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REMEMORANDO: LA LUNA GUSANO

La Luna Llena de marzo

 

Salí a dar mi vuelta, esa la de todos los días cuando ando por este paraje, en las cercanías nada más, sola no me aventuro tanto, no está la vida para hacer esas cosas, por donde uno ande los demonios están escondidos, y no hay que tentarlos.

Digamos que estamos en el tiempo de la no tentación y eso hay que cuidarse, uno puede tener muchos derechos, sin embargo a derecho lo llevaron preso pues son otras las energías que andan sueltas.

Si uno no se cuida la situación puede acarrear un sin fin de trastornos feos, que no son deseables.

Son tiempos para andar con mucho cuidado, como quien dijera despacito y por las piedras, no vaya a ser que uno se resbale.

No siempre hay que ir por el mismo camino, pues así se es presa fácil, las rutinas en este aspecto no deben instaurarse, romperlas cada vez que se puede trae consigo el aprendizaje y la protección.

Me fui a donde siempre con paso calmo, controlando la respiración y agudizando los sentidos, tratando de percibir todo lo que pasaba y no pasaba alrededor, como teniendo un radar que daba cuenta de diferentes detalles y de los cambios que en él sucedían.

Me remontó a una época, lejana en vivencias, donde uno desarrolló ojos para todos lados, muy paranoica la situación sin lugar a dudas, uno vivía con la espada en la cabeza, no sabía cuando se le iba a caer encima, ni que iba a suceder, época de dolor, de miedo, de incertidumbre, de recelo, donde había que cuidarse unos de otros.

Triste muy triste, llegar cinco minutos tarde de la hora convenida desataba la alarma, eso podía decir que estaba muerto, preso, desaparecido.

Ahora es parecido, más allá que quien lo mira consideraría que fueran momentos diferentes, sin embargo es la misma fuerza que se viste con distintos disfraces, con el paso del tiempo va perfeccionando los métodos y los controles sobre los habitantes.

 

Hacía días que venía fotografiando y buscando los árboles amarillos, recorrí muchas calles para ver por donde los encontraba con los cuales se inunda el pequeño pueblito.

 

 

Cuando florecen los jacarandas en todo México, aquí florecen además los arbolitos amarillos que no se cómo se les nombra, también hay jacarandas sin embargo a mi son los amarillos quien me llaman en este lugar, con ese color que relucen con los rayos del sol.

 

 

Encontré varios en diferentes horas del día, fui tomándoles unas imágenes es bien hermoso verlos como florean, como impregnan el andar con esa suavidad y delicadeza, logrando un aire de primavera, antecediéndola pues ella se acerca, bueno suponiendo que el clima así lo dicte y sus cambios, pues en la actualidad no se puede esperar nada.

 

 

Más allá que el calor ya da muestras de que va a estar fuerte, al igual que el viento, que cambió de ser una leve brisa a hacer remolinos de tierra que la transporta por el aire.

Así fui caminando y llegué a ese montículo de piedras donde tengo varios lugares para ver salir a la luna, mi cita de cada mes con mi modelo, a la cual espero.

Para mí sorpresa me encontré que estaba lleno, era la Fiesta de la Iglesia del Calvario, la que está ubicada en el lugar, en donde se venera al Señor del Consuelo.

No me detuve, simplemente crucé, igual que a la cancha de futbol que hay al lado y me fui a encontrarla más cerca de la montaña.

Me senté en unas rocas que ahí estaba a esperar que apareciera.

Desde lo lejos veía la Iglesia y a la gente en el festejo, se ve que había llegado mucha, los niños corrían, jugaban, los adultos aprovechaban a hablar con los conocidos con los que se topaban. Ambiente de jolgorio.

Estaba mirando la montaña, a los cactus, cuando apareció Ella, vestida de luz de sol del atardecer, todavía no completamente llena, eso sucedería al otro día, en donde mostraría su máximo esplendor.

 

 

-Muévete- me dije a mí misma, a ese mi misma que a veces se queda como pasmada, sin movilidad, que no arriesga mucho por ese temor a lo que pueda pasar.

-Ve a buscarla desde otro ángulo

Así fue me encaminé para acercarme un poco más a la montaña y ahí entre un quiote que muy señorial se levantaba, la empecé a fotografiar.

 

 

Hermosa como ella sabe ser, serena, fue naciendo, poco a poco fue coronando el cielo.

Se hacía tarde y el lugar estaba muy vacío, en un mutismo que resonaba, hay momentos que el silencio trae consigo vibraciones que nos advierten que mejor es irse por donde se vino, así me sentí y me regresé.

Hay que saber escuchar las señales y en caso de duda en que no se sepa si son o no son, mejor es volver a donde el cuerpo deje de estar en ese alerta que pone a segregar substancias de defensa.

Cuando me di la vuelta ahí me encontré al Astro Rey que ya se había ido y que dejaba detrás un cielo colorido.

 

 

Mientras caminaba iba dándome vuelta para ver a esa Luna hermosa, lástima no poder andar al revés, para poder seleccionar que es lo que queremos ir viendo.

Iba tomándole fotos en ese cielo que se teñía de rosa y morado.

 

 

Por otro lado las siluetas esas que me traían enloquecidas fotografiando en donde fuera, pues tener la paleta del cielo y contrastarla con los negros de los contornos, me maravillaba, estaba concentrada en ello.

 

 

Así fui andando el pueblo, pasando por lugares que lo mostraban en su color tierra ese ocre que lo adorna y lo vuelve uno con el entorno.

 

 

Poco a poco las luces del crepúsculo fueron desapareciendo, ya había llegado al centro y en el parque entre los frondosos árboles ahí se encontraba Ella, desplegaba su luz plateada entre las ramas.

Me quedé un rato bajo la copa de uno de ellos, simplemente contemplándola.

 

MÉXICO

 

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8 comentarios en “REMEMORANDO: LA LUNA GUSANO

  1. Me encantan tus paisajes con luna porque cuando yo la fotografío, no puedo evitar techos, alguna antena parabólica, luces de las avenidas, el tendido eléctrico y hasta algún cartel.
    Y el árbol de flores amarillas, divino.

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    1. Si vives en ciudad es lo que sucede, tienes que incluirlos como parte del paisaje, buscarles un ángulo, pues como contornos se pueden ver de otra manera.
      Si ese árbol amarillo es hermoso, me gusta mucho como viste al entorno. Un abrazo feliz fin de semana

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      1. Es esa luz entre día y noche, en la que distinguir distancias se hace difícil. Cualquier actividad que lleve riesgo aparejado, cazar, conducir, subir al tejado etc… puede acabar siendo una tragedia. Un abrazo.

        Le gusta a 1 persona

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