TENUE CANDILAZO CON LUNA

LO INESPERADO

Un cambio de luz se dejó sentir de improviso.

La tarde iba camino a su declive, ningún episodio la hacía diferente a todas las que día con día venían aconteciendo.

La primavera, no es un momento del año que ocasioné que los atardeceres se vuelvan esos espectáculos increíbles, como los que caracterizan a los que el frío trae consigo.

Algo afuera sucedía con la luz, mostraba que había habido una variación, me levanté prestamente y salí.

No quería perderme la sorpresa que se preparaba en el cielo, ¿un nuevo juego tal vez?, para, ¿romper la rutina de lo cotidiano?.

Un leve arrebol en un espacio no muy amplio, animaba al cielo teñido de ese azul cerúleo con el cual amanece y obscurece.

El atelier celestial del creador parecía olvidado, como que no le nacía las ganas de acuarelar, estaba perdido correteando los montes, las montañas, regando con pequeñas pinceladas, con ínfimos trazos a las florecillas que emergían con una sonrisa.

Sin embargo, hoy entró en él, le apetecía un poco de descarga, de tomar un espacio más amplio donde poder expresar las emociones que lo invadían.

Los detalles a veces apresan, ese puntillismo necesita la contrapartida, así comenzó, como base pintó las nubes blancas para poder con ello crear ese fondo ineludible, sin él no podría hacer nada.

Luego tomó la paleta arcoíris que la luz del sol le provee, sin pensar en otra cosa que en los colores que nacían fue expresando todo aquello que lo movía.

La luz se dispersa en una loca carrera donde los azules ganan por su rapidez, sin embargo los otros que quedan enlentecen el paso, para que de esa manera, el artista creador los tome y con ellos crear sus ensoñaciones.

Así fue mostrando a las nubes iluminadas por los rayos, el resplandecer de los rojos purpurinos, los amarillos radiantes sobre ese blanco límpido extendidos en ese azul celeste.

Fue plasmando ese gran sonrojo, como si una leve vergüenza le sacudiera.

Se ruboriza el crepúsculo por su arrebato, para compensarlo plasma un ínfimo punto luminoso, era ELLA que asomaba.