El portal con su cruz
y sus plantas se extendía sobre la calle, ahí estaba contemplándole y viendo como podía lucir mejor, creando historias sobre ese «inesperado» que tenía frente a mis ojos.
Cuando una luz se reflejó en la palmera, la puerta se abrió y atravesó ese muro que la contenía, dejando el paso libre tras ella.
Más allá otro punto de luz más pequeño llamó mi atención.
Partía de la base misma de esa proyección y dejaba una ínfima abertura que invitaba a ser explorada.
Cureoseando, cureosando como gato en casa nueva me fue metiendo y allí encontré un «alucine» de instante.
La realidad, la fantasía, el juego de percepciones se entremezclaban y daban un halo secreto a esas imágenes que se presentaban.
Donde me encontré a mi misma cámara en mano siendo fotografiada, mientras toda la visión se concentraba en esa única escena que allí se reflejaba.
Ahí seguí, como atrapada, sin hacer ningún intento por moverme, estaba siendo secuestrada por ese mundo.
El sol ya comenzaba a descender, el cielo azul borraba a las nubes y el juego no se acababa, seguía y seguía, destapando mundos para ser visualizados de otra manera, mostrando que donde fuera se podía encontrar situaciones únicas que sorprendieran.
(CONTINUARÁ…)
MÉXICO
DESDE MI VENTANA: LUZ, SOMBRA Y REFLEJO (1)
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Como en el espejo de Alicia, más allá de la luz,se abre la puerta de otro mundo. Un abrazo.
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Gracias Carlos, parece que por esos caminos va este juego que cada vez se va puliendo más, un abrazo grande
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