» El más terrible de todos los sentimientos
es el sentimiento de tener la esperanza muerta»
El día amaneció gris, con frío, de repente ráfagas de viento fuerte azotaban a la palmera de enfrente de la casa, sus hojas se levantaban y se despeinaba.
Los cipreses del fondo que solo asoman su punta enhiesta se desaparecían, como ágiles contorsionistas se doblaban y reaparecían en un azote para volver a huir.
Hace un tiempo había encontrado unas frases de García Lorca las cuales guardé y el día me llevó a ellas.
Ando releyendo a los poetas que llevo dentro para recordarlos, para ver cómo me fueron marcando en mi vida desde mis más tiernos años, al principio eran aquellos que escribían para niños luego los modernos, los románticos y así siguieron toda una hueste de ellos que me acompañaron.
El día me llevaba a esos versos, me trajo uno de ellos que lo repetía mucho de niña, ¿quién sabe quién me lo habría enseñado?
«Verde que te quiero verde.
Verde viento.
Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña»
Me quedé recreándolo y mirando desde la ventana, ese bailoteo que se traía mi alrededor.
Me vestí de invierno.
Salí fuera a prepararme mi café, ese que me despierta cada mañana, su aroma da la vida a mi alma dormida y la prepara para enfrentar una nueva jornada.
«Mira a la derecha y a la izquierda del tiempo
y que tu corazón aprenda a estar tranquilo»
Poco a poco entró de nuevo la calma y las nubes comenzaron a moverse, a abrirse y el azul turquí afloró entre ellas, como si no pasara nada.
Sin embargo no tenía cara de que esto fuera a parar, sino que solo mostraba el comienzo de lo que está por venir, el otro huracán que anda en la vuelta, que de nuevo se ha ensañado con estas tierras.
¿Quién sabe qué es lo que está pasando? o mejor dicho que es lo que no pasará ya que esta sensación de algo irremediable, irreparable ha llegado para quedarse y para darnos sorpresas a cada rato, este cambio climático que no solo se ocupa de lo que viene de la atmósfera sino también del propio clima que llevamos dentro.
«Los árboles que cantan
se tronchan y se secan.
Y se tornan llanuras
las montañas serenas.
Mas la canción del agua
es una cosa eterna»
Es indudable que lo incierto es lo que debemos de aprender, es indudable que no tenemos que esperar nada, es indudable que la vida nos está volcando al desapego, es indudable que nos están mandando un cambio de conciencia, es indudable que no hay dudas de cualquier cosa que aparezca, es indudable que no podemos hacer otra cosa que volvernos como el agua, fluir en ese canto de esperanza y vencer los obstáculos con la perseverancia.
Dejar de lamentarnos por lo que no tenemos, por lo que la vida nos manda. Todo trae su enseñanza. Aprovechémosla. Demos gracias.
«Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma, para siempre oscura»
Paso a paso lo hemos ido creando, generación tras generación, para que el vivir se fuera ensalzando en el atesorar posesiones que cada día llevaban un poquito más cerca de la destrucción, sin embargo no se quería ver, la presunción ganó el partido, las mentes grises se fueron haciendo cargo de volver todo un mercado y a todos probables consumidores adictos de algo, de dividirnos, de crear bandos, de sobresaltar las diferencias en lugar de las semejanzas.
Entre consumo y consumo construimos esto que ahora está a nuestro lado, hágamosnos responsables de ello y comencemos el cambio, cada quien rumbo a su propia casa interna sin anhelar grandes viajes, sin volverse visitantes inoportunos, propagando nuestros males por todas partes, por más que la Economía, el centro de esta época, por la cual hasta la vida hay que dar en esta guerra, se rija por ello, cambiemos la mentalidad que sobre ella tenemos, demos un paso y viajemos para adentro y tomemos consciencia de lo que en verdad necesitamos para existir en esta vida.
«Si la esperanza se apaga y la Babel se comienza,
¿qué antorcha iluminará los caminos en la Tierra?»
Pausada y lenta fue llegando la tarde, el cielo se despejaba, abría y se teñía de colores el firmamento.
Me había hundido muy adentro donde cabalgan todos los sentimientos, donde las emociones que desconocemos saturan, piden a gritos que se las tenga en cuenta y desalojemos a todas aquellas que aprisionan al alma, para dar permiso a que entren nuevas, con otro frescor, naturales, sanas.
«La soledad es la gran talladora del espíritu»
Las nubes trasmitían que la retirada del Astro de Luz iba a dejar una gran huella plasmada, donde le daría color a esa tristeza enojo que había dejado emerger en el día, donde se había guarecido quién sabe en qué terruño de su amplio firmamento, ahora asomaba para con su paleta de tonalidades darle color a esa estructura gris-negra en que se había encerrado.
Y así pintado de amarillo fuego, el día se fue desvaneciendo.
*
«¡Hay que dar el perfume que encierran nuestras almas!
Hay que ser todo cantos, todo luz y bondad.
¡Hay que abrirse del todo frente a la noche negra,
para que nos llenemos del rocío inmortal!»
MÉXICO
FRASES DE GARCÍA LORCA
ALEGRÍA Y TRISTEZA EN EL MISMO SON
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GRACIAS A TODOS!!!! SALUDOS!!!!


Recién leo la entrada y me encantó.
Amo a Lorca, amo la fuerza y la belleza de sus poemas.
Gracias por eso, y por las fotos de esos cielos tan cargados de energía vital.
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Gracias a tí Ruth por comentarlo y darme ánimo para seguir.
Lorca es fuerte, es apasionado, es una gran maravilla y esos cielos son los que acompañan estos tiempos ya próximo al invierno. Un abrazo grande
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