Cosechando limas
Después de andar alejada del Ranchito por un buen tiempo, ya que diferentes factores habían hecho imposible mi cercanía, llegó la feliz hora de retornar a él.
El bosque se había vestido de amarillo, las hojas esperando la llegada del invierno estaban dejando a los árboles desnudos, con la brisa caían danzando por los aires, como si fueran confeti lanzados para la bienvenida.
Salí a recorrer el terreno para ver con lo que me encontraba, que cosas habían sucedido en casi dos meses de ausencia.
Distintas flores que crecen silvestres aumentaban más este color, rompían con la monotonía del verde y deslumbraban con su luz .
La pepitas del café ya habían crecido, preparándose para tomar el color para su cosecha.
Y lo más maravilloso: un árbol de limas cargado de ellas, que coronaba su tronco una hermosa bromelia con dos flores rojas que lucían radiantes.
Cuando llegaron tres de los niños les conté del árbol y allá nos fuimos a cosechar.
Emprendimos la marcha montaña arriba, había que caminar un trecho para llegar, mientras admirábamos el color que había tomado el bosque.
Con mucho cuidado para no picarse con las espinas y no lastimar al árbol fueron cortando el fruto.
Volvimos cargados de limas que al no haber llevado bolsas las sujetaron doblando sus camisetas.
A cada rato se escapaban de su envoltorio, para correr montaña abajo y todos atrás de ellas para recogerlas, volviéndose un gran jolgorio el incidente.
Llegando a la casa las pelamos y nos pusimos a comerlas, saboreando cada pedacito del delicioso fruto que el bosque nos había regalado.
Ahí estábamos cuando llega la bebé con su hermano a visitarnos y se unieron al grupo compartiendo el sabroso alimento.
Mientras les platicábamos y nos reíamos de nuestra aventura con las limas, como es ya la costumbre, recrear lo realizado como forma de aprender a expresarnos y perder el miedo a hacerlo.
-El árbol tenía una flor muy bonita, ¿veldad?
-También espinas y había que tener cuidado para que no nos picaran
-Cuando veníamos de vuelta, las limas se escapaban, corrían, corrían y se iban muy lejos.
-Eran cómo pelotitas
-Otras se escondieron entre los pastos y no las pudimos encontrar.
-Tal vez se vuelva arbolito, ¿veldad?
-Y a mí se me salió mi chancla- la risa se hizo sentir- y gritaba: ¡esperen!, ¡esperen! y tuvieron que esperar para que me la pusiera.
Terminamos de saciarnos con las limas y abrimos el petate, pensando en si estaría Paco el Chato o ya nos habría abandonado de nuevo, esa inquilina de la casa que durante un tiempo vivía en él, una rana que cantaba y cantaba todas las noches.
No había nadie, fue una gran sorpresa, lo dábamos vueltas de un lado y del otro, sin dar crédito que esta vez, ni una sola arañita estuviera allí metida.
Se pusieron a dibujar y armar rompecabezas, jugar con la bebé que aún con cierta desconfianza nos miraba, pues era la primera vez que llegaba al Taller.
Y así poco a poco la noche se fue apareciendo sin que nos diéramos cuenta.
-Cada día viene más temprano- dice uno de ellos
-Es que ya viene el invierno.
-Así es
Con la obscuridad que ya nos rodeaba era hora de retornar a las casas.
Nuestro abrazo de despedida y esperar que el nuevo día amanezca, que el sol nos regale su luz para ver que aventura la vida, nos tiene preparada.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ HASTA LA VISTA !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sierra Mazateca, Oaxaca, México
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!
Hermoso relato Themis. Seguro extrañaron tu ausencia.
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Así es Mirian, me recibieron con mucha alegría, pidiendo hojas para poder dibujar, platicando lo que habían hecho en mi ausencia. Son muy hermosos y nos llevamos muy bien. Un abrazo
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Muy interesante el relato y las fotos geniales. ¡Qué bonita la naturaleza! Un abrazo
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¡Qué bueno que te haya gustado!, la Naturaleza es hermosa en cualquier forma que se presente. Un abrazo
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Gracias Themis por compartir con nosotros! Debió ser una tarde fantástica! Besos
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El amarillo del entorno, además de la luz que la tardecita nos regalaba, volvía mágico el paisaje y el sabor lo daban las limas, sabrosas. Gracias.Un abrazo grande
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Son maravillosas tanto las fotos como las palabras que las acompañan.
Gracias por compartirlas.
Abrazo.
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Gracias a tí también por ser parte de nuestras aventuras al leerlas. Un abrazo grande
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Me gustan mucho tus niños y las historias que cuentas, tan sencillas y llenas de encanto.
Aquí el invierno ya llegó casi del todo.
Besos
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Gracias Eva, así es, la pasamos muy bien y el bosque se engalana de diferentes maneras para dejarnos disfrutarlo y regalarnos a veces parte de su cosecha. Un abrazo
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