EXPLORANDO MUNDOS

Ya había conocido LA LAVANDERÍA DE ALMAS y EL MUNDO DE LA SOLUCIÓN, con los dos estaba bien sorprendida pues en mi Vida me había imaginado que podían existir.

Me quedé con las ganas de seguir recorriendo de ver si podía visitar algún otro espacio con ese tipo de características por momentos extrañas para este mundo en el que habito.

Sin embargo, ese día fui sacada de un instante a otro y retornada a mi mundo sin que mediara ningún aviso anticipando la maniobra.

La realidad era que no sabía muy bien cómo llegar a ellos pues me los había encontrado así por pura casualidad cuando estaba respirando dentro del tipi realizado con una cobija alrededor de mi cuerpo un día de un frío extremo donde el punto de congelamiento estaba ahí nomás a un paso de distancia, respirando dentro de ello ese calor que salía de adentro mío y calentaba el pequeño espacio, me fue relajando y en ese momento me encontré deslizándome a esas otras realidades.

Un día en que las circunstancias eran muy similares, el frío se hizo presente de nuevo, aproveché a repetir lo que había hecho anteriormente y ¡oh!, sorpresa, sorpresa, fui absorbida sin ningún aviso previo.

Esta vez el pasaje fue mucho más largo, me deslizaba por un canal, el mundo se fue obscureciendo, como si se entrara en unas especies de cloacas muy organizadas y limpiecitas, hasta llegar a un espacio donde fui depositada en una especie de camilla que se transportaba por rieles, pues es lo más parecido para describirlo dentro del lenguaje que hablo y de las cosas que conozco, más allá que en realidad estaba en el aire y todo se transportaba por él, donde había una especie de luces que cambiaban de color cuando pasaba cerca de ellas y se me acercaban y desparecían, como si me estuvieran escaneando, luego fueron absorbidas.

Cuando unas formas raras como pequeños robotitos, sin serlos, quién sabe que eran,  tal vez como una especie de nanotecnología que crecía, eso sí todos salían de la nada y se desaparecían en la misma en milésimas de segundos, lo que hacía pensar en luces que se agrandaban en algún momento y por ahí andaban.

Me sorprendió mucho que la obscuridad y la luz se envolvía una a la otra creando una atmósfera de una armonía y un equilibrio casi perfectos.

Uno de ellos empezó a aumentar de tamaño, se paró frente a mí, sostenido por el aire, me preguntó si quería el servicio.

-¿Cuál servicio?- pregunté sorprendida

-Otra curiosita- dijo- como fastidiado, lanzando uno de esos suspiros que matan.

-¿De dónde viene?- preguntó sin decir palabras, era como si lo que él quería saber se tradujera dentro de mi cabeza, en el pensamiento, ahí me di cuenta que no tenía que contestar, simplemente con pensarlo ya él lo extraía.

Al rato vine a descubrir que ni siquiera tenía que pensar, el activaba quién sabe de qué manera los centros donde esa información estaba archivada y lo que es más se expresaba de acuerdo a mi forma de hacerlo y supuestamente podía cambiar dependiendo a quién fuera que tuviera delante. Digamos que se adaptaba para poder hacer una comunicación fluída y dar confianza.

-De la Tierra

-Tenía que ser, tienen real atracción por los viajes interdimensionales, sin tener ningún criterio, ni siquiera saber a dónde llegan o lo que andan buscando.

-Aquí damos el servicio de limpieza de las cañerías internas, por las que fluyen todas las energías y muchas veces se obstaculizan por todo lo innecesario que cargan y otros motivos. Aquí se limpian, se les da mantenimiento para que  pueda viajar libre sin nada que la entorpezca.

No sabía que decir, en una parte no entendía mucho, más allá que el servicio se me hacía adecuado tenía algo que ver.

-Se lo recomiendo pues todos los terrestres siempre están atascados de miles de porquerías que juntan en esa vida loca que llevan, sin rumbo, perdidos, quién sabe qué onda con ustedes y en el diagnóstico salió la recomendación pues hay algunos lugares que están con mucha acumulación.

Frente a una conclusión tan convincente accedí.

Ahí quedé esperando unos segundos, cuando se empezaron a aparecer una línea de puntitos luminosos ínfimos, que se deslizaban en un fondo no del todo negro, ni iluminado, era la mezcla de los dos, juegos de luces galácticos.

Esa cuadrilla de luces que relucían en ese fondo se fueron acercando a mí, se dividieron en dos y cada una de las partes se desaparecieron por mis fosas nasales, fueron absorbidas.

De repente vi que había una serie de ellas en formación que se estaban acercando a mi cuerpo, quedé hipnotizada por la visión.

Cerré mis ojos y me metí en mi misma sintiendo todo lo que estaba sucediendo dentro, esas cuadrillas que habían entrado por todos los lugares donde había acceso para hacerlo y se les sentía en una actividad interna muy intensa, como si estuvieran pasando un cepillo, tirando chorros de agua a presión, quién sabe qué onda.

La verdad es que me clavé en deshacerme de todo aquello que sabía innecesario que habitaba en subconsciente y el inconsciente, que bueno uno igual lo guarda quién sabe para qué, sin embargo ahí lo deja estacionado y con el paso del tiempo sin darse cuenta lleva cincuenta o sesenta años guardando algo que ya se anquilosó, sin embargo se siente tan unido a ello, creó la personalidad a su alrededor.

-¿Cómo lo voy a tirar?, si es parte de mí- nostálgicamente se pregunta.

Aquí lo quitaban en el acto no tenían miramiento, eso fue lo que me gustó, llevabas algo al plano consciente y ¡ZAS!, desaparecía en el instante, así me di cuenta que a medida que recordaba, la aspiradora se lo llevaba.

Era como una máquina de evocar situaciones pasadas, uno decidía de que se despojaba o lo qué guardaba.

Buen sistema.

Ahí escucho como una voz que me dice:

-Hay que quitar todo eso para volverse eficientes en la tarea que todos tienen destinados en ese sistema Tierra, más allá la preferencia es la contraria, cuando alguno llega por aquí aprovechamos a que tome consciencia real y lo limpiamos para que se dé cuenta de todo lo que carga y que sienta como sería si abandonara todos esos vicios que en esa dimensión son parte de las distracciones que impiden volcarse, centrarse en eso que es lo único que lo hará evolucionar: ser consciente de una sola consciencia.

De repente de la misma manera en que entraron, desaparecieron, todo volvió a ese color indefinido donde la luz y la obscuridad creaban el ambiente en total y absoluta concordia donde la paz, la serenidad, el descanso y sobre todo el permiso a despreocuparse sin sentirse culpable, a darse el tiempo, a entrar en la calma.

Me sentía como si hubieran quitado del adentro un enorme peso, una serie de trabas que impedían que la energía renovada fluyera libremente, me había descacharrizado, el panorama se veía más despejado y no se podía negar la renovación en la que me encontraba.

Mi regreso fue como un viaje misterioso a través de un mundo de luces, formas, colores tenues,  como atravezando nebulosas de una hermosura extraordinaria, me sorprendía tanta belleza que tenía delante mío, como si mi percepción se hubiera agudizado con esa limpieza que me habían realizado.

Así como así, volví a estar dentro del tipi, el frío ya no se sentía, se había moderado, mi cuerpo estaba suelto, parecía una brizna sostenida por el aire, esa sensación de sentirse libre en esa cárcel que nos acompaña, pues no podemos desconocer que somos seres volátiles metidos dentro de un organismo rígido creado por la forma en que se percibe en la dimensión en la que nos encontramos.

Me quedé pensando en la locura que se me hacía esos mundos que están alrededor, que sirven para darle mantenimiento al vehículo con el cual andamos por la vida.

Más allá me decía:

Cada quien crea su propia realidad

México

REALIDADES PARALELAS: LAVANDERÍA DE ALMAS (1)

REALIDADES PARALELAS: EL MUNDO DE LA SOLUCIÓN (2)

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