«No temas; basta que tengas fe.»

SAN MARCOS

 

Había salido a dar la vuelta pues no soportaba más el estar encerrada no tanto por el encierro en sí mismo al cual ya me he acostumbrado sino porque no circulaba ni una gota de aire y eso hacía que me sintiera que me asfixiaba.

Quería ver si llegando a la plaza ahí al ser un poco más descampado ayudaba a que circulara la brisa .

Unos días antes me había puesto la vacuna contra este ente extraño que anda dando vueltas y la verdad que no me había caído muy bien, llevaba días sintiéndome cansada, débil, con dolor de cabeza, como si le hubieran dado una paliza a todo mi cuerpo y lo hubieran vuelto una gelatina, quién sabe qué era lo que le estaba circulando más allá sin lugar a dudas no está acostumbrado a que líquidos y pastillas extrañas se hicieran cargo de él.

Me había costado tomar la decisión de hacerlo pues no pienso que sirva para mucho, va a ser como entrarle a una solución a la cual cada tantos meses tendremos que ir a contaminarnos con ella y cuando ésta ya haya dado lo máximo de sí, crearán otra, con nuevos miedos, nuevas medidas, nuevo cambio de vida y con ello nos moverán a regresar a esperar que como venido del cielo llegue el milagro que los «buenos científicos» logren para salvar a ese mundo que un grupo de ellos mismos unidos a los «experimentadores» han creado o por lo menos han aprovechado la circunstancia para beneficiarse.

Como quien dice se crea la enfermedad para vender la medicina, es un buen negocio y resulta que nunca va a faltar mercado para ello, por otro lado es una fórmula para liberarse de muchos que si no tienen recursos o son una carga para el sistema vayan a fertilizar la tierra o por lo menos regresen al polvo de donde salieron.

Que muchos países entren en la indigencia y con ello sean presas de quien los quiera comprar a precios módicos o adueñarse de su agua o su pesca o algún recurso que por ahí tengan, que los privilegiados del mundo detenten cada día más un estilo de vida de elite, mientras se exterminan a todos aquellos que sobran por no dar el ancho de acuerdo a las opiniones de los supuestamente más avanzados, mientras sus súbditos abnegados cierran sus ojos para no ver y no perder ese encumbrado nivel de vida, que los que no lo tienen es porque no trabajan o no buscaron la oportunidad o lamentablemente no nacieron en la naciones o en las castas elegidas.

Bueno, pero no era de esto de lo que iba a hablar, no podemos hacer mucho para cambiar al mundo salvo empezando por nosotros mismos a tomar consciencia, a llevar adelante las acciones que sabemos que hay que emprender, a estar dispuestos a ayudar a los necesitados de nuestro alrededor sin discriminación y sin apoyar solo a los que están de acuerdo con nuestra forma de pensar.

 

«Cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él?.

Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad.»

SAN JUAN

La cuestión es que no me sentía verdaderamente fuerte como para aventurarme a ir a algún lugar más lejano, tomé impulso y seguí.

Caminé rumbo a la plaza, la brisa empezó a acariciar mi cara un soplo de vida parecía que alcanzaba a mi cuerpo, más allá que no se sentía entero, cada paso era un gran esfuerzo, sin embargo no quería dar la vuelta de regreso, por lo menos sentarme un rato en el atrio de la iglesia.

Era la hora dorada, ese espacio mágico donde la luz del Hermano Sol adquiere unos tonos cálidos, donde la sombras se alargan cuando uno avanza en sentido contrario y se muestran frente, prestas a ser fotografiadas rodeada de esos amarillos naranjas.

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Ahí me encontré en esa entrada marcada por los cuatro evangelistas, esas estatuas que los muestran, me gusta ese espacio rodeado por los árboles ancianos, donde la frescura y la sombra en cualquier momento del día los acompaña.

Lugar hecho para el reposo.

Mientras caminaba entre ellos recordaba algunas de las enseñanzas que su Maestro había dejado en ellos y fueron escritas en esos Evangelios.

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“El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca”

SAN LUCAS

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«Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.»

SAN MATEO

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«¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo?. ¿Qué podría dar para rescatarse a sí mismo?»

SAN MARCOS

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«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.»

SAN JUAN

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Me senté un poco bajo los árboles longevos a que me cargaran con su energía esa que me estaba faltando para poder emprender el retorno, me quedé contemplando a las imágenes, sin lugar a dudas recuerdan una enseñanza, sin lugar a dudas muy sencillas para ser seguidas, sin embargo ni siquiera los que a ellos responden son capaces muchas veces de comprometerse con ellas.

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«Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas»

ya que

«….os envío como a ovejas en medio de lobos»

SAN MATEO

MÉXICO

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LAS SEÑALES DEL CIELO Y LA TIERRA (1)

CAMINO AL CAMPANARIO

EN BUSCA DE LAS SOMBRAS AMARILLAS

CAMINO AL CIELO (2)

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