«Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara,
Y el mismo manantial de donde mana vuestra risa ha estado frecuentemente lleno con vuestras lágrimas.
¿Y podría ser de otra manera?»
Estaba en el patio y a lo lejos se me hizo escuchar el ritmo de una marimba, dentro mío algo renació, se irguió y prestó atención para ver de dónde procedía, si acaso era una de verdad o solo su música en alguna casa.
La marimba me lleva al mar y el mar apacigua mi alma, trae serenidad al corazón, hace que cambie de frecuencia y me deje llevar por las olas internas que despierta, que mecen a un espíritu a veces confundido de su estar en esta tierra.
Extremé más mis oídos quería saber a ciencia cierta si acaso una marimba estaba tocando en el desierto.
De repente se escuchó más cerca, me asomé a la ventana y nada que viera fuera, indudablemente no era en las inmediaciones en donde se encontraba.
«Cuanto más profundo penetre la tristeza en vuestro ser, más alegría podrá contener.»
Seguí haciendo mis cosas, me fui quién sabe a dónde navegando por esas ondas luminosas que se habían desatado dentro de mí.
Llevaba una temporada encerrada en el matiz de la tristeza, donde la congoja a veces agarraba de tal forma que aprisionaba desde muy dentro.
La sonrisa se apoderó de mi cara, algo se había metamorfoseado había dejado esos rincones sombríos del pantano donde me encontraba.
«Cuando os encontráis alegres mirad en lo más profundo de vuestro corazón y notaréis que lo mismo que os produjo tristeza es lo que ahora causa vuestra alegría.
Cuando os sintáis abatidos volved a mirar vuestro corazón, y notaréis que estáis llorando por aquello mismo que anteriormente fue vuestra alegría.»
De repente sin esperarlo, el sonido dulce de la marimba, que tiene el don con su percusión de cambiar el estado de ánimo en el que uno se encuentre y que todo el cuerpo y corazón vibren a su son se escuchaba como si estuviera parada en mi puerta.
En un despertar abrupto me paré, me encaminé a la ventana y allí estaba, dándome la espalda y permitiéndome mirar la agilidad de esas manos que en el golpeteo de las baquetas rasgaban sonidos que encantaban.
¡Qué bello gesto de la vida!

Eso sí que no desborde la alegría para que la tristeza no se vuelva en otra vuelta un huracán, sino sea una leve brisa que realce al instante y lo vuelva humano y suave, tierno y amante, profundo y atento, manso y compasivo.
La moderación sea la consejera que inunde al ánimo con su sabiduría y le dé el sentir que el alma necesite para ser ella misma.
La marimba seguía, desde la ventana la miraba y la escuchaba, no daba crédito que se hubiera parado frente a ella, en una calle desierta, tan desierta como esta tierra misma, donde no había una sola voluntad que en presencia los acompañara.
«Sin embargo, yo os digo que ambas son inseparables. Llegan juntas, y cuando solamente una se sienta con vosotros a la mesa, recordad que la otra se agazapa en vuestra cama.»
Hermoso regalo me habían mandado, hermoso recordatorio de que uno aún está vivo, que no hay que dejarse arrastrar por esa corriente que emana de la atmósfera emitiendo una resonancia sorda que muy profundamente penetra y socaba con su vibración, más allá que también eleva, hay que dejarse atravesar por ella y volverse un resonador como el cristal lo es en su temblor .
«En verdad, estáis suspensos, como fiel de balanza, entre vuestra alegría y vuestra pena.»
Así sin esperarlo me regalaron una canción que me trajo al océano, sus arenas, su brisa, su aire fresco, sus rayos dorados acariciando la piel, el relax de un cuerpo que no se resiste, se permite dejarse ir y desprenderse en vuelo al infinito sin ninguna carga que lo agite.
«Sólo cuando vacíos estáis quietos y equilibrados.»
Los pies comenzaron a danzar, a hacerse eco, me dejé envolver por esa fragancia de frases musicales que me fue llevando a mi centro, al encuentro con mi Ser.
«Baila, cuando estas roto como jarro abierto.
Baila, si te has arrancado la venda.
Baila en medio de la pelea.
Baila, cuando estés perfectamente libre.»
RUMI
MÉXICO
Frases de «El Profeta» de Khalil Gibran
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No se exactamente que es una marimba, buscaré para ver que es. Muy buen relato y bien acompañado por las frases de Khalil y de Rumi, Me encanta Khalil! Un abrazo
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La marimba tienes que escucharla es un instrumento de percusión auditivo, en México es muy popular sobre todo en zonas de playa, en algunos lugares los pueblos autóctonos bailaban con ella.
Aquí te dejo un link para que la escuches.
Gracias, un abrazo grande y que todo vaya mejor
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Es una alegre lección que llega en el mejor momento. Un abrazo.
Miraré como suena esa marimba.
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Así es Carlos, conócela, hay diferentes, se las encuentra mucho en las playas, bien tocada es deliciosa el escucharla sobre todo cuando la acompaña la brisa marina tropical. Te mando un abrazo grande
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Todo en nuestra vida es el 50 por el 50 , día y noche, maldad y bondad, alegria y tristeza…es la principal ley de la vida. Un abrazo.
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Así es Tatiana y el vacío es el equilibrio, difícil de mantener y llegar sin embargo no imposible. Feliz semana, un abrazo
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Me alegro por esa brisa de alegría que te trajo la música.
Qué palabras más bellas las de ese libro de Khalil Gibran. Y Rumi es un poeta que me encanta.
Abrazo, Themis.
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Son palabras bellas y muy profundas, el libro todo el es una hermosura, hacía tiempo que no se venía a mí y ahora la marimba trajo su recuerdo. Rumi como dijeran por aquí es la neta, a mí también me gusta mucho.
Te mando un abrazo grande y gracias por tus palabras
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