LA LLEGADA DEL 2023

RUMBO A LA MONTAÑA

La despedida a ese año viejo que seguía su viaje y la llegada del nuevo, me agarró dormida cual anciano angelito.

A pesar que se sentían los bombazos que con gran estrépito eran lanzados desde la Iglesia, para avisar que se concurriera a la misa de fin y comienzo de un ciclo.

En un momento el mundo desapareció del contexto terrestre y me fui allá lejos a ese «estado hipnagógico»,  donde dicen que se es mucho más creativo y despejado, un poco antes de cruzar el umbral del sueño y entrar al mundo onírico, donde esos sonidos parecían el final de la obra de Tchaikovski, la Obertura 1812.

Lo que me hizo sumergirme en otros acontecimientos que sonaban como ese final soberbio y prodigioso de esta música, los repique de las campanas al vuelo y los disparos del cañón, donde al final se alcanza la victoria, como el haber superado este año a pesar de todos los intentos que hubieron para que así no sucediera,  así sin darme cuenta, agradeciendo,  me fui en viaje en una alfombra voladora.

A la mañana siguiente desperté temprano, con el propósito de cumplir esa determinación de ir al monte a iniciar el año y hacerme una limpieza de todas las vibras acumuladas.

Aunque el sol se sentía que al rato iba a estar en todo su esplendor, el frío todavía reinaba en este mundo climáticamente cambiante.

Fui atravesando el pueblo donde tuve la misma sensación que el día anterior, el silencio se había hecho cargo, con seguridad que dormían del desvele de la noche de recibimiento, de las copas, de las comidas opíparas y ahora sabiéndose que era día de descanso, aprovecharon a estar un poco más relajados.

Sin embargo, sabía que había quienes no podían descansar, como Margarita, que a fuerza tenía que llevar a sus chivas a pacer y por lo tanto no había excusa que valiera, tenían que comer. Esa es una de las complejidades de ese trabajo, no se tiene día libre, los animalitos tienen que comer, se quiera o no se quiera o comprarles la comida y no siempre se tiene para ello.

Agarré el camino para llegar a su casa, pasar a saludarla, darle su abrazo de Año Nuevo y  tal vez, si era posible acompañarla un rato con sus chivas.

*

*

Mientras que iba mirando ese cielo azul, ese cielo que deslumbraba, que estaba hermoso como si anunciara que este Nuevo Año, tendría sabor a encanto con pinceladas de nubes que lo surcarían.

-Así es la vida, ni modo- me decía, ¡qué le vamos a hacer, va a ver que apechugarlo, eso si con una sonrisa!- mientras seguía sube y sube la cuesta y el calor que ya mandaba a que uno le fuera quitando capas a la cebolla.

Allá abajo quedaba el pueblo, y a pesar de su silencio, el de aquí arriba era aún mucho más vasto, más profundo, más deshabitado.

*

*

Al llegar a la casa me recibieron los perros, que empezaron a ladrar, sobre todo uno de ellos, el Negrito, que estaba como obsesionado mostrando que él era bien malo y estaba al pendiente del cuidado de la casa, como si temiera que lo corrieran.

*

*

Allá estaba Maguito, en su fogón, poniendo más leños para que se mantuviera.

Se acercó callando a los perros, y diciéndome que estaba poniendo el frijolito para que estuviera listo a su regreso y que ese perro quién sabe qué le pasaba, que ni siquiera era de ella, que se viene y se queda y no lo puede correr.

Nos fundimos en un abrazo y en todos los deseos de que el Nuevo Año estuviera lleno de bendiciones.

Una de las chivas que estaba afuera del corral, amarrada y echada, me quedó mirando, me acerqué a acariciarla.

*

*

-Está solita porque está preñada y como se puso mala hubo que sacarla y ahora si se la mete con las otras, la patean, pues la desconocen, no la quieren.

Mientras me contaba la historia, las otras desde el corral, me observaban y se acercaban.

*

*

Nos metimos adentro de su casa, me mostró su Nacimiento, que lo tuvo que entrar pues lo tenía afuera  pero por culpa de la ardilla, esa que anda dándole lata, que se come sus plantas, que le tira todo, que no le deja tener alimentos sin estar protegidos, pues todo se lo come, que ya no sabe qué hacer con ella, lo tuvo que entrar y ponerlo ahí.

Se había levantado muy tarde pues después de la misa de medianoche se había ido a una casa que la invitaron, pero ya regresó a la madrugada y cansada, así que durmió un poco más.

-Vamos a desayunar- me dice- pues aún no lo he hecho

Comenzó a calentar un adobo de pollo, con tortillas, mientras repartía una ensalada típica de estas fechas de manzana, con zanahorias, crema y quien sabe que tantas cosas.

Era el recalentado, ese que se come al otro día de todo lo que sobro de las fiestas. Lo había traído de donde fue a festejar, como no comió pues ya lo había hecho en su casa, lo guardó para el desayuno.

Maguito es un ser muy hermoso, sencilla, simple, agradecida con Dios, con Jesús y con la Virgen de Guadalupe, que dice que fueron los que siempre la protegieron y le abrieron el camino, pues su vida no fue nada sencilla, pues pequeña quedó huérfana, la criaba su abuela, pero cuando ella tenía cinco o seis años murió, y se la entregaron a unos familiares donde pasó a ser como se dice en México «la chacha» de todos ellos, muy obligada a hacer de todo pero sin ninguna recompensa por ello, salvo la humillación, los golpes, el destrato por arrimada.

La conocí apenas llegada yo a estos rumbos, caminando monte mientras ella cuidaba de sus chivas, enseguida tuvimos un acercamiento, como que algo hizo ¡Clinch!, entre las dos. Después de la pandemia nos volvimos a encontrar y me dijo que era catequista y que tenía un grupo de niños, con los que luego hicimos un mural sobre el Espíritu Santo, sin embargo esta es otra historia que otro día les narraré.

Mientras platicábamos me fue abriendo parte de su vida, los motivos por los cuales se puso a estudiar de adulta y llegó a ganar el premio nacional del certamen convocado por la Secretaría de Marina, «El viejo y el Mar».

-Yo siempre quise estudiar, ir a la escuela, le decía a mi tío, póngame en la escuela, tío, póngame, no le voy a dejar de hacer todas las cosas que hago.

Sin embargo, él le contestaba:

-Tú lugar es con animales, sal de acá y ve a cuidarlos.

A los doce años, llegaron unas personas de la capital y se la llevaron con ellas para que fuera a cuidar los niños de la señora, que trabajaba y que era la que la conocía.

Un día llegó la madre de la señora y la mandó al supermercado a buscar un encargo, ella sabía ir, pues la patrona la llevaba, nunca sola pues sabía que no conocía bien la ciudad ni en donde estaba. De regresó se perdió, pues ella tenía como referencia un lugar de ventas de motos y estaba cerrado.

Caminó y caminó horas, al dar la vuelta de regresó por la misma calle, que según ella nunca terminaba, era una de las grandes avenidas, donde todas los edificios parecían iguales, no había diferencias y no estaba acostumbrada a mirarlos, no era como el monte, lo único que conocía, al pasar por uno de ellos salió el portero y la llamó, porque la vio perdida y estaba la señora mayor buscándola, muy enojada.

Le fue muy mal. Ahí decidió que tenía que aprender a leer y escribir para saber por lo menos el nombre de las calles.

Mientras se fue preparando para llevar a las chivas a pacer, soltó a la que estaba amarrada que se fue directo a comer unos frijolitos que le había puesto sobre una piedra, me siguió relatando.

*

*

Abrió el corral y salieron todas que se pusieron a seguir al guía que con el ¡TIN!, ¡TILIN!, ¡TILIN! de su cencerro, iba marcando el camino.

*

*

Me entregó un cayado y así fuimos caminando mientras ella seguía con la historia.

CONTINUARÁ…..

MÉXICO

*

CUANDO EL AÑO SE ACABA

LOCAS COMO LAS CABRAS

LA HORA DORADA

EN BUSCA DEL FRESCO (1)

EN BUSCA DEL FRESCO (2)

RESPUESTA

*

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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!

14 comentarios en “LA LLEGADA DEL 2023

  1. Me encanta tu inicio de año querida Themis. Deseo que 2023 sea como lo has soñado. Tu amiga la cabra me es muy simpática y sus fotos son padres, igual que todas las demás. Qué tierra tan blanca ¿qué tiene? Me encantó eso de perderse como estímulo para aprender a leer. Imagino su angustia, pobrecilla, pero qué positiva. Su cercanía contigo hará que siempre tenga una gran maestra, vaya o no a la escuela. Gracias por tan lindo regalo de inicio de año. Un brazo para ustedes.

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    1. Hola Luz, fue muy hermoso y atípico y logró su cometido entrar a él de una forma mucho más sencilla y simple,
      Es una tierra con mucho calcio creo, por todas las minas que hay y más cuando no llueve.
      Si pobre se asustó mucho, pero como ella dice, Dios siempre está a su lado para mostrarle el camino. Tardó mucho en aprender por las diferentes vueltas de la vida, sin embargo ya acabó la secundaria.
      Gracias, abrazo bien grande

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    1. Sí así es Eva, te encantaría, con ella ríes y ríes pues es tan sencillo estar a su lado, a veces parecería que regresas a ese sentir de cuando eras niño y jugabas, y te metías en otro mundo y te olvidabas de todo. Gracias, abrazo grande

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    1. Es alguien feliz, agradecida, sencilla, humilde, con un brillo muy especial. Sin lugar a dudas tiene sabiduría de esa que no necesita mucha intelectualidad para ser. Seguiré esta historia y otras que vivimos juntas. Abrazo grande y gracias

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