CRÓNICAS DESDE EL PATIO: LOS AROMAS

ACONTECERES

Me desperté cuando empezaba a alborear, donde luces tenues anunciaban que el día salía de su modorra y muy tímidamente despuntaba, aun medio dormida inspiré profundo para ver si lograba reaccionar y un aroma a un animalito inconfundible se dejó sentir.

Ese olor característico a zorrillo, claro que no estaba en la casa, sino con seguridad había dado sus vueltas por un terreno cercano que se puede decir que está baldío. 

Me hizo acordar a Puf Puf Pufito aquel que andaba por la montaña  del sureste y se divertía haciéndole maldades  al Chimichurri y al Charro Chiapaneco dos cachorros que habitaban la casa en la que me encontraba, aquí les dejo la historia por si quieren leerla.

Otro tipo de aromaterapia, quién sabe para qué males servirá, si es que se utiliza para alguno, bueno para ahuyentar es perfecto, tal vez a los malos espíritus.

Parece que tenemos nuevos visitantes que están de paseo en el pueblo, como la ardilla que aún se la ve pasar bien acelerada corriendo por el muro, quién sabe rumbo a donde o los gatos esos que ya uno de ellos se le ha dado por venir y sentarse en él y con ello ninguno de los alados se acerca.

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Los que andan como loquitos son los gorriones cada día se ponen más divertido estar en su presencia pues tienen muchos juegos, solos y entre ellos.

Han agarrado al papayero como su centro de convivencia y otras de despegue antes de lanzarse al suelo, se quedan ahí dentro de sus hojas mirando para todos lados, quién sabe checando qué, tal vez el momentos más propicio para bajar y que no tengan a nadie al lado y puedan velozmente agarrar un poco de comida y salir a degustarla tranquilos arriba del muro o simplemente juegan.

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Van saltando de una rama a otra, como si dieran brincos en una escalera, para caminar muy sigilosamente por el tallo de una de ella, donde se acercan a la punta de la hoja, por el peso ésta se mueve, sube y baja y ellos es como si siguieran ese vaivén, sobre todo hay una de ellas que es su gran entretenimiento.

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Otro se asoma por la pared, agarradito de ella y en un momento baja, para después volver a subir y se queda parado frente a ella o batiendo sus alas.

Los miro y me hacen sacar la sonrisa y a veces la risa. La naturaleza juega como forma de mantenerse alegres, contentos, restableciendo energías sanas, mantener el equilibrio mental y el físico, el único que ha dejado de hacerlo es el ser humano, solo en su niñez temprana y cada día menos, pues siempre lo ha visto como una pérdida de tiempo y resulta que como decía el poeta, solo se es verdaderamente humano cuando se juega.

Hablamos de ese juego espontáneo, el que nace desde muy adentro, que es por placer simplemente, que se puede llevar adelante solo o con otros.

Claro ha ido cambiando el sentir del jugar y cayó dentro de la economía de mercado que rige la vida, que lo primero que hizo fue introducir el juguete como manera de hacerlo, a través de la publicidad logró que se instaurara en la mente infantil que para divertirse se necesitaba de él y de todo tipo de juegos comprados, más ahora que las «neocostumbres» marcan que encerrarse detrás de las pantallitas, hipnotizarse y por qué no decir en una parte pertenecer a todos los grupos de  «idiotizados» que son mayoría, es el gran logro y el que marca el destino de la especie humana, los cuales lo están llevando cada día más a la «demencia», a la violencia, a la competencia, a la depresión sin embargo, ese que nace de sí mismo, que es espontáneo, que ayuda a crear, imaginar, sanar, liberarse, bueno fue olvidado pues es más importante jugar con todo lo que se adquiere.

Más allá de ello que me encanta ver cómo juegan los animalitos y más aún a los niños, aquí donde vivo se los puede ver aún ejerciendo ese derecho, claro para el mundo están en la prehistoria y muy atrasados, criterios diferentes.

Cambiando de tema, quiero contarles de una refugiada que tuvimos.

Una noche estaba lloviendo muy fuerte, caía mucha agua, la calle se había vuelto un torrente y ahí se vio a un ser que necesitaba refugio.

Se trataba de Chispita, una homeless de cuatro patas, ella es una perrita que vive en la calle, que fue adoptada por los vecinos, quienes la cuidan, le dan de comer, la bañan.

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Ese día estaba temblando, toda mojada, se la veía por la ventana tiritando, entonces se le abrió la puerta, sin creérselo entró, comió, tomó agua  y pasó la noche bajo techo, la había traído la tormenta y se puso muy contenta, parecía que sus ojos sonreían, no sabía de qué forma dar las gracias. Son hermosos esos gestos de los animalitos, no tienen precio, alegran al alma, elevan al espíritu y nos hermanan.

Por otra parte la que ya nos está diciendo adiós es la enredadera, cada día se secan más sus hojas, sigue abriendo sus botoncitos y regalando flores, con aroma dulce y sedante parece que se despide, el papayero que no deja de abrir y abrir pétalos la acompaña y juntos nutren el aire con un bálsamo que embriaga.

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Viendo como cada día va quedando más en sus tallos, vino a mí el recuerdo cuando el Gordito, ese gorrioncito tan especial, que en la otra vuelta en que la enredadera perdió todas las hojas, claro que esa vez se la habían comido las arrieras y solo quedaron los filamentos que se secaron y una pareja de gorriones que pienso que eran sus padres, se los llevaban, para hacer su nido o reparar el que ya tenían y él los imitaba.

Tal vez esta vez igual nutra los hogares de otros animalitos, para ella quedarse en un pequeño espacio guardada y cuando de nuevo el calorcito llegue, volver a brotar y desplegarse con más ahínco.

Aquí les dejo el enlace por si quieren conocerlo

Unos se van y otros llegan como el chayote ya comenzó a largar sus flores, primero las machos que nacen juntas,  en cambio las hembras están solitas, lo que significa que si las polinizan los animalitos que a él llegan nos regalará con muchos deliciosos frutos.

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La Naturaleza da sus vueltas, va y viene, vela por todos, dándonos lo que necesitamos, llevando a algunos a dormir por un rato para que se ahorre energía, indudablemente a todo lo transforma con ello beneficia al ecosistema y lo mantiene.

Maravilla de vida cuando se la tiene delante, claro a veces un poco sádica, cuando nos detenemos un momento a observarla, a compenetrarnos con ella, a aprender de esa forma natural de convivencia donde se organizan,  unos a otros se sustentan, se equilibran, se atienden, logran acuerdos para poder permanecer juntos bajo el mismo cielo, sin buscar sacar ventajas sin miramientos, algo tan común entre esa especie invasora que arrasa con todo y se cree dueña, el gran enemigo de todas las concordias: el mal llamado humano.

MÉXICO

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8 comentarios en “CRÓNICAS DESDE EL PATIO: LOS AROMAS

  1. Qué hermoso lo que nos haces reflexionar, Themis, la naturaleza es la mejor biblioteca abierta a nuestros ojos, Sólo tenemos que observar, ver, aprender de ella… de los innumerables libros abiertos que nos ofrece. Gracias, amiga. Mi abrazo fuerte desde un rincón ahora generoso de hojas amarillas. Mi abrazo.

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    1. Gracias Julie, de acuerdo, viéndola como actua, como se presenta nos abre a ese mundo del conocimiento y de la manera en que tenemos que comportarnos de acuerdo a los diferentes momentos, no somos otra cosa que una parte de ella, aunque muchas veces la desafiemos y creamos que por imitarla somos superiores, por eso tal vez nos volquemos tanto a lo artiicial.
      Hermoso momentos cuando las hojas amarillas penetran con su color en nuestra pupilas y nos dicen que es hora de replegarnos para reflexionar y renacer. Un abrazo bien grandote

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  2. Muy bonito tu relato, lleno de cotidianeidad y de momentos entrañables. Si, la naturaleza es cambio y eso es bueno. Gracias por hacer que nos fijemos en las cosas aparentemente pequeñas pero que tienen un gran significado. Deberíamos vivir sin tanta prisa. Saludos.

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    1. Gracias Ana, dice un viejo proverbio que «la prisa proviene del diablo», sin lugar a dudas es algo que tenemos que corregir en nuestras vidas, como si tuvieramos que ganar una carrera más allá que ya tenemos el destino asegurado. Un abrazo grande

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  3. Gracias Themis por poner en palabras esa gran enseñanza que ofrecen estos pequeños momentos que nos regala la naturaleza. Los hombres más que malos, creo que somos como niños ignorantes que ansían tomar entre las manos, todo lo que se pone a su alcance. Y cuando lo rompen sólo saben llorar y lamentarse. Un abrazo.

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  4. Estaba pensando en los niños que los tienen cada día más entretenidos y además encerrados. Lo malo del aburrimiento es que nos hace pensar en buscar con qué entretenernos, y como sabemos, a ciertas personas les perjudica que los niños y las niñas aprendan a pensar. Porque quien piensa cuestiona, y quien cuestiona es más reacio a obedecer… y laa sociedades «funcionan bien» cuando hay uno que manda y muchos que obedecen.

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    1. Sí Ruth, así son las cosas y nos ceñimos a ellas no vaya a ser que nos condenen y por otro lado a veces es comodidad, más allá los padres de hoy están también abstraídos y eso del pensar tampoco se les da mucho lo que es más no hay tiempo para hacerlo por eso todo se consume ya hecho desde la comida a los pensamientos. Gracias, un abrazo grande

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