LA LUNA DE LAS FLORES
Era hora de salir, ya todo se había alistado, el sol aún estaba alto sin embargo, no era ese calor del día, más allá que todavía guardaba el ardor en sus entrañas.
Había que llegar antes que se pusiera, íbamos a conmemorar un día importante en donde llevábamos todo lo necesario para nuestra excursión: cenar en las alturas, era lo que nos habíamos propuesto, estábamos de festejo.
No sabía a dónde nos dirigíamos, no me era importante, siempre se trata de asombrarse frente a un nuevo lugar que guarda un gran parecido con los anteriores, solo es en la apariencia, la esencia tendrá esos matices que la profundidad permite ir alcanzándolos y muestran ese nuevo detalle que se percibe al compenetrarse con ello.
Iba muy concentrada en el camino y pensando como la frustración y la desubicación viene de lo que esperamos cuando no se cumple, desconociendo totalmente el contexto en el que nos encontramos. Más allá que hay veces que pensamos que ya hemos superado esos momentos, que nos situamos en el espacio en donde estamos, con su cultura, sus costumbres y sus formas de interactuar.
Pero….siempre hay un pero que brinca sin esperarlo en esta vida, todavía hay remanencias y aguardamos que los demás se comporten o reaccionen como nosotros queremos o esperamos que sea. Ese ego que no se harta de estar apareciendo, así sea de vez en cuando a darse una vuelta para que nos demos cuenta que aún existe y no andemos distraídos en falsas creencias. Eso sí, qué bueno que lo haga, para advertirnos que aún falta, que no no somos libres y hay que seguir con el trabajo con nosotros mismos.
Creemos y eso es solo un acto de fe, y pensamos solo es un acto de la mente y sentimos solo un acto de los sentidos, eso sí aceptar aquello que se presenta como lo que hay, eso sí que nos cuesta, pues todo lo anterior es la carga que nos impide el hacerlo.
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Tomamos el camino que iba dejando las últimas casas atrás, cada vez más se iban alejando una de otras.
Me recordó a Khalil Gibran en el libro «El Profeta», en el cuento «Las Casas»:
«¡Cómo pudiera juntar vuestras casas en mi mano y, como un sembrador, esparcirlas por el bosque y la pradera!
Los valles serían vuestras calles y los senderos verdes las alamedas y os buscaríais el uno al otro a través de los viñedos, para volver con la fragancia de la tierra en las vestiduras…..»
Pasamos por la última del camino y ahí me llamó la atención, la yegua con su pequeño potrillo con poco tiempo de nacido, una hermosa imagen se manifestaba, una nueva vida.
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Cuando enfrente se apareció ELLA, la Luna de Flores, la Luna de la Primavera, donde junto con ella florecen en el hemisferio norte los árboles, las plantas.
Es esa luna que da la bienvenida a todo ese mundo de detalles no solo en este desierto sino en todos los lugares que puede, muchas veces sobreponiéndose a las mismas circunstancias, como la falta de agua o el calor reinante en estos momentos. No se deja, ella igual poquito o mucho florece.
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En unos días será llena llegará a su culminación, donde deja plasmado que todo proceso acaba para poder tener la posibilidad de empezar nuevos, que así es en esta vida y nos da la posibilidad de entrar a nuevas formas de concebir al mundo que tenemos a nuestro alrededor y a nosotros mismos.
Seguíamos por el camino, ELLA se aparecía a cada momento, entre cactus, esas presencias tan ancestrales, con tanto conocimiento.
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Cuando llegue a su redondez total será un día de un gran festejo, también un día de celebración, meditación y compartir, en esta Luna llena de mayo es el día de Vesak, el aniversario del nacimiento de Buda, también el de su iluminación y el de su muerte a los 88 años, su recorrido por este mundo.
Es un día sagrado para millones de budistas, un día propicio para tomar conciencia de la importancia de cultivar nuestra espiritualidad, más allá que todos lo son, sin embargo en este día esa energía está fluyendo por todas partes, circula por el aire traído por el viento desde muchos lugares remotos donde muchos serán los que estén concentrados en ello.
Poner en práctica valores como el amor, la paz, la bondad, la compasión, el respeto a todos los seres sintientes, la interconexión que existe entre todos los seres que habitamos en este planeta, sin importar, credo, raza, edad, género, especie, preferencias, sino uniéndonos en el latido del corazón universal.
Hermoso verla subiendo igual que nosotros, ELLA recorriendo el firmamento, mostrando su luz, la dueña absoluta de la noche, esperando que un momento nada más, cuando el Hermano Sol se oculte tras las montañas, millones de puntitos luminosos comiencen a encenderse para morar juntos en la obscuridad.
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Seguía el camino, aún llano, sin muchos obstáculos, las montañas detrás iluminadas con el dorado que las hacia relucir.
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Había que acelerar un poco la marcha sin bajar la guardia, mirando donde se ponía el pie, adelante comenzaba la subida, esa que nos llevaría a ese lugar encantado y nos uniría a la inmensidad que aguardaba.
CONTINUARÁ…
MÉXICO
MAYO 2, 2023
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CAMINO AL MONTE: LA GRAN EXPLANADA
CAMINO AL MONTE: ENTRE PAREDES (1)
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


Tan hermosos pensamientos acompañados de unas fotos increíbles, gracias
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Gracias Luz, fue una muy bella salida, sobre todo cuando te puedes internar en el desierto y el festejo, una delicia. Abrazo grande
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Hola, Themis, hoy tu recorrido me ha parecido una metáfora fe la vida, donde hay que vigilar las pisadas para llegar a esa subida que nos llevará a un lugar mágico que nos unirá con la inmensidad de un todo.
Se siente esa energía que fluye por todas partes, la luz de la impresionante luna de mayo y ese volver con la fragancia de la tierra en los vestidos. Precioso.
Un abrazo, Themis.
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Gracias María Pilar, así es, bien lo dices, ese sencillo banquete que nos espera en esas mágicas alturas. La energía crece a cada paso que se da, y esa Luna misteriosa y encendida nos coronará en un rato más, siendo nuestra literna para ese descenso plagado de estrellas. Abrazo grande
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