CUANDO lo FANTÁSTICO y LO REAL se ENCUENTRAN

 

Me gusta mirar por la ventana, sobre todo cuando estoy en la montaña y el Cielo encanta con sus despliegues de posibilidades, encerrando a veces las imágenes en un mundo fantástico, que pareciera sobrenatural.

Sin embargo en donde estoy ahora da a la calle y está cerrada la vista por un muro, detrás de él  una palmera, árboles y pienso que todos los borregos que ahí habitan, pues solo de ellos escucho su balada sobre todo en las mañanas.

Aquí no es el gallo el cual se escucha muy lejano, hay ovejas que ofician de despertadores. Es lo que se ve y se escucha.

Eso si el terreno, se pierde en un espacio de cielo no muy basto que sin embargo embeleza en los atardeceres.

Asomarse no guardaba mucha gracia aunque mirar el cielo celeste o sus nubes que lo acompañan siempre es un remanso para el alma.

Diario cuando se puede, me gusta tomar fotos, dar la vuelta, recorrer algún camino más aún cuando estoy por estos lados donde la Naturaleza rodea y el ambiente está tranquilo, se puede andar sin riesgo.

Sin embargo no siempre es posible, la situación me mandó a estar lejos del movimiento y bueno no quedó de otra que obedecer.

 

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Me paré a mirar qué pasaba afuera pues las sombras se empezaron a hacer cargo del entorno y el alrededor se iba tiñendo de un gris perla, me asomé y ahí me di cuenta que el cielo se estaba cubriendo de nubes, parecía que en cualquier momento se desataría la lluvia.

 

 

Ahí me quedé mirando a esas hojas de palmera que iban cambiando su tonalidad de un verde luminoso, se iban opacando, me puse a fotografiarlas,

Cuando de repente algo se apareció en mi pantalla como un punto de luz que salía de la planta misma, el fenómeno llamó mi atención y me metí en él, se me hacía un buen viaje para el encierro.

 

 

En un instante la realidad y la fantasía conectaron,
se integraban, lograban un todo extraño
que rompía los parámetros
de la existencia programada.

 

 

Ambas se entremezclaban.

Empezaban las imágenes a ser de cuento,

 

Era el inicio de un viaje

a través de la luz,

la sombra

y el reflejo

 

 

La luz cambió, se fue abriendo pausada y colorida e iba mostrando otras ventanas que se aparecían.

El asombro y el juego como uno se unieron para seguirla y a ese mundo que se destapaba, que se transformaba, llevando a otros paisajes que guardaban una magia embriagadora la cual invitaba a que se le capturara, posaba frente al lente.

Así se fue desnundando, develaba  las posibilidades que dentro de ella se gestaban.

Viajar más allá de lo limitado, de lo que a primera vista se veía, para de esa forma explorar y descubrir otros espacios que conviven.

 

 

Así comenzó este juego, donde sin tener que salir de la ventana se encuentran otros mundos de encanto, otros paisajes, las luces y las sombras van marcando su aparición, es un jugar con ellas y ellas mismas van mostrando el camino por donde adentrarse.

Estar atento a su aparición, a sus cambios y aunque pareciera todo igual, no lo es.

La luz del portal  se enciende y de esa manera sus posibilidades misteriosas de encuentro se exhiben.

Jugar, en ese sin tiempo, donde el silencio acompaña a la compenetración profunda y nos entrega un deleite de ensueño.

 

LA SOMBRA ME LO MOSTRÓ,

LA LUZ LO ILUMINÓ,

EL REFLEJO LO HIZO BRILLAR.

 

(CONTINUARÁ…)

 

MÉXICO

 

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