EL VIENTO JUGUETÓN, LAS HOJAS Y LA FLOR DEL FRIJOL
Las pequeñas ráfagas que se sentían con un gran frenesí, hacían que las hojas secas del frijol que crecía en el patio, se deslizaran.
El otoño las había pintado de colores ocres, algunas de ellas moteadas se habían ido despintando antes de arrugarse y caer de la rama.
Me quedé mirando a dos de ellas que correteaban la alegría se hacía eco en ese sentir de regocijo que trasmitían.
Iban y venían una detrás de la otra, como si se quisieran cazar.
Se acercaban, quedaban como prendidas, comiéndose con la mirada.
Para seguir luego con ese arrebato.
Por momentos se alcanzaban, nacían coreografías esculpidas de ese encuentro.
En eso estaba contemplando ese juego mágico que los tres lograban.
El viento ese caprichoso que soltaba su aliento sobre ellas y a su voluntad las levantaba por los aires.
Con sus soplos gélidos, que hacían que me estremeciera y sintiera corren el frío por mi espalda.
No me movía no quería perderme esa asechanza, más allá que por instantes ambas retozaban alegres y cándidas.
De repente esa exhalación las alzaba en el vacío.
Una a la otra se enrollaban.
Ya juntas corrían por todas partes, como si de un segundo a otro se hubieran transformado en un solo ser.
Con una gran sonrisa caían, para juntas mimarse y en secreto para no ser escuchadas decirse esos sentires lindos que guardaban.
De repente una de ella se acercó a ese frijolito, quedó detenida.
Él estaba muriendo, se estaba yendo, se despedía de su andar en esta tierra, lo hacía con gran ceremonia, regalaba su último suspiro convertido en una tímida flor.
Hasta en ese instante culminante no dejaba de conceder aquello más preciado que tenía esa ternura morada y blanca para agradecer a la vida el haberle permitido ser por estas tierras y retirarse de ella con una belleza singular.
«…la belleza es la vida
cuando la vida descubre su sagrado rostro.
Pero vosotros sois la vida, y vosotros sois el velo.
La belleza es la eternidad que se contempla
a sí misma en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad
y vosotros sois el espejo.»
Khalil Gibran
MÉXICO
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


Muy bella esa danza de las hojas para quien, como tú, la sabe contemplar.
Abrazo, Themis
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Gracias Eva, un espectáculo natural para estos tiempos en donde mejor es quedarse en casa y descubrir estos aconteceres. Un abrazo
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Una excelente historia para conducirnos hasta un precioso poema. Gracias. Un abrazo.
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Gracias Carlos, indudable el poema es hermoso, un abrazo
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