazo grande
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Me encantó todo, especialmente la descripción y explicación de la casa maya. No tenía idea de todo eso. Wow, qué maravilla y pensar que los «occidentales» las ven como sinónimo de pobreza…
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Vivir en una de esas casas es toda una experiencia, pues no te imaginas todo lo que se puede sentir, desde como regulan la temperatura, que es asombroso, así como en las noches la obscuridad que hay dentro y como se comienzan a iluminar con los primeros rayos de sol.
Estoy de acuerdo contigo en lo de los «occidentales», a veces opinan sin tener idea de lo que es , generalmente desde sus preconceptos o desde detrás de un escritorio. En muchas partes del mundo han utilizado esta tecnología y piensan que puede ser muy valiosa para el cambio climático, frente a las temperaturas abruptas que se esperan, pues es de bajo costo el mantener la temperatura interna. Un abrazo bien grande y gracias
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Nos vuelves a traer este precioso pueblo amarillo. Muy buen texto.
Muchas gracias por compartirlo con todos.
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Gracias Joshua, realmente fue una muy hermosa época vivida en él, de mucha paz, poca gente, y muchas historias vividas y escuchadas, abrazo grande
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