EL ARRULLO
En mi paso por Ciudad de México estaba viviendo en un segundo piso donde había un balcón.
Al otro día de mi llegada me despierta un sonido que se escuchaba detrás de las cortinas. Las abro para ver qué era y me encuentro con tres vecinas que festejaban al sol naciente, que las iluminaba con sus rayos dorados.
Ese cantar monótono era el arrullo de tres palomas que estaban disfrutando ese hermoso amanecer y
sin prestarme mucha atención siguieron con su gorjeo, como queriendo seducir al astro que emergía dando inicio a un nuevo día, en donde se percibía que todo iba a resplandecer.


Ese don de VER las cosas sencillas y crear anécdotas es un regalo maravilloso!
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Gracias, la verdad que me deleita mucho ver todos los acontecimientos hermosos que esta vida nos regala. Un abrazo
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