LOS ACONTECIMIENTOS DEL CIELO
Estaba muy tranquila dentro de la casa, en uno de esos momentos en donde salir fuera pesaba por el gran calor que se siente con ese Hermano Sol que se ensaña y apasionado como anda lanzando sus rayos ardientes.
Mejor quedarse en el fresco relativo de las paredes, bebiendo agua, para que la deshidratación no se sienta.
Cuando de repente, ese chisporroteo, que lleva días que como por encanto se escucha y que denota regocijo o un llamado a alguien que nunca aparece, me hizo levantarme en un momento pues era algo extraño que sucedía en ese patio de sorpresas y ahí paradito en una de las varillas de esas que se elevan al cielo, ahí estaba él muy erguido y lanzaba a los aires ese sonido que no se puede decir que es característico de los de su especie o puede ser que en lo personal nunca los había escuchado, más allá que me crié con ellos y ese grito que lanzan, que pareciera que dijera, de «bichofeo», se escuchaba en cada amanecer y en sus revoloteos.
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Sí, era un benteveo, con su cuerpo amarillo, sus alas cafés, su cuello blanco y ese inconfundible antifaz que lleva en sus ojos por eso se lo considera en muchas partes como un bandolero o tal vez también, un héroe de ficción, un justiciero.
Ahí me lo encontré, donde todos los días se para, ya que él viene a buscar los frutitos de una de las enredaderas y parece que es a ella a quien le habla, pues la mira paradito en la varilla, como enamorado extasiado.
Para luego alzar sus alas y como colibrí revolotear entre sus hojas mientras le extrae una de sus semillas y regresa a posarse para comerla.
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Indudablemente que ha descubierto la fuente de alguna sustancia que lo hace cambiar sus comportamientos y volverse adicto a ella, y así se pasa todo el día, va y viene, va y viene.
Ahí al darme vuelta me encontré con esa otra maravilla, que en una de sus guías ya cerquita de mis ojos, se erguía con gran orgullo, la flor del maracuyá o mburucuyá, depende del nombre por qué parte de América se ande.
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Más allá que en este día, pasó algo especial que les quiero contar, se escuchaba a él, lanzar su chispeo, junto a truenos fuertes que se oían a lo lejos, que con parsimonia se acercaban como si cargaran con ellos un gran peso, algo muy común que suceda, que las tormentas eléctricas pasen por lo alto lanzando sus rugidos, sin embargo había algo diferente, como si la lluvia con grandes gotas se desencadenara.
Me asomé por la ventana pues no entendía de donde salía ese sonido que lo acompañaba, pues afuera el cielo estaba en su celeste cerúleo, el Hermano Áureo brillaba con toda su intensidad, más allá no se podía desconocer que caían gotas del firmamento.
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Salí para sorprenderme, el gran Creador estaba en su atelier creando una animación con luces, sonidos y movimientos.
Cosa extraña sucedía, no era de todos los días, había que sentarse a mirar ese espectáculo que el Cielo componía, delante mío llovía, grandes gotas caían al piso y lo iban dibujando como si de estrellitas se tratara y la luz del Sol por un lado y los grises por otro era la escenografía.
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Tal vez, para competir con el circo que había llegado al pueblo y que todos los niños esperaban la función con gran expectativa.
Esto que sucedía los hizo salir, se les escuchaba en la calle, creando un bullicio mientras dejaban que esas gotas los mojaran y el sol los deslumbrara, y pedían que saliera el arcoíris.
Me senté en los escalones, la algarabía se había desatado, poco a poco el agua se expandía, un hecho poco común acontecía, rompía la rutina, había que vivenciarlo.
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Del otro lado del cielo llegaba la nube obscura, envolvía a las pequeñas nubecillas blancas que del otro extremo decoraban el lienzo extendido.
El pajarillo no se iba seguía con su leve trino entre trueno y trueno.
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Algo excepcional estaba sucediendo un concierto audiovisual, donde diferentes instrumentos naturales componían la música, donde ese actor alado invitado hacía de solista viviente marcando los agudos frente a los graves de los truenos, el ritmo hipnotizante de las gotas que caían y el coro de niños a lo lejos.
Y en las alturas la luz se apagaba, en tanto que se representaban los hechos, nubes grises buscaban tragarse a las blancas que luchaban por no ser devoradas, mientras el Sol no se ocultaba seguía con su luz iluminando la tierra que desde el firmamento era mojada.
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El Creador se estaba divirtiendo, probaba desde su computadora celestial, generar nuevas experiencias, acústicas y visuales, tratando de despertar a todos los dormidos que, allá abajo de cara al suelo no tienen ni tiempo de elevar la mirada al Cielo.
MÉXICO
AGOSTO 2023
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

El más maravilloso espectáculo audiovisual, de verdad. Autor: el Creador. Recreación de Themis, que palabras más hermosas no has podido usar, poesía pura. ¡Este patio que ya siento tan mío!
Si intentase hacer alusión a las partes que me llamaron más la atención, en verdad tendría que ponerlo todo. Me recordaste algo que escribí en mi blog hace tiempo, porque tú, Themis, vives en poesía.
Trajo cosas muy buenas ese encierro, sin duda. Transformaste la pesadilla en amor.
Mi abrazo eterno. 🌹🌹🌹
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Gracias Maty, me alegra mucho que así lo veas, el patio, ese escenario celeste y terrestre que tiene tanto para mostrar y recrearse en él, si se contempla volcada a lo que en él pasa, en ese pedacito de vida donde guarda por momento la esencia misma.
Te mando un abrazo infinito
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WoW, Thermis, el benteveo no lo conocía… Después la hermosa flor del Maracuyá…
Y esa frase de las alturas y la luz que se apaga, con nubes grises que parecen tragar las nubes blancas que luchan por no ser devoradas, y mientras el sol no se oculta su luz ilumina la tierra que protegen las estrellas desde el firmamento…
Me ha encantado, además del cierre final tan bello y poético.
Te aplaudo.
Un fuerte abrazo
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Gracias Nuria, son los aconteceres desde este patio, que la pandemia por el encierro me hizo vivenciarlo en todos sus mínimos acontecimientos, el cambio de luces, el sonido de los diferentes habitantes del cielo y la tierra, las plantas que crecieron sin saber a veces de donde salían y ese Creador en su atellier que me hizo descubrir todo lo que era capaz de dejar plasmado en un pedacito tan pequeño de lienzo que se veía, tantas cosas hermosas para estar agradecida a la Vida y a todo. Abrazo bien grande
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Hola Themis, gracias por este regalo. Siempre es muy agradable leer lo que acontece en tu patio, me encanta cómo captas todas las cosas que suceden y las platicas con tanto amor y ternura e incluso podría decir poesía. Muy bonitas apreciaciones. Abrazos.
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Son tan hermosas Ana, el poder contemplarlas, hundirte en ellas, ver como en un pedacito de cielo recortado por paredes, en un pequeño espacio encementado, pueden suceder tantas cosas, que la soledad no existe, ni el aburrimiento, tal vez es una forma de «perder mi tiempo» y no verlo que pase. Gracias, un abrazo grande
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Sí, yo también me quedé con ganas de que nos describieras el arco iris, todo anunciaba su presencia. ¡Qué hermoso momento! El que describe, como siempre,
detalladamente. Y los pájaros y la lluvia y eso que te rodea y que tan bien observas y nos cuentas. Gracias, Themis. Lo he disfrutado. Un fuerte abrazo.
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No salió, eso sí el cielo por si mismo era un poema, que tal vez no hubiera llamado tanto a la atención si el arcoiris en el estuviera. Aunque sin lugar a dudas para la entrada hubiera sido un detalle sin igual para cerrarla. Abrazo bien grande
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Hola, Themis, qué gran párrafo final.
«El Creador se estaba divirtiendo, probaba desde su computadora celestial, generar nuevas experiencias, acústicas y visuales, tratando de despertar a todos los dormidos que, allá abajo de cara al suelo no tienen ni tiempo de elevar la mirada al Cielo».
Me encanta y también lo nuevo que he aprendido con el «bienteveo» y la flor del maracuyá.
Las imágenes perfectas también, acordes con el texto y lo que nos ibas contando.
Luego, supongo, saldría el arcoiris, ¿no? Mezcla de sol y agua, lo mejor para que aparezca.
Un abrazo. 🙂
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Hola Merche, me alegra mucho que te gustara el final, el benteveo es un hermoso pájaro, y este que me visita está rematadamente loco, ahora trajo a su compañera y el que llega es su hijo también.
El arcoiris no salió por lo menos el que se ve desde el patio de la casa, pues a veces se ven de otras partes del pueblo, eso si esta historia sucedió en agosto, que justamente es el mes de más arcoiris. Abrazo grande y gracias
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Hola Merche me alegra que te haya gustado el final. El benteveo es un pájaro muy lindo, este que llega esta reloco, ahora trae a su pareja y a su hijo, todos a comer de las frutitas de la enredadera, la flor del maracuyá la pasionaria, es una belleza.
El arcoiris no salió por lo menos el que se ve desde el patio, pues hay otros que atraviesan el pueblo, agosto cuando esto sucedió es el mes de ellos, es cuando más aparecen. Abrazo grande y gracias
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