Remembranzas

Si hay algo que compite con los tacos en México son las tortas y son una verdadera delicia, que no solo quitan el hambre sino que muchas de ellas son una comida en sí mismas por todos los elementos que guardan dentro.

Fue a un alimento que me aficioné desde el primer momento de mi llegada y que disfrutaba con un deleite inigualable, más que a los famosos tacos y casi igual que a los tamales.

Las tortas son uno de los antojitos mexicanos que tienen algo especial, no es solo una forma de saciar el hambre, no son como un sándwich detrás de ella hay cultura, identidad y un sabor muy de México.

Abrir un pan y rellenarlo de comida es conocido en la mayor parte del planeta, sin embargo las tortas tienen su propio ritual y su magia tanto que se haga en la casa como que se vaya a los lugares establecidos llamados torterías, o puestos en la calle o simplemente ambulantes vendiéndolas en canastas, se pueden comer frías o calientes, difícil es no pensar en ellas cuando uno trae apetito.

Así le pasaba al «Chavo del Ocho» ese personaje que inmortalizó a México en muchos países y que hizo famosa a la torta de jamón, su comida favorita  y que aparecía en muchos capítulos anhelando una.

Una de las más sencillas y que se vende en todas partes, generalmente fría, pues también es de las más económicas.

*

*

En la primera casa que viví, que era pequeña, pequeñísima, eso sí le sobraban puertas pues cada habitación incluido el baño tenía dos, más allá que era un microespacio y si se abrían las dos a la vez uno tenía que salirse. Se podía jugar a través de ellas a tratar que el otro te encontrara ya que siempre había una forma de salirse por una y desaparecerse en el laberinto. Estaba frente a un parque y atrás de la manzana había otro, hermosos llenos de vegetación, de senderos, de puentecitos, fuentes, uno tenía un pequeño lago, otro como un mini riachuelo, un lugar  para el esparcimiento.

Trabajaba todo el día, llegaba a la casa ya bien entrada la noche por lo cual no tenía mucho tiempo para disfrutar a mis hijos, así que cuando arribaba ya rayando las diez de la noche nos íbamos al parque de enfrente de la casa pues tenía juegos y pasábamos un rato columpiándonos, subiendo y bajando en el sube y baja, tirándonos por la resbaladilla y disfrutando el espacio sin nadie .

Sin embargo, había otro escape y forma de compartir que era esperada, sobre todo después de haber cobrado la quincena y en día viernes para poder festejar la entrada al descanso en los que organizábamos días de campo nocturnos y nuestro platillo principal eran unas sabrosas tortas.

Llegaba corriendo a la casa pues «Tortas Leo» que así se llamaba el lugar cerraba a las diez de la noche, dejaba mis cosas y salíamos volando para que nos prepararan esas exquisiteces.

Eran tantos los rellenos que había que se hacía difícil escoger, si de milanesa, de huevo, de tres quesos, la de jamón y queso, la de chorizo con queso, chile relleno, de pollo, de pavo, la de pierna adobada y muchas más, a eso se le agregaba las gigantes como la torta cubana, la cual lleva pierna de cerdo, jamón, queso blanco, queso amarillo, chorizo, salchichas, milanesa, en algunos lugares huevo y además lo que se les pone de común a todas las tortas.

*

*

Las tortas llevan a parte del elemento que se elija, cebolla, frijoles refritos, lechuga, jitomate, aguacate, chiles, guacamole, mayonesa y todos los ingredientes que le pueden añadir en el lugar en donde la preparan.

Ahí, mientras esperábamos que nos elaboraran el pedido observábamos como cortaban la telera el pan estrella para hacerlas y mientras iban añadiendo los frijolitos, la cebolla, el jitomate, el aguacate y todo lo que se les podía ocurrir, para luego darle el toque final añadiendo el elemento principal y dejar que se calentara de ambos lados, cortarla al medio, envolverla y dárnosla.

Mientras decidíamos a que jardín iríamos a hacer nuestro picnic, si al del frente o al del fondo, llegábamos y nos aposentábamos en el césped y nos limitábamos a saborear el tan esperado momento.

*

*

Para luego salir a caminar un rato con el corazón contento con la panza llena, llegar al lago, revolucionar a los patos que en él había, si estábamos en el del fondo, que estaban durmiendo y se ponían a gritar como locos y eran tantos que todo se volvía un bochinche y perturbábamos sin quererlo a las parejas que se encontraban en plenos arrumacos y levantaban las cabezas en búsqueda de que era lo que sucedía que los sacaba de su ensueño.

Las tortas llegaron durante el Porfiriato a México una etapa muy difícil sobre todo para los campesinos y los trabajadores en donde Porfirio Díaz se adueñó de la presidencia durante más de treinta años.

Etapa de muchos contrastes donde se logra un supuesto desarrollo que beneficia a la clase dominante, buscando la similitud con Europa y también de grandes retrocesos sobre todo en lo social, donde la sobrexplotación de las clases marginadas hace que al fin se culmine con la Revolución Mexicana.

Hay varias historias sobre su creación, unos apuntan que fue en la ciudad de Puebla donde se saboreó la primera ya que un periódico habla de la existencia de la torta compuesta como por año 1864, más allá la mayor parte de las versiones respaldan la versión que fue creada en la Ciudad de México por Armando Martínez Centurión en un momento que se buscaba comer rico y barato.

Cuentan que todo comenzó un día en que Don Armando que era un hombre humilde que necesitaba ganarse la vida con algo tuvo la idea de colocar un puesto en el zaguán de su casa para vender el pan bolillo relleno de lo que tenía a mano, así comenzó su empresa.

Pues gustó la idea y fue creciendo,  él añadiendo ingredientes a su pan relleno y nuevos gustos como el jamón, las sardinas, el queso de puerco, el pollo.

Dicen que llegó a ser tan famoso que a él iban Agustín Lara, Cantinflas, Francisco I. Madero, entre algunas de las personalidades que se volvieron asiduas al lugar para degustar la sabrosura de dicho manjar.

Llegó a tener tres sucursales que hasta la actualidad eran manejadas por su familia más allá que una de ellas la pandemia del coronavirus la desapareció, tuvo que cerrar sin embargo, aún quedan dos donde se pueden disfrutar de las tortas con la receta original de Don Armando, ese ser que quién sabe si creó la torta lo que no se puede negar es que instaló la primera tortería.

*

*

Se volvió el primer tortero y también el único que según cuentan atendía a su clientela vestido de traje y corbata.

MÉXICO

***

Agradezco las fotos y la información tomadas de internet

***

DELICIAS CULINARIAS: LOS TAMALES (1)

DELICIAS CULINARIAS: EL NOPAL

HECHO EN MÉXICO: EL HUAUZONTLE

HECHO EN MÉXICO: LA LEYENDA DEL NOPAL

HECHO EN MÉXICO: EL HUITLACOCHE

DELICIAS CULINARIAS: EL POZOLE

HECHO EN MÉXICO: EL MOLE

***

Te invito a visitar mi página de face

blog de themis

Y TAMBIÉN  EL BLOG

puedes encontrar otras entradas que te interesen.

GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!