Lo que brota del piso
Estaba preparando la cena y a unos metros en el patio veía como se iba formando un montículo pequeño con algo que no lograba descifrar desde donde estaba qué era , pues la obscuridad lo impedía.
Sin embargo no me dio la curiosidad como para moverme, acercarme y adentrarme en lo que sucedía allí, pues era innegable que algo pasaba, no era posible que de la nada surgiera esa elevación que por momentos parecía que se movía.
No tenía ganas de hacerlo, pues uno se lleva todos los días alguna sorpresa, están pasando cada cosas y se aparecen cada situaciones que bueno para qué enterarse antes, mejor seguir un rato más en la ignorancia y haciendo lucubraciones. Eso también adiestra la paciencia y somete a la curiosidad no vaya a ser que le pase como al gato.
Para qué contar las últimas cómo han estado, después de vivirlas hay que elaborarlas primero y asimilarlas, pues no hay sido muy agradables, pues hay animalitos que no son muy aceptados que están surgiendo y que uno no tenía ni idea que podían estar tan cerca, como alacranes y el otro día una viuda negra, ¡un ciempiés!, que pobrecito es tan feo y por otro lado vibra de una manera que hace que uno se estremezca.
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Son historias que en estas crónicas irán saliendo para ver si plasmándolas uno logra acostumbrarse a ellas y darse cuenta que también existen, todos viajamos en el mismo barco.
Así que le dije a mi misma, nada más que para hacer algo de plática y ver si contaba con alguna idea guardada, que a veces las tiene y bueno da gusto escucharlas:
-¿Qué crees que es aquello que se está formando allá?. -pero como siempre ni me contestó, no puede entender que ande metida en tantas banalidades habiendo tantas cosas trascendentales que están sucediento.
– Ahora que me pare, me acerco y veo que es eso que se está juntando- le volví a decir para ver si la animaba a decir algo, sin embargo no hubo reacción, hay veces que pienso que no existe, más allá que cuando creo que ya se fue, entonces reaparece, por eso tampoco quiero hacer falsas suposiciones.
Mientras me quedé mirando como de repente venía una suave brisa y hacía volar lo que allí había, para darme cuenta que al momento de nuevo era como si el montículo volviera a crecer.
Con eso que la mente no está muy preparada para vaticinar sucesos que cree que no pueden acaecer, no se me ocurría nada.
Seguí cocinando, mirando, pensando, sin embargo al rato nomás otra cosa llamó a mi atención, uno de los grillos que venía por agua y el otro quien sabe por qué, así que les puse un poco de comida. Andan juntos uno con antenas largas y otro cortas, sin embargo esa es otra historia para contarla otra vuelta.
Ahí me puse a hablar con ellos, mientras comían y se me olvidó eso que se estaba formando en el medio del patio.
Son distractores de cualquier actividad y hay días que pueden aparecer tantas cosas extrañas entre los habitantes de este lugar y los que están de paso como si fuera un hospedaje donde están libres de persecuciones, tienen alimento y agua.
Así fue hasta la hora de cenar en donde vi que eran hormigas de esas rojas de las que llaman arrieras en algunas partes en otras cortadoras y estaban trozando las hojas secas del frijolito, no las verdes como creía que era las que utilizaban, pues siempre que las vi cargando eran de ese color las que llevaban, sin embargo uno de hormigas no sabe mucho, solo lo que ha visto y bueno pueden pasar muchas cosas.
Si ahí andaban en el frijolito que ya dio de sí y empezó a despedirse de su paso por estos lados, más allá que todavía guarda algunas florecillas aisladas y están sus vainas que aún les falta desarrollarse y a otras secar, pero él ya llegó al momento en que dejará su simiente y se transformará en nutriente para la tierra, para que de ella nazcan sus retoños o se transforme en alimento de otros, de cualquier forma, regresará a ella.
«…pues polvo eres, y al polvo volverás.»
Se le va a extrañar, pues era ese toque de verde y de vida que llenaba el patio, y marcaba la exuberancia, sin embargo vendrán otros tal vez no frijolitos sin embargo algo sucederá, antes era la enredadera, luego fue el jitomate, las lentejas, luego él, ahora está creciendo muy lento una papaya, tal vez no se vaya a extender por el suelo sino busque a las nubes.
Como todo en esta vida se transmuta y ahí estas obreras estaban haciendo su trabajo, como alquimistas de su jardín interior, metamorfoseando, llevando al hormiguero esas hojas.
Estas hormigas son agricultoras, siembran sus huertos en las cavernas subterráneas que han creado, en ese submundo de cámaras y túneles en donde viven y que forman su hogar.
Usan las hojas como cama para luego plantar al hongo, las que hacen esta labor son las jardineras a eso se dedican y con ellas le dan de comer al susodicho el cual a su vez será su alimento, libre de cualquier contaminación.
Un ejemplo de coevolución, la adaptación que tienen varias especies que se juntan para subsistir, algo que tendríamos que aprender los humanos si queremos aun permanecer en este planeta y evolucionar hacia convivencias más sanas, armónicas y de permanencia.
Es una relación de mutualismo en donde uno a otro se cuidan y se sostienen, a ellos se les suma algunas bacterias, levaduras y hacen el grupo que han ido desenvolviéndose juntos a lo largo de millones de años para llegar a una reciprocidad perfecta de trueque o de canje, donde cada uno da lo que tiene y que a su vez el otro necesita.
Ellas conforman una sociedad super organizada, separadas en castas, en donde los reproductores fueron seres alados que permitieron que se desarrollaran todos los integrantes de ese mundo bajo tierra, están las obreras cargadoras, soldados, jardineras, las que se dedican a cuidar de la reina, de alimentar las crías, de la limpieza.
Las exploradoras seleccionan las hojas que hay que trozar, ahí llaman a las cortadoras quienes fragmentan y transportan al hormiguero, otro grupo se dedica a mascarlas donde forman una cama y siembran al hongo y se dedican a mantener el espacio super limpio y libre de contaminación, fertilizan el cultivo con sus heces las cuales tienen lo que necesita el hongo para crecer.
Las bacterias lanzan un antibiótico que ayuda a controlar el crecimiento del hongo y lo mantiene libre de parásitos y enfermedades.
Un mundo de una verdadera colaboración que se ha extendido y es muy difícil de erradicar y combatir, resistente a todo, para hacerlo aún más prodigioso cuando una reina deja el nido para formar otra colonia ahí se lleva un poco del hongo para tener como quien dijera la «semilla» para poder empezar con su reino.
Vuelvo a la historia de lo que estaba sucediendo en el patio, donde quedé con unos ojos grandototes mirando lo que acontecía, no podía creer que un hormiguero estuviera brotando en él.
Yo pensaba que estos animalitos aparecían en las selva y bosques tropicales de América, en algo estábamos de acuerdo o coincidía, era América donde estábamos, pero en el desierto.
Si habría visto caminos de hormigas que en dos vías cargaban por una de ella y por la otra regresaban a buscar hojas para llevar al hormiguero, en la selva era muy normal verlas y había que tener mucho cuidado de no pisarlas pues picaban de una forma que se dejaban sentir, más cuando en algún descuido eran varias las que se subían y que uno no tuviera la mala suerte de hundirse en una de sus ollas pues ahí sí, que realizaba el baile de su vida.
Siempre iban en filas muy derechitas sin salirse y cuando lo hacían aparecían otras más pequeñas que las llevaban de regreso, es que el sendero había sido regado con feromonas que indicaban a través del aroma el camino a seguir, habían sido expulsadas para guiar, por aquellas primeras que habían encontrado el sitio a donde se tenía que ir a trabajar.
Sin embargo mi pregunta nacía. ¿qué hacían todas esas en el medio del cemento, saliendo por un huequito que ahí estaba?, qué, ¿acaso pensaban formar el hormiguero o solo era que habían detectado al frijolito y lo aprovecharon y quién sabe de dónde vendrían, pues caminan cuadras?.
¿Sería que confundieron el laberinto de Coquita, la tortolita dentro del frijolito con una selva en el medio de la jungla urbana de hormigón?
Por aquí vamos dejando, en el próximo capítulo se seguirá develando esta historia.
¡UNA HERMOSA NAVIDAD PARA TODOS!
¡CUÍDENSE Y CUIDEN AL OTRO!
UN GRAN ABRAZO A LA DISTANCIA
Y QUE LA LUZ ILUMINE SU CAMINO.
CONTINUARÁ……..
MÉXICO
CRÓNICAS DESDE EL PATIO: LA NUEVA GENERACIÓN
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
Las hormigas son fascinantes.
Una auténtica sociedad subterránea organizada al detalle.
Ya nos contarás qué sucede bajo tus pies.
Abrazo!!
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Uno nunca sabe sobre qué está parada, sin embargo cuando menos se lo espera aparecen seres ocultos que asoman para darnos una gran sorpresa. Asi es seguiré informando el acontecimiento. Un abrazo grande
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Precioso como siempre. ¡Feliz Navidad!
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Gracias, igual para tí, que la pases muy lindo, un gran abrazo
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Parece que bajo el suelo compactado, a pesar del cemento, se resguarda la vida esperando que llegue el momento adecuado. Un abrazo.
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Así es Carlos y aflora en el momento más inesperado y nos da unas buenas sorpresas. Un abrazo
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