Cuando la colibrí enloqueció
Estaba en el Ranchito en México, aprovechando la mañana en que los niños del «Taller del Petate», estaban en la escuela para escribir.
Así escribiendo estaba muy tranquila, pues ya me había acostumbrado al chispear de la colibrí que a cada rato se aparecía, cuando escucho el crujir de hojas de alguien que corre bien cerquita de la casa. Los niños no eran, pues aún no habían llegado. A veces viene un gallo negro acompañado de su séquito de gallinas o la pareja de guajolotes, sin embargo no era de ellos el sonido, ¿quién andaría por ahí?.
Me asomo por la ventana para investigar y me encuentro a dos chivos estaban parados, mirándome, se habían escapado pues aún traían sus cuerdas colgando y detrás aparece una señora ya mayor persiguiéndolos.
Las chivas se pusieron tercas y no querían caminar, pues así son, ella las jalaba, hasta que al fin, emprenden su camino.
Seguí escribiendo muy en paz, ya la Bicha, la colibrí, se había calmado, pasaba simplemente haciendo chirridos ya que es la forma de avisarle a su hijo que llegó, para darle de comer y se iba. Me dejó cocinar , ya no se sobresaltaba tanto y parecía que todo se estaba armonizando y la convivencia se hacía de forma más fluida.
En eso llega Sheila solita a visitarme y a contarme cómo le había ido en la escuela.
Se paró al lado de mi mesa, en eso entra la colibrí y cuando la ve, enloqueció de nuevo, chirriaba y chirriaba detenida frente a sus ojos y su boca abierta.
-¿Qué le pasa a ese pajarito?-me pregunta Sheila-¿Qué te está diciendo?
-Se asustó cuando te vio, pues no te esperaba a esta hora aquí. Está protestando.
En eso sale volando y se pone a chirriar por el lado de afuera de la ventana.
-¿Así se porta?-pregunta Sheila-¿y no te incómoda para escribir?.
– Ya me acostumbré, estaba más tranquila-le digo-pero ahora que te vio enloqueció.
-Está raro, ese pajarito- me dice.
-Mi vecina, es medio extraña-le digo
-¿Y dónde duerme?
-En el nido me imagino.
-¡Ah!, por eso es tu vecina, tienes una vecina ¡muy rara!-me dice- aún con su cara de asombro- Yo no vi pajarito así.
No les había dicho a los niños que había nacido el polluelo pues no iba a poder mostrárselos pues estaba alto para ellos y no quería que su curiosidad pudiera más, lo fueran a molestar cuando yo no estuviera y la pobre madre se trastornara del todo.
Al rato no más ya cayeron los otros niños y nos pusimos a hacer un collage en blanco y negro, ya habíamos realizado uno colectivo y ahora había que hacer los individuales y cuando nos cansamos del encierro, nos fuimos a correr otra aventura en el………………………….. …………………………aquí cortamos por hoy para otro día seguir, en esta larga historia que no vislumbra el fin……………………………..
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ HASTA LA VISTA !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Desde el Taller del Petate les envío tolerancia
Espero hayas disfrutado esta historia…!
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Conocer tu opinión es algo que me interesa mucho…!
Así mismo te invito a leer los capítulos anteriores en el blog, donde también encontrarás más artículos que te pueden atraer.
Gracias…!!!







Me encantan tus historias, tanto las que contabas de mi país, como las que contás ahora del tuyo.
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Tu país es mi país también, nací en Uruguay y hace mucho que me vine a México. Vivo entre los dos, por eso encuentras historias de ambas partes. Me alegra mucho que te gusten mis relatos, eso me motiva para seguirlo haciendo. Gracias por tu comentario, eleva el ánimo.
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